Kenneth Branagh dio el campanazo con su nueva adaptación de Asesinato en el Orient Express allá por 2017. Su versión de la novela de Agatha Christie triunfó en la taquilla, y con los nuevos aires de su versión, se logró revitalizar un género que había permanecido algo alejado del gran público. Disney, contenta con el resultado y propietaria del estudio 20th Century Studios, se frotó las manos con la idea de la secuela, Muerte en el Nilo. Pero uniéndose a los constantes retrasos producidos en su estreno por el coronavirus, se le suma un nuevo problema: la polémica que acarrea Armie Hammer tras las acusaciones de violación, maltrato y canibalismo.
La empresa del ratón teme que la película sea boicoteada
Medios como Variety informan del temor de Disney a un supuesto boicot a nivel comercial y en redes sociales. Las recientes acusaciones contra el actor, que supuestamente habría violado y maltratado a varias mujeres en los últimos años, tienen connotaciones aún más perversas si se confirman las prácticas caníbales con muchas de ellas. En las últimas semanas, Hammer ha sido expulsado de su agencia de representación artística, y sus trabajos y proyectos futuros se han ido cancelando uno tras otro. Nadie quiere contar con él. Los despidos han sido sonados. Ya no estará en el proyecto centrado en la génesis de El Padrino y tampoco será una de las caras conocidas del esperadol thriller The Billion Dollar Spy. Pero el problema con Muerte en el Nilo es que ya está rodada y no se puede hacer nada. Su papel es, además, vital en la trama.
Disney es consciente de la bomba de relojería que tiene entre manos. La película tendría que haberse estrenado hace meses, pero los retrasos constantes la han ido desplazando a fechas más propicias en lo relativo a la incidencia del coronavirus, pero más susceptibles de generar una crisis de publicidad sin precedentes en una compañía que no quiere lidiar con estos problemas fuera de la pantalla. La mala prensa que está generando Hammer en estos momentos es una pesadilla para Disney, pues esperan rentabilizar un film que, en estos momentos, está costando más dinero del asumible para una producción de este calibre. La nueva previsión de la empresa del ratón era que llegara a estrenarse en febrero de 2022 en salas, pero se especula con una distribución mixta en streaming.
¿Qué soluciones tiene ahora Disney? Una de ellas es volver a rodar todas las secuencias en las que Hammer ha intervenido, un elemento muy costoso pero plausible, siguiendo el ejemplo de la sustitución de Kevin Spacey por Christopher Plummer en la película de Ridley Scott, Todo el dinero del mundo. A esta solución drástica, también podría ayudar la creación de modelos digitales de rostro en las escenas más complejas en base al otro actor escogido. En cualquier caso, un auténtico marrón para el estudio y como confirman desde las fuentes consultadas por Variety, opciones descartadas por el elevado coste y la imposibilidad de juntar de nuevo a tantos actores y actrices para los reshoot. En estos momentos, no hay declaraciones oficiales de Disney. "El único camino es lidiar el tema de frente y decir: 'Mirad, cientos de personas han trabajado en este proyecto y no podemos echarlo atrás por culpa de un caso individual'", afirmaba una fuente anónima al citado medio.
Muerte en el Nilo se estrenará el 11 de febrero de 2022.
