El lanzamiento del esperado Star Wars Outlaws de Ubisoft está ya a la vuelta de la esquina y son muchos los jugadores y amantes del universo galáctico creado por George Lucas que esperan con ganas esta nueva aventura de mundo abierto diseñada para un jugador. Si bien en este caso la historia la protagoniza una cazarrecompensas al más puro estilo Han Solo, ha habido a lo largo de los años muchos juegos en los que hemos podido tomar el control directo de personajes entrenados en el místico arte de la Fuerza. Star Wars Jedi: Fallen Order y su secuela Star Wars Jedi: Survivor, de Respawn, son los ejemplos más recientes en este sentido.
Pero -y aunque hoy han pasado más de 15 años desde su estreno- muchos son los que todavía recuerdan con cariño un videojuego que puso especial atención al uso de la Fuerza y nos permitió vivir una historia emocionante con grandes momentos espectaculares. Un juego que, pese al paso del tiempo, continua siendo una obra que merece la pena descubrir.
La revolucionaria y divertida aventura de Starkiller
Tenemos que remontarnos al año 2008 para recordar la llegada al mercado de Star Wars: El Poder de la Fuerza, un juego desarrollado por la ahora extinta LucasArts que se lanzó en numerosas plataformas (principalmente PC, PS3, PS2, Xbox 360, Xbox y Nintendo Wii) y que formaba parte del proyecto multimedia del mismo nombre, el cual no tardó demasiado en convertirse en un éxito de ventas al punto de llegar a ser el videojuego basado en el universo Star Wars más vendido de su tiempo; con más de siete millones de copias para febrero de 2010.
Star Wars: El Poder de la Fuerza comenzó a planificarse internamente en LucasArts ya en 2004 como un nuevo juego para un jugador de Star Wars que, en sus etapas iniciales, barajó múltiples opciones. Desde ser la tercera entrega de la serie Star Wars: Caballeros de la Antigua República, hasta ser protagonizado por un superhéroe wookiee, un contrabandista o incluso una aventura centrada en el recordado Darth Maul o el supuesto último miembro de la familia Skywalker unos 500 años después de 'El retorno del Jedi'.
Después de muchas idas y venidas, el equipo de LucasArts encontró interesante centrarse en el período -por aquellos años bastante inexplorado- que separa las películas 'La venganza de los Sith' y 'Una nueva esperanza', es decir, las que eran en aquel tiempo las dos trilogías cinematográficas de la saga.
Así, apoyados en ideas de arte conceptual y después de mucho pensar en la Fuerza como mecánica de combate, los desarrolladores se inspiraron para realizar animaciones tridimensionales de lo que podría ser controlar a un usuario de la Fuerza. Se dice que un vídeo de prueba de un minuto convenció al equipo de que tenían algo bueno entre manos, y el propio George Lucas les animó a seguir esa senda tras verlo.
De esta manera comenzó a surgir la idea de reimaginar la Fuerza como nunca antes en los videojuegos de Star Wars. El equipo propuso a Lucas centrarse en contar la historia de, en teoría, un aprendiz secreto de Darth Vader que ayudase al mítico Lord Sith a asesinar a los Jedi que habían sobrevivido a la Orden 66 y, en última instancia, a derrotar al Emperador Palpatine. Así nació el personaje de Galen Marek, más conocido bajo el alias de Starkiller.
De hecho, argumentalmente el juego aprovecharía la ocasión para expandir el universo canónico de las películas de Lucas y explicar cómo se originó la Alianza Rebelde y cómo surgió la Guerra Civil Galáctica vista en la trilogía original. Un evento crucial acuciado por Vader que, no en vano, permitiría poco a poco a Starkiller cuestionar la moralidad de sus actos y sus inclinaciones dentro del Lado Oscuro para empezar a redimirse -aunque hoy Disney considera esta historia como parte de Star Wars Legends-.
Sentir la Fuerza como nunca antes
En términos jugables, LucasArts se pasó varios años desarrollando la novedosa tecnología que nos permitiría utilizar diversos poderes de la Fuerza de forma inédita. El juego utilizó en sus versiones más potentes (para PS3 y Xbox 360) el patentado motor "Ronin", que incluía otros populares engines como Havok, para físicas realistas; euphoria, para otorgar biomecánicas avanzadas a los personajes de la IA; y Digital Molecular Matter, para crear ambientes lo más interactivos posibles.
Estas características técnicas ofrecían una jugabilidad dinámica y divertida, intuitiva a la par que ciertamente profunda, que venía acompañada por una historia interesante y muy cinematográfica en colaboración con Industrial Light & Magic, en la que destacaban buenas actuaciones de voz, temas musicales de John Williams heredados de las películas y una ambientación y diseño de escenarios magnífica.
Por supuesto Star Wars: El Poder de la Fuerza no fue un juego perfecto, ni mucho menos. Problemas con los ángulos de cámara, abusos de Quick Time Events o falta de algo más de variedad en su campaña fueron las quejas más repetidas en su día, pero sin duda se trató de un título que revolucionó a su manera la franquicia y que se convirtió en un imprescindible para los aficionados a la misma.