Mientras China sueña con trenes capaces de superar los 4000 km/h, en España seguimos centrados en algo más terrenal, pero igual de ambicioso: llevar el AVE Madrid-Barcelona a 350 km/h. La barrera no está en los trenes, que están preparados para alcanzar esa velocidad, sino en un enemigo silencioso: las vías. Más concretamente, las traviesas. La solución viene de un ingenioso rediseño bautizado como “aerotraviesa”, capaz de desbloquear el potencial máximo de los trenes españoles.
El desafío no es menor. Renfe opera cuatro tipos de trenes de alta velocidad: los Alvia y Avant alcanzan 250 km/h, mientras que los Avlo y AVE llegan a 300 km/h. Sin embargo, a partir de esa velocidad, la física comienza a jugar en contra.
El fenómeno llamado “vuelo de balastro” provoca que el aire que pasa bajo el tren levante piedras y partículas del balastro, golpeando la parte inferior de la máquina y afectando la estabilidad de las vías. Los pequeños baches que antes eran insignificantes se multiplican y cualquier irregularidad se convierte en un riesgo creciente al superar los 300 km/h.
El AVE Madrid-Barcelona alcanza los 350 km/h gracias a traviesas españolas: un diseño simple que aumenta un 12% la velocidad
Aquí entran las aerotraviesas. Presentadas por Adif hace algunos años, estas traviesas no son un simple rectángulo de hormigón: su parte central es redondeada, un cambio aparentemente mínimo que altera por completo la interacción del tren con el balastro. Según Adif, este diseño lo cambia todo.
- Reduce un 21% la carga aerodinámica sobre el balasto inmediatamente bajo la traviesa.
- Permite aumentar la distancia entre la cota del balasto y la cara superior de la traviesa.
- No encarece ni complica la fabricación, porque sigue siendo un molde estándar.
El Plan AV350 no es sólo teoría: colocar aerotraviesas permitiría aumentar la velocidad de operación del AVE en un 12%. La línea Madrid-Barcelona será la primera en experimentar esta innovación, según confirmó Óscar Puente, ministro de Transportes y Movilidad Sostenible. Esto significa que los 350 km/h de diseño, hasta ahora inalcanzables por limitaciones físicas, podrían lograrse, reduciendo el tiempo de viaje de las actuales dos horas y 37 minutos a menos de dos horas.
El proyecto es pionero a nivel mundial. La Universidad Politécnica de Madrid, Adif y SENER desarrollaron la tecnología, patentada en 2014 y protegida internacionalmente en Europa, Arabia Saudí y Estados Unidos. Otros países han abordado el problema del balastro de forma diferente, como Alemania, que lo cubre con hormigón, pero España apuesta por la innovación estructural.
No obstante, no todo son ventajas. Aumentar la velocidad implica un desgaste mayor de ruedas y catenaria, y un terreno irregular que a 300 km/h es un inconveniente, a 350 km/h puede convertirse en un problema serio. Además, el despliegue será lento: se estima que sustituir las traviesas de Madrid a Barcelona tomará unos dos años, cambiando unas 800 traviesas al día, con 1666 traviesas por kilómetro. Mientras esa línea recibe la modernización, otras conexiones nacionales continúan en segundo plano: trenes a Soria, Teruel o Extremadura siguen sufriendo años de retrasos y falta de inversión. España acelera su AVE, pero la red completa aún tiene mucho que recorrer.
