20 años de God of War: El divino inicio de una de las mayores leyendas de PlayStation

God of War, la aventura original de Kratos para PS2, cumple hoy 20 años y en Vandal lo celebramos recordando el juego con el que comenzó una de las mayores leyendas de PlayStation.
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Actualizado: 23:55 22/3/2025

Hoy, 22 de marzo de 2025, se cumplen 20 años de uno de los mayores hitos de la historia de PlayStation, del nacimiento de una de las mejores, más aclamadas y más importantes sagas de videojuegos de todos los tiempos. Sí, tal día como hoy, hace dos décadas, comenzó el viaje del Fantasma de Esparta y God of War se puso a la venta en Estados Unidos para PlayStation 2, convirtiéndose automáticamente en todo un referente de las aventuras de acción y en una obra imprescindible para cualquier poseedor de la consola de Sony cuyo impacto sigue resonando hasta nuestros días.

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Una auténtica maravilla que dejó una huella imborrable en la industria y que puede presumir de dar el pistoletazo de salida a una saga repleta de obras maestras (el peor God of War es, como mínimo, de notable alto) que incluso supo sobrevivir a un arriesgado reinicio jugable con el que volvió a marcar un nuevo referente en el género, lo que le ha permitido mantenerse igual de vigente y relevante hoy que hace 20 años.

Por ello, hoy en Vandal queremos celebrar esta importante fecha recordando junto a vosotros la odisea original de Kratos con la que empezó todo, un juegazo inolvidable que hizo historia y que encumbró automáticamente al espartano como uno de los mayores iconos de PlayStation.

Las inspiraciones de una gran aventura

God of War es el ejemplo perfecto de que para marcar época no siempre hace falta ser el juego más original del mundo. A veces, simplemente basta con combinar ideas ya existentes y ejecutarlo todo con una maestría incuestionable De este modo, el equipo de Santa Monica Studio capitaneado por David Jaffe dio forma a una aventura de acción ambientada en la mitología griega que, a grandes rasgos, se estructuraba de un modo similar a lo que vimos un par de años antes con Prince of Persia: Las Arenas del Tiempo, ofreciéndonos un viaje lineal y muy cinematográfico en el que los combates, los puzles y las plataformas se combinaban constantemente mientras se desarrollaba una historia que nos mantenía pegados a la pantalla.

Entre sus muchas inspiraciones, Jaffe cita juegos como Onimusha, Devil May Cry o ICO, así como las películas Furia de Titanes (1981) y Gladiator, algo a lo que hay que sumarle la influencia de la revista Heavy Metal a la hora de definir el tono oscuro, violento y adulto que impregna toda la obra.

Con el nombre en clave Dark Odyssey, el proyecto empezó su desarrollo en 2002 (la idea inicial era apostar por una cámara en primera persona para diferenciarse de la competencia, pero este concepto no tardó en desecharse) y se alargó durante tres años, tiempo en el que el equipo contó con gran libertad creativa y un abultado presupuesto por parte de Sony que les permitió hacer justo el juego que querían hacer. Y vaya si lo consiguieron.

Así se empieza un videojuego

Probablemente, la mejor forma de explicar el impacto que supuso God of War para todos aquellos que tuvimos la suerte de jugarlo en su día sea hablar de su inicio. A día de hoy, cada vez son más frecuentes los juegos con comienzos relativamente tranquilos, cargados de tutoriales y con narrativas que se van fraguando a fuego lento para construir sus mundos y presentarnos a sus personajes, pero los primeros minutos de la obra de Santa Monica Studio eran todo lo contrario, dejándonos con la boca abierta desde el primer instante y enganchándonos irremediablemente a una odisea que no paraba de mejorar y sorprender hasta llegar a los títulos de créditos.

imagen de god of war hd

El primer impacto lo teníamos en la pantalla del menú principal, cuando al darle a iniciar una nueva partida veíamos cómo, sin ninguna pantalla de carga intermedia, la interfaz desaparecía, el escenario cambiaba y Kratos, quien estaba al fondo, comenzaba a hablar y decía unas palabras que nunca olvidaríamos: "Los dioses del Olimpo me han abandonado". Acto seguido, nos dábamos cuenta de que el espartano se encontraba en realidad al borde de un precipicio por el que se arroja al vacío directo hacia su muerte. ¿Qué ha pasado? ¿Quién es este guerrero y qué le ha llevado a tal desesperación como para suicidarse? No había pasado ni un minuto desde que empezamos a jugar, pero la historia ya nos tenía completamente enganchados y queriendo saber más.

Tras este primer golpe de efecto tan inusual para un juego de hace 20 años, la trama retrocedía unos días en el tiempo y nos metía de lleno en una intensa y espectacular batalla sobre un barco que está siendo asediado por una gigantesca hidra. De este modo, avanzábamos por el navío luchando contra criaturas, aprendiendo a jugar, superando toda clase de peligros y situaciones únicas y evitando los intentos por devorarnos de la bestia mitológica antes de llegar a la inolvidable lucha final contra ella, la cual presentaba un tamaño, unas animaciones y unos patrones que dejaban a la altura del betún a la mayoría de jefes que habíamos visto hasta entonces en un videojuego. Y todo ello con una presentación tremendamente cinematográfica en la que se jugaba con mucho acierto con la cámara y las secuencias de ejecución.

