2023 ha sido un año complicado para las grandes producciones cinematográficas. Hollywood no ha logrado recuperar el ritmo del todo tras la pandemia de coronavirus y la irrupción de las plataformas de streaming, que han devaluado el valor de las proyecciones en salas. En este convulso escenario, con pequeños atisbos de esperanza como el triunfo de Top Gun: Maverick el año pasado, el estreno de muchas películas que superan los 200 millones de presupuesto ha sido nefasto. Con los números en las manos, mientras el jefazo de Disney pide perdón por el aluvión de secuelas y afirma saber qué ocurrió con el último gran fracaso de The Marvels, solo hay una película que ha hecho los deberes.
Hollywood tiene un problema con los presupuestos de sus películas y es cada vez más difícil ser rentable en salas
Es un problema con muchas aristas. Por un lado, el mercado cinematográfico es insostenible en ritmo de estrenos, ventanas de lanzamiento en salas y en streaming cada vez más alocadas y ajustadas... En los últimos años, los presupuestos de las cintas que llegan a las pantallas de medio planeta se han disparado. Hace una década, un filme con 100 millones de presupuesto era un auténtico blockbuster, una superproducción de altos vuelos.
Ahora es una cinta de presupuesto medio o bajo para algunos estudios. Las grandes majors, cegadas por sus éxitos del pasado, han ido aumentando los presupuestos de sus películas hasta romper la barrera de los 200 y 300 millones de dólares, confiando en que se recauden en los primeros fines de semana de cara a una plácida rentabilidad.
Ese tiempo parece quedar atrás. En un artículo de IndieWire se repasan las películas con mayor presupuesto estrenadas en 2023, dejando claro un panorama desolador. Solo una película con presupuesto igual o superior a los 200 millones estrenada en salas ha sido capaz de obtener ganancias en taquilla y ser considerada rentable. Y sí, hablamos de Guardianes de la galaxia Vol. 3, un verdadero éxito para Marvel, que ha sido capaz de repetir números en su paso por Disney+.
La despedida de James Gunn es, en estos momentos, la cuarta película más taquillera del año, con 845,5 millones de recaudación y un presupuesto estimado en 250 millones -sin costar gastos de promoción, una cifra que nunca llega a ser clara-. Es cierto que este año hemos tenido auténticos éxitos, como el de Barbie -la película más taquillera de Warner con 1440 millones de dólares- o el pelotazo de Christopher Nolan y Universal, Oppenheimer, que ha batido récords y es el filme más taquillero de su director. Sí, pero ninguna excede los 150 millones de presupuesto en producción.
Las películas que peor lo han llevado, ya que sus ingresos en taquilla han sido insuficientes como para considerarse rentables, y muchas de ellas incluso han acabado con pérdidas para sus productores y estudios con películas como La sirenita, Fast & Furious X, The Marvels, Ant-Man y la Avispa: Quantumania, The Flash, Indiana Jones y el dial del destino, Misión imposible: Sentencia mortal - Parte 1 o Transformers: El despertar de las bestias. Ninguna de ellas han conseguido los números que se esperaban, y en el caso de las producciones de Disney, incluso ha sido peor. Vin Diesel, hablando de la saga Fast, sabedor del fracaso de la décima entrega, ha prometido cambios en Fast 11. Pero, ¿qué sucede con otras producciones atípicas como Los asesinos de la luna?
La película de Martin Scorsese es una rara avis, la más cara inversión de Apple hasta la fecha, y aunque no está claro cuándo se distribuirá en Apple TV+ -al menos tendrá un periodo de distribución de 45 días después de su estreno en cines-, parece que no se juzgarán los resultados de la producción en base a la taquilla. Algo parecido a lo que vimos con Air, de Prime Video y Ben Affleck. Y teniendo en cuenta cómo va Napoleón, parece que se repetirá también en el caso de la película de Ridley Scott y Joaquin Phoenix. ¿Cambiarán los estudios su forma de producir películas? ¿Buscarán nuevas fórmulas de distribución? Hollywood necesita cambiar para aguantar el quite en épocas de streaming y formatos digitales.
