La semana pasada el Pentágono desclasificó su esperado informe avistamientos de objetos voladores, los OVNIS o los ahora llamados fenómenos aéreos no identificados. Si bien no había nada concluyente sobre el origen de estos dispositivos inexplicables, la Marina de Estados Unidos confirmó que existían y que habían sido notificados y grabados, así como han sido debatidos a nivel interno. Y en este aspecto, hay un objeto que sigue causando controversia: el asteroide Oumuamua. En Vandal Random lo debatimos en su momento e incluso nos hicimos eco en un especial en el que analizábamos el cuerpo celeste. Ahora, una vez más, el astrofísico Avi Loeb lanza su teoría que relaciona todos los fenómenos aéreos con este misterioso asteroide que podría ser una sonda extraterrestre.
Relacionando los OVNIS con el cuerpo celeste de Oumuamua
Oumuamua es un objeto extraño, de origen incierto, que fue registrado por los telescopios terrestres hace unos años y que recorrió nuestro sistema solar de una manera poco usual. Por su forma y trayectoria, que describió una órbita muy especial, con una aceleración inusitada, los expertos han avanzado que podría tratarse de un dispositivo o nave alienígena.
Cuando el Pentágono desclasificó cientos de vídeos y elaboró su informe sobre los fenómenos aéreos y sus movimientos en la atmósfera terrestre, se contemplaron muchas teorías e hipótesis, algunas no concluyentes, sobre ambos elementos. En mitad de la vorágine y los titulares de prensa, Avi Loeb lanzó una nueva teoría que enlazaba el Oumuamua con los objetos detectados en 2019, intentando encontrar una explicación lógica a ambos. Y, en resumidas cuentas, asociándolos con la vida extraterrestre.
Como explica Loeb en un artículo publicado en Scientific American, el cuerpo celeste Oumuamua podría tratarse en realidad de una especie de receptor o nave nodriza automatizada que pasa por nuestro sistema solar recogiendo todos los datos reunidos por una serie de sondas enviadas y depositadas por civilizaciones alienígenas en la Tierra y todos los planetas vecinos de nuestro Sistema Solar hace muchos años. "Se puede especular con que Oumuamua puede haber estado recogiendo datos de sondas que ya han sido diseminadas en la Tierra en un tiempo anterior", añade Loeb. "En ese caso, la forma alargada y plana del Oumuamua corresponde a la de un receptor", explica. Se trataría de lo que los seres humanos hacemos constantemente en planetas como Marte y otras regiones de nuestro sistema.
Avi Loeb, catedrático de astrofísica en Havard, piensa que la velocidad y la trayectoria de Oumuamua se deben a su forma plana, de puro o cigarro alargado, y a su posible tecnología única, que captaría la energía del Sol para que el astro rey lo impulse a través del sistema aprovechando lo que sería una suerte de vela solar. "De acuerdo con esta imaginaria línea de razonamiento, Oumuamua podría haber aparecido como proveniente de un área local de descanso, que serviría como un aparcamiento galáctico para otras civilizaciones, por lo que su verdadero origen permanece desconocido", agrega Loeb, que sigue abogando por que este ha sido el primer contacto real con una civilización extraterrestre y que no hemos sido conscientes de ello. Al mismo tiempo, el astrónomo quiere seguir profundizando en el estudio de los UAP o fenómenos aéreos detectados por el Pentágono, instalando más telescopios y aparatos de registro en múltiples zonas calientes. "Creo que los científicos podrían aclarar el misterio en un análisis transparente de datos públicos. La ciencia algún día revelará una realidad que antes solo era considerada ficción", concluye.