El inicio de God of War sigue siendo, 20 años después, toda una lección de cómo empezar un videojuego por todo lo alto, una fórmula que, por supuesto, sus secuelas y precuelas repetirían con gran éxito. En apenas media hora nos había enseñado todas sus mecánicas principales sin interrumpir el ritmo de la acción, nos había enganchado a su historia, nos había dejado alucinando con un despliegue gráfico y sonoro que llevaba al límite las posibilidades de la consola, nos había sorprendido con varias situaciones distintas que no dejaban un segundo de respiro y nos había hecho luchar contra un jefe increíble en una pelea larga, con varias fases y épica como ella sola.

En la variedad está el gusto

Lo mejor de todo es que esto es muy representativo de lo que luego nos esperaría a lo largo del resto del juego, siendo un pequeño aperitivo de lo que estaba por llegar. A fin de cuentas, el título fue diseñado para que todo nuestro viaje fuese una sucesión de situaciones únicas que impedían que llegásemos a aburrirnos. Los rompecabezas siempre eran distintos, los combates no dejaban de presentarnos a nuevas bestias con las que debíamos aprender a lidiar y las plataformas siempre buscaban la forma de plantearnos retos distintos, todo ello combinado con suma maestría para transmitirnos la sensación de estar viviendo una gran aventura en la que siempre estábamos haciendo cosas diferentes. Además, a pesar de su naturaleza lineal, era un juego que premiaba la exploración de los escenarios con cofres muy bien ocultos que nos recompensaban con objetos para aumentar nuestra barra de vida y nuestra energía mágica.

combate contra la hidra en god of war hd

Pero si hay un elemento que destaca por encima de los demás en esta obra es su sistema de combate. Sí, era mucho, mucho más sencillo que en otros hack and slash puros de la época como Devil May Cry o Ninja Gaiden, por lo que la lista de combos era relativamente limitada, pero las Espadas del Caos eran unas armas increíblemente satisfactorias de controlar, la sensación de impacto estaba muy conseguida, los enemigos estaban bien diseñados y contaban con buenos patrones de ataque con los que debíamos aprender a lidiar y la fantasía de poder que transmitía al ponerse a luchar era una auténtica gozada.

A esto hay que sumarle un uso fantástico de los QTE para iniciar unas brutales ejecuciones con las que podíamos rematar de la forma más violenta y espectacular posible a los enemigos más poderosos, y nos quedaba un juego que hacía de sus batallas algo divertidísimo que nunca llegaba a cansar.

Lo mejor es que todo esto se apoyaba en una historia de venganza muy interesante en la que las revelaciones que nos hacían estaban perfectamente medidas, propiciando además multitud de momentazos épicos que representaban a la perfección la locura, la furia y el dolor del Fantasma de Esparta. No dejaba de ser una trama muy sencilla de alguien dispuesto a hacer lo que sea necesario para acabar con el dios que le engañó e hizo que cometiera el acto más horrible de todos, pero era un juego que tenía algo que contar y que lo hacía de maravilla con una presentación cinematográfica sublime.

Un juego que llevó al límite a PS2

Para rematar, era un juego que a nivel gráfico llevaba a la consola al límite de sus posibilidades, uno de esos títulos que todavía nos sigue sorprendiendo que fuesen posibles en una consola como PS2 por el despliegue técnico del que hacía gala (y que por increíble que parezca superaron con su secuela directa). Los modelados, los efectos, los escenarios, las texturas… Todo tenía unos valores de producción intachables, algo que también podemos extender a su apartado sonoro, con una banda sonora orquestal, épica y repleta de coros que nos sigue poniendo los pelos de punta (el tema principal es historia viva de los videojuegos). Además, a España nos llegó completamente doblado al español.

El inmortal legado del Fantasma de Esparta

Como veis, God of War fue toda una obra maestra, un juego que tuvo un impacto enorme en todos los que pudimos experimentarlo en su día y cuyo legado se ha convertido en uno de los mayores baluartes de PlayStation. Todas y cada una de las entregas de la saga han sido aventuras excelsas que han llevado las capacidades de las consolas en las que se han lanzado al límite, un estándar de calidad que se ha mantenido incluso tras arriesgarse con un reinicio en 2018 que cambió la mitología griega por la nórdica y la fórmula jugable y narrativa de la sere. En definitiva, tanto los jugadores como la industria del videojuego le debemos mucho al título original de 2005 y no podemos esperar a ver qué nuevas aventuras aguardan a Kratos en el futuro. Desde luego, nosotros estaremos ahí para seguir acompañándole.

Carlos Leiva
Redactor

Imágenes:

Más sobre God of War (2005)

God of War es un juego de acción desarrollado por Santa Monica Studio y publicado por Sony Computer Entertainment para PlayStation 2. La primera entrega de la mítica saga de acción hack and slash ambientada en la mitología griega y protagonizada por el guerrero espartano Kratos, en su historia de venganza contra los dioses del Olimpo, en un juego con espectaculares combates, plataformas y puzles, y un impresionante apartado gráfico.

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