Uno de los mayores quebraderos de cabeza a la hora de adaptar Fallout a la televisión no tenía que ver ni con los mutantes, ni con el tono, ni siquiera con recrear el yermo con credibilidad. El verdadero desafío estaba en algo mucho más delicado: respetar un material de origen construido sobre decisiones personales, partidas únicas y finales múltiples. En una saga de videojuegos donde cada jugador traza su propio camino, fijar una versión “oficial” siempre ha sido un terreno pantanoso.
Ese fue precisamente uno de los grandes dilemas a los que se enfrentó el equipo creativo de la serie de Amazon Prime Video, tal y como explica la co-showrunner Geneva Robertson-Dworet en una entrevista con Total Film. Según cuenta, las conversaciones con Todd Howard, Jonathan Nolan y Graham Wagner giraron desde el principio en torno a una idea muy clara: evitar a toda costa que la serie validase un final concreto de los juegos como el único correcto. La intención era no pisar la experiencia de nadie.
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Eso no significa, ni mucho menos, que la serie renuncie a formar parte del canon oficial de Fallout. De hecho, Todd Howard ya dejó claro tras el estreno de la primera temporada que todo lo que sucede en la serie es plenamente canónico dentro del universo de la saga. La clave está en cómo se encaja ese canon sin borrar lo que cada jugador vivió mando en mano.
Robertson-Dworet explica que el objetivo era asumir que todas las decisiones posibles de los jugadores podían haber ocurrido antes de los acontecimientos de la serie. Evidentemente, reconoce que habrá momentos que puedan rozar la contradicción, pero la filosofía general era no invalidar la experiencia de nadie ni imponer una lectura definitiva del pasado.
Para lograr ese delicado equilibrio, el equipo tomó una decisión muy concreta: situar la segunda temporada 15 años después de los sucesos de Fallout: New Vegas. Un salto temporal calculado para esquivar la tentación de declarar un final como “el verdadero” y dejar espacio a la ambigüedad que siempre ha definido a la saga. "Todo lo que ocurre en la serie lo consideramos canon", explicó Howard en una entrevista concedida a Vanity Fair en 2023. "Eso es precisamente lo fascinante del proceso: que otra persona observe tu obra y la reinterprete, dándole una nueva forma", indicó.
En esa misma línea, el productor ejecutivo Jonathan Nolan señalaba el año pasado en Total Film que la serie se sitúa respecto a los videojuegos del mismo modo en que estos se relacionan entre sí. "Nuestra historia ocupa su propio lugar dentro del universo Fallout. En cierto sentido, es casi como si estuviéramos ante un Fallout 5", afirmaba.
Eso sí, quien espere reencontrarse con una Las Vegas idéntica a la que recuerda en el juego deberá ajustar expectativas. La propia co-showrunner adelanta que el enclave no será exactamente el mismo, algo lógico en un mundo marcado por guerras constantes y disputas territoriales. Habrá elementos reconocibles que el fandom identificará al instante, pero también cambios evidentes, todos ellos con un propósito narrativo claro dentro de la evolución natural del yermo.
