Que GTA 6 siga previsto para otoño del año que viene es sin duda una de las noticias más relevantes en el mundo de los videojuegos, aunque haya personal de Rockstar que pide bajar ciertas expectativas. Nos puede gustar más o menos la saga, pero su impacto en la cultura popular y el alcance de cada anuncio que hacen es incuestionable. No son pocos los que han intentado emular su éxito, y aunque para muchos Sleeping Dogs es el mejor "juego tipo GTA", el que queremos recordar hoy es Wheelman.
Este juego es algo así como el resultado de que GTA y Driver tuvieran un hijo en Barcelona y le pusieran de nombre Vin Diesel, ya que el actor prestaba su imagen al personaje protagonista. Y hay que decir que el hijo salió bastante bien.
Wheelman: Vin Diesel a todo gas en un juego que recuerda a GTA y Driver
En 2009, un equipo compuesto de Tigon Studios (que participaría en otros proyectos de videojuegos con Vin Diesel como protagonista), Midway Studios Newcastle (con bastante experiencia en juegos de conducción) y con el apoyo para la distribución de Ubisoft lanzaba al mercado Wheelman, un juego de acción que hacía énfasis en la conducción de vehículos y que contaba con el actor de Fast'n Furious como principal reclamo.
Primero vamos con el setting: Vin Diesel es Milo Burik, agente de la CIA. Su misión, si decide aceptarla, será la de infiltrarse en las bandas de Barcelona (ciudad en la que se inspiró Tigon para desarrollar el mapa del juego). El objetivo es proteger un maletín con información clasificada y no necesitamos saber más para lanzarnos a la acción. Nuestro protagonista tardará poco en usar sus habilidades de conducción para conseguir un puesto de conductor de huidas y ladrón de vehículos, desde donde escalar hasta llegar al fondo del asunto.
El planteamiento es sencillo y al grano, pero se nota bastante que sus responsables saben de pelis de acción y su público. No hace falta ingeniería de cohetes para darle lo que busca a la gente que simplemente quiere disfrutar de secuencias de acción con planos cinematográficos y un guion que lo justifique todo. El que diga que a veces no apetece algo así, sin conceptos complejos que quedan a libre interpretación, miente. Que el juego tenga una variedad de armas de fuego bastante decente tampoco hace ningún mal para el que quiera pegar tiros.
El caso es que esta aventura se desarrollará con un mapa de mundo abierto en el que podrás explorar con bastante libertad calles, callejones, plazas... Todo ello salpicado de actividades sobre la conducción, el tema principal del juego por encima de la clásica acción centrada en tiroteos. Y es que aunque podemos explorar a pie, la jugabilidad en lo que a vehículos se refiere es el punto fuerte de Wheelman. En lugar de recoger plumas tenemos saltos acrobáticos, por ejemplo. También nos encontramos con salvajes secuencias de acción con coches como protagonistas, con disparos a toda velocidad, saltos de un coche a otro, dejar atrás a nuestros perseguidores y darles esquinazo para que no nos descubran...
Todo esto como decíamos se desarrolla en un mapa de mundo abierto con decenas de misiones (más de 30 principales y 100 secundarias, de diferente duración) y actividades adicionales para ofrecer unas 40 horas de juego en las que la adrenalina es la protagonista. Wheelman no fue el juego de una generación, pero es que tampoco pretendía serlo ni le hacía falta.
Si tenéis la ocasión de haceros con una copia, o aún tenéis una en formato físico o digital, olvidaos de los aspectos técnicos (sigue siendo un juego de 2009), sentaos a disfrutar de un juego de acción sin complicaciones y os garantizamos que no habrá lugar a la decepción.