A Corea del Norte también le ha gustado El Juego del Calamar. Pero no como estáis pensando. La popular serie de Corea del Sur, creada por Hwang Dong-hyuk, nos presenta un mundo en el que los ciudadanos que enfrentan grandes deudas económicas se ven empujados a participar en un mortífero concurso a cambio de la posibilidad de ganar una enorme cantidad de dinero. Las instituciones de propaganda norcoreanas han aplaudido este proyecto porque, según dicen, exponen "la realidad de la sociedad surcoreana, donde la debilidad y la corrupción han ido en aumento y es común ver a este tipo de canallas”. Lo dicho. Son fans. Pero a su manera.
El Juego del Calamar llama también la atención de Corea del Norte
Ha sido la página web Arirang Meari la que se ha encargado de esgrimir esa reseña de El Juego del Calamar. Aprovechando la temática de la serie, sostiene que las desigualdades sociales que se ven en el programa son derivadas del capitalismo surcoreano y de una sociedad donde las personas "son tratadas como si fueran piezas de ajedrez". La producción ha generado más de 891 millones de dólares a Netflix, que pagó unos 20 millones por la producción.
Lo cierto es que la propia serie tampoco se ha cortado un pelo a la hora de criticar el régimen norcoreano. Esa crítica la encontramos en el personaje de HoYeon Jung, que interpreta a Kang Sae-byeok (067): esta protagonista procede de Corea del Norte y quiere conseguir el dinero del concurso para traer a toda su familia a Corea del Sur, para que así puedan huir del régimen norcoreano. De hecho, y aunque este detalle se pierde en el doblaje, Kang Sae-byeok tiene que disimular su acento norcoreano, y no tardan en tacharla de "comunista" o de "espía" cuando la descubren.
La propaganda de Corea del Norte: Cortando el acceso a Internet
"Se dice que la razón por la que el drama televisivo Squid Game se hizo popular entre los espectadores fue porque indagó en la realidad de la sociedad capitalista y de Corea del Sur, donde la competencia extrema por la supervivencia y la codicia por los más débiles son desenfrenadas", se puede leer también en el portal norcoreano.
¿Y cómo saben en Corea del Norte de la existencia de El Juego del Calamar? Allí el acceso a internet tal y como nosotros lo manejamos está limitado a personas con pases especiales; el resto de la población accede a kwangmyong, una red controlada por el estado con el que no tienen la posibilidad de ver lo que sucede en el mundo exterior. Dicho de otro modo: es poco probable que en Corea del Norte haya un enorme público que haya podido disfrutar de la serie de Netflix.
Así que la propaganda cargando contra El Juego del Calamar, como apuntan desde Gizmodo, estaría dirigida a molestar a Corea del Sur y al resto de países. Desde Business Insider apuntan que, si bien los medios de comunicación surcoreanos se pueden llegar a introducir de manera clandestina en el país, la posesión de ellos puede resultar en una sentencia de muerte o en el traslado de los usuarios a campos de prisioneros de Corea del Norte, descritos como peores que Auschwitz.
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