Las redes sociales pueden ser un lugar en el que inspirarse de cara a un nuevo proyecto, buscar un interesante destino de vacaciones, saber más de nuestros mejores amigos o pasar el rato delante del timeline de la celebridad de turno. Sin embargo, esto tiene una vertiente un poco dañina. ¿Qué es real y qué no en Instagram? ¿Qué elementos han sido modificados o retocados y cuáles no? ¿Nos creemos todo lo que vemos en nuestro feed de Facebook o Twitter? Con este motivo, y ante el aumento de casos clínicos y problemas psicológicos, una nueva ley aprobada en el país nórdico obligará a los influencers a etiquetar de manera específica las fotos que publiquen en redes sociales siempre que se hayan retocado de alguna manera (vía Vice).
Los filtros, correcciones de color y retoques deberán avisarse
Se trata de una medida revolucionaria. Con la nueva ley, se deberá alertar del uso de filtros, cambios de forma, tamaño o color de piel en la imagen mostrada. El nuevo protocolo de redes sociales está pensado especialmente para Instagram, la red social que quería dejar de ser un portal de fotos, pero también engloba a redes muy conocidas como Facebook, Snapchat, TikTok y Twitter. El objetivo de sus promotores es bien claro: luchar contra los estándares de belleza poco realistas que se difunden en redes sociales, algo que ha generado numerosos problemas psicológicos y de salud entre los más jóvenes.
Seguro que habréis oído hablar de los cánones de belleza o los cuerpos normativos perpetuados por empresas, publicidad o en este caso incluso celebridades de internet. Si bien en muchos casos es el fruto del deporte o la propia genética, otras veces muchas figuras retocan su imagen y no alertan de que su supuesta belleza en muchas ocasiones es falsa o está modificada gracias a los filtros y los retoques de imagen con programas como Photoshop. Esto genera niveles de estrés y ansiedad a muchos niveles en la sociedad, creando el llamado kroppress o presión corporal en el individuo, un problema en Noruega muy alarmante, y que habla de la imposición de ciertos estándares de belleza poco realistas. La ley, una vez entre vigor, obligará a todos los instagramers y tiktokers a poner una serie de etiquetas estandarizadas, diseñadas por el Ministerio de Infancia y Familia de Noruega, que advertirán de que las imágenes mostradas tienen algún tipo de manipulación o retoque.
Es decir, ahora, si hay una foto con cinturas más estrechas, un aumento de pecho o cambios en el color de la piel o incluso si alguno luce músculos más exagerados de la cuenta gracias al uso de filtros o correcciones visuales, tendrá que indicarlo en la publicación. La medida afectará a todos por igual, aunque está centrada en las personas más conocidas y famosas, que podrán ser incluso multadas, y en el caso de reiteradas faltas, podrían llegar a ser condenados a penas de cárcel.
