La NASA ha decidido suspender temporalmente el trabajo de SpaceX en el módulo lunar que se emplearía en las misiones Artemisa en la nueva conquista de la Luna prevista para los próximos años. Tras anunciar a bombo y platillo el contrato, la agencia especial ha querido dejar en pausa sus trabajos en este ámbito tras las dos quejas presentadas por Blue Origin y Dynetics, las compañías que competían con SpaceX por el mismo contrato de 2900 millones de dólares. Ambas argumentan que no se han valorado los riesgos y que la NASA ha querido ahorrar el máximo dinero posible sabiendo que no podía pagar otras opciones más seguras o caras (vía Gizmodo).
Los riesgos de apostar por la opción más barata
La portavoz de la NASA, Monica Witt, anunció la pausa en este proyecto el pasado viernes. Según ha confirmado Witt y como se puede leer en el mismo comunicado, el alto en los trabajos de SpaceX se mantendrá hasta que la oficina del gobierno encargada de resolver este tipo de cuestiones, la Goverment Accountability Office o GAO, decida y falle respecto. Según parece, el plazo máximo para una decisión de este organismo finaliza el 4 de agosto.
"El pasado 26 de abril, la NASA recibió una notificación de que Blue Origin Federation y Dynetics presentaron sendas reclamaciones sobre la adjudicación del contrato del módulo lunar ante la GAO. Siguiendo con el camino a proceder tras la notificación, la NASA ha ordenado suspender cautelarmente los trabajos de SpaceX hasta que se resuelva el litigio. La agencia no hará comentarios sobre el litigio", especificaba.
De esta manera, y al menos de momento, los planes de la NASA y SpaceX de colaborar en las próximas misiones hacia la Luna, queda en punto muerto. La compañía de Elon Musk tenía que desarrollar un tipo de módulo que despegase de la Tierra y aterrizara en el satélite y que, con seguridad, emprendiese el camino a la inversa. La agencia espacial se decantó por esta propuesta sobre otras por su diseño, de cabina espaciosa para astronautas, la inclusión de dos esclusas de aire y una amplia capacidad de carga útil, así como por su precio. La propuesta de SpaceX con su Starship era la más económica de las tres, y según otras compañías esto es una muestra de que no ha competido con las mismas reglas: la NASA no quería gastar demasiado dinero porque no tenía demasiado para invertir en este proyecto.
Blue Origin, la compañía de Jeff Bezos alega que la NASA modificó los objetivos y requisitos del contrato para el módulo lunar en el último minuto y que tomó una decisión tendenciosa en base al presupuesto. Según los responsables de la empresa, al convertirse SpaceX en el único proveedor, se elimina la competencia en esta área. Blue Origin se ha quejado formalmente diciendo que, al cambiar los requisitos del pliego y al revisar a la baja su presupuesto, no ofreció la misma oportunidad a la Blue Origin o a Dynetics de diseñar un módulo y una propuesta acorde. El ente de exploración especial de Bezos ofreció un presupuesto de 5990 millones, más del doble de lo que terminó presupuestando SpaceX en su oferta, pero alega a que sus análisis de seguridad y viabilidad eran más sólidos al largo plazo. Por su parte, Dynetics argumenta que la NASA debió haber retirado su solicitud cuando vio que no tenía suficientes fondos para ello, y que esta decisión ha llevado a la agencia a tomar a único proveedor para una serie de misiones críticas y complejas que implicarán a miles de personas en los próximos años.
De momento, toca esperar. La primera misión tripulada del programa Artemis está prevista para el 2024, aunque no sabemos cómo afectarán estos litigios al corto plazo.