Netflix y otras plataformas de pago y streaming ofrecen miles de contenidos en forma de series, películas y documentales a sus abonados. Y el problema radica en, lógicamente, que muchas veces no sabemos qué ver entre una oferta que no deja de crecer día tras día. Precisamente Netflix presentó 'Reproducir algo', una herramienta que permite al portal elegir algún contenido y reproducirlo ante la indecisión del espectador. La fatiga de la elección lleva al bloqueo a los seres humanos por naturaleza, pero este problema parece acrecentarse en la época de la nueva televisión.
No sabemos qué ver, pero es normal: nuestro cerebro funciona así
"Nos enfrentamos a infinidad de decisiones en nuestra rutina diaria y, al fin y al cabo, el ecosistema bajo demanda ejerce una presión adicional: encontrar algo para mirar ya no es una experiencia relajante, es un reto", ha explicado Elena Neira, profesora colaboradora de los Estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación de la Universitat Oberta de Catalunya y autora de Streaming Wars: La nueva televisión. "Esta iniciativa ilustra la obsesión de la compañía por reducir al máximo el tiempo que dedicamos a buscar sin rumbo en la plataforma, lo que se conoce como la fatiga de la decisión, que es un gran problema para Netflix", matiza. No obstante, un ciudadano medio se enfrenta a unas 35.000 elecciones diarias, y ahora se le suma una más: decidir qué programa le acompañará durante su tiempo de descanso
"Ante varias opciones, nuestro cerebro está evaluando las diferentes opciones y nos ayuda a decantarnos. En el caso de tener muchas opciones, la tarea de análisis es mucho más compleja. Es entonces cuando aparece la fatiga de la decisión", nos ha explicado Diego Redolar, neurocientífico y profesor de los Estudios de Ciencias de la Educación y Psicología de la Universitat Oberta de Catalunya. Normalmente, tiene una implicación negativa. "Si tenemos demasiadas opciones, nos cuesta hacer este análisis, hay una carga cognitiva alta y acabamos probando cosas y nos decantamos por algo, pero puede no ser la decisión más efectiva", añade Redolar.
La fatiga de la elección lleva al bloqueo; el bloqueo, a la huida
"El bloqueo de elección no impulsa al consumo, al contrario; si estás indeciso, la frustración puede llevarte a otra plataforma", advierte Neira. "Ante la fatiga de la elección, la persona puede usar diferentes estrategias: hacer una lista con sus favoritos para intentar reducir las opciones; guiarse por recomendaciones de expertos o personas de fuera, o directamente abandonar la plataforma para dedicarse a otra actividad", añade el neuropsicólogo por su parte. De hecho, los seres humanos buscan estrategias para combatir con la ansiedad ante este tipo de opciones y elecciones constantes. Según Neira, al final se buscan zonas de confort como la serie de la que todo el mundo habla, el revisionado de clásicos, la garantía de los premios o la prescripción de los profesionales.
"Esta fatiga afecta de manera directa a las horas de reproducción, que son la base de la fidelización de clientes, y por eso Netflix está tan preocupado", considera Neira. El análisis de estos datos, recopilados a través del comportamiento y los hábitos de visualización de cientos de suscriptores, les ha permitido como empresa establecer el tiempo crítico de esta fatiga, desde que el usuario entra en el servicio hasta que consigue tomar una decisión de visionado: entre 60 y 90 segundos, un lapso de tiempo en el que el usuario "o bien encuentra algo de interés o el riesgo de que abandone el servicio aumenta sustancialmente", afirma Neira.
El futuro del streaming: más social e interfaces personalizadas para evitar la fatiga
Netflix es consciente de este problema. Hasta la fecha, ha pasado años destinando recursos a los contenidos y la tecnología, recurriendo a ingenieros y diseñadores de alto nivel, que han intentado buscar fórmulas e interfaces de gran calidad para evitar estas dudas. De hecho, la plataforma ha puesto en marcha numerosas herramientas, desde tráileres autorreproducibles, ránquines de popularidad, lo más visto en España, algoritmos de recomendación, etiquetado profundo o interfaces hiperpersonalizadas para luchar contra la fatiga de la elección. Pero el catálogo sigue desbordando a los abonados, que se ven pagando una membresía y viendo poco o nada.N-Plus, el nuevo as bajo la manga de Netflix, permitirá que nos sumerjamos en el contenido presentado en portada con extras, opciones sociales y grandes dosis de personalización. Pero el exceso de contenido sigue abrumando al más pintado.
"La propia estructura del streaming basado en la suscripción, que depende de la producción original para atraer a nuevos clientes, ha convertido el exceso en la normalidad. Para Netflix, más es más, aunque parece que para el espectador más es cada vez menos", concluye Neira.