¿Puede un influencer virtual ser igual de importante y relevante que una persona real de carne y hueso? Pues parece ser que sí. Las influencers virtuales no es que sean una novedad, llevan años con nosotros contándonos cómo jugar a los videojuegos, cantando en conciertos multitudinarios o incluso siendo protagonistas de campañas de ropa para diferentes marcas. Mientras los gobiernos intentan poner límites en el retoque de imágenes en redes sociales y los artistas dan conciertos en mundos virtuales, China ha tomado la delantera con Ayayi, la nueva influencer virtual más realista jamás creada.
La primera influencer 'meta-humana' está volviendo locos a todos en China
La ciencia ha demostrado que, si hay una cara bonita o la persona que nos ofrece, cuenta o explica algo, es más fácil que caigamos comprándole aquello que nos está vendiendo. Pero en este campo, el de las celebridades de internet que promocionan productos a través de sus redes sociales en imágenes, vídeos o tutoriales, ha nacido una nueva tendencia: la de los ídolos virtuales.
Según las últimas métricas, tienen más efectividad que muchos famosos a la hora de vendernos productos, creando una mayor participación de su audiencia y estableciendo vínculos aún más poderosos con sus respectivas comunidades. Parece una locura, pero es así. Caemos enamorados de sus píxeles. En este ámbito, Ayayi, la una nueva influencer que se une a este mercado desde China, apunta a ser la más realista hasta la fecha y una auténtica revolución.
Creada por Ranmai Technology se define como la primera meta-humana de la historia, una recreación digital extremadamente realista con personalidad, estilo y detalles únicos, que pretenden mostrar algo más que la simple figura virtual a la que estamos acostumbrados en este campo. Ayayi, como podéis ver en las imágenes, es más creíble que otras compañeras de profesión, y todo se debe a s diseño. La avanzada tecnología de modelado 3D usada en sus concepción permite que la textura de su piel, sus expresiones y su cabello reaccione de forma realista a la luz o el lugar en el que se encuentra, proyectando sombras e interactuando con la ropa o el producto que quiere vender de una manera única, justo como haría una persona de verdad.
En su primer post en Xiaohongshu, plataforma de compra social, consiguió más de 3 millones de visualizaciones y logró aglutinar a más de 40.000 seguidores durante sus primeras horas online. Rápidamente, ganó una base de usuarios muy entregada, que la abrazó como a una nueva figura a la que seguir, venerar y en la que construir memes, historias y fanfics. Es una locura, pero ha funcionado. Ha funcionado pues, aunque no lo creáis, ha sido Disney la primera que ha caído en sus redes. Ayayi se ha encargado de presentar la exposición Mickey: The True Original Exhibition en Shanghai, comentando sus impresiones en la citada red social china y compartiéndolo con sus cientos de miles de seguidores. No es la única marca o empresa que la ha invitado a colaborar, pues distintas compañías de productos de belleza y maquillaje ya han empezado a utilizarla para llegar a otros públicos, y museos y eventos la usan como reclamo de cara al mercado más joven y absolutamente ajeno a las figuras o influencers clásicas.
Aunque es cierto que otras figuras y embajadores virtuales han logrado el mismo tirón, como la japonesa Imma, lo que se está experimentando en China es un fenómeno único, capaz de abrir telediarios y convertirse en trending topic en los portales más usados del país. Además, los seguidores de Ayayi han conectado con su rostro virtual, pues se le ha dotado de realismo más allá de su apariencia física, con una personalidad marcada y un estilo original e intransferible. ¿Qué sentido tiene enamorarse o estar interesado en un personaje que ha sido diseñado por una agencia de publicidad con el objetivo de sacarnos el dinero de la tarjeta de crédito? Es una buena pregunta.