Katsuhiro Harada, tras convertirse en el responsable de la estrategia de esports de Bandai Namco en 2018 ocupaba desde 2019 un puesto más corporativo dentro de la misma empresa como productor general y director de mercadotecnia mientras cedía el testigo de Tekken a Michael Murray y pasaba a supervisar otras series de la empresa como Soul Calibur, pero en una conversación mantenida con Vandal dentro de la Bilbao International Games Conference, donde ha recibido un premio honorario, ha reconocido que echaba de menos las trincheras y pidió volver al desarrollo activo de videojuegos.
De gestionar unos recreativos a trabajar en Tekken
Su carrera comenzó hace 30 años gestionando una tienda de recreativas de Namco que, a los seis meses de estar en sus manos, era la que más dinero recaudaba de Tokio. Esto le sirvió para que el presidente de Namco le entregase en persona un premio y, en el acto, le preguntó qué quería hacer, Harada respondió que crear videojuegos y pasó a ser desarrollador del primer Tekken.
Su carrera siempre ha estado vinculada a la serie Tekken, aunque también ha trabajado en juegos de Soul Calibur.
Volver al ámbito de videojuegos
Pasar a una posición más ejecutiva era un ascenso importante pero, cuenta Harada, "justo hace un año pedí desde el apartado de Entretenimiento y Publicidad volver un poco al ámbito de desarrollo de videojuegos".
Esa vuelta no supone que se haya puesto al frente de un equipo. Según aclara, "Evidentemente, no solo trabajo en un título, sino que superviso diferentes departamentos y equipos internamente. No solo me encargo de Tekken, tenemos otros proyectos en mente de los cuales también soy responsable. El resto de lo que me queda de mi vida profesional me gustaría dedicarme otra vez al desarrollo y a la creación de cosas nuevas".
