Hay juegos que consiguen envejecer bien por muchos años que pasen y la tecnología siga avanzando. Max Payne 3 es un ejemplo perfecto de esto. El tercer y último videojuego hasta la fecha de la saga protagonizada por el detective de policía de Nueva York es una joya de su tiempo con la que Rockstar Games perfeccionó al milímetro la experiencia que un título de acción en tercera persona puede ofrecer a los jugadores. Hoy, más de una década después, Max Payne 3 continua siendo un referente y un auténtico juegazo que los amantes del género no deberían perderse.
Max Payne 3: Una obra maestra atemporal para amantes de los juegos de acción
Originalmente publicado en mayo de 2012 para PC y consolas Xbox 360 y PS3, Max Payne 3 lleva ya estando disponible en el mercado desde hace nada más y nada menos que 12 años, y desde entonces sigue siendo el último gran juego desarrollado por Rockstar Games enfocado en una campaña lineal para un jugador -también contaba con un modo multijugador para 16 jugadores, pero no era esta su principal baza, todo sea dicho-.
La legendaria saga Max Payne, que hasta la fecha no ha vuelto a recibir nuevas entregas (aunque se está preparando un remake de los originales), como muchos recordarán había comenzado su andadura allá por inicios de este milenio, de la mano del equipo de Remedy Entertainment y Sam Lake. Sin embargo, la licencia de la franquicia terminó vendiéndose en 2002 a Take-Two y eso llevó a que Rockstar Vancouver acabase planeando una tercera parte varios años después.
En Max Payne 3 la saga ofreció un pequeño giro argumental, presentándonos a un Max (James McCaffrey) más maduro -9 años después de los sucesos de Max Payne 2: The Fall of Max Payne-, ya retirado como policía de Nueva York, que ahora vive atormentado por su pasado y adicto al alcohol y los analgésicos. Un día, Max recibe una importante oferta de Raúl Passos para trabajar como guardaespaldas personal de una millonaria familia brasileña, los Branco.
Así, el ex-policía necesitado de ingresos, terminará viéndose tentado por la oferta y acabará viajando a São Paulo, Brasil, donde tendrá que enfrentarse a pandillas callejeras locales, peligrosas milicias y otros peces gordos que tratarán de secuestrar a los Branco como parte de una red intrincada de amenazas y oscuras intenciones.
Max Payne 3 no solo suponía un tremendo avance gráfico en la saga con respecto a sus pasadas entregas, en parte gracias al motor RAGE de Rockstar y el software Euphoria, que permitía al juego lucir espectacularmente bien y proporcionar unas secuencias de tiroteos increíbles, detalladas, muy orgánicas y realistas, sino que también lograba mantener en su guion un tono crudo y adulto, marca de la casa, esta vez bajo el sello Rockstar y la escritura de Dan Houser, Michael Unsworth y Rupert Humphries.
Al margen de la bien ejecutada historia del título, con su más que solvente trama y el carisma inolvidable de su protagonista, lo que de verdad hacía brillar a Max Payne 3 era sin lugar a dudas su jugabilidad. Como decíamos, su motor gráfico y de físicas era -y sigue siendo- de lo mejor que se ha visto en un shooter en tercera persona. Toda la acción de la campaña, variada y salpicada por un abanico de capítulos en diversas localizaciones de Brasil (y Nueva York), era sencillamente grandiosa.
Desde grandes estadios deportivos, hasta calles de favelas, clubs nocturnos, ríos salvajes, edificios de lujo... Max Payne 3 no nos dejaba tiempo para el descanso y se aseguraba en cada instante de enriquecer la experiencia con momentos memorables, algunos de los mejores protagonizados por instantes a cámara lenta con el ya clásico efecto bullet time. Y todo ello con un control a los mandos exquisito, un sistema de coberturas fenomenal y muy pulido y un empaque cinematográfico como pocos videojuegos han conseguido alcanzar.
A día de hoy, Max Payne 3 sigue siendo tan disfrutable como en su estreno, y el tiempo ha demostrado que es una joya atemporal y uno de los mejores títulos de su género que se han parido en mucho tiempo. Una obra especialmente recomendable para los amantes de los juegos de acción para un jugador que busquen una experiencia directa, con una buena historia y un protagonista atractivo, que además hace justicia a los dos primeros juegos de la saga y respeta la IP comenzada por Remedy para darle un broche de oro muy digno.
Si por lo que sea nunca lo jugaste en su tiempo, o hasta ahora no lo has hecho, no lo dudes. Te encantará. Como decíamos en nuestro análisis allá por 2012, Max Payne 3 es "un producto impecable, imprescindible si te gusta apretar el gatillo en los videojuegos".