Podríamos hablar de que el arranque de este 2023 ha sido potentísimo en lo que a videojuegos se refiere, pero lo cierto es que se trata de una afirmación que nos vale para describir el año entero, ya que no ha habido ni un solo mes en el que no hayan salido varios juegos destacables, títulos muy esperados que han superado las expectativas o numerosas sorpresas que nadie vio venir.
Sin duda alguna, el pistoletazo de salida a este festival de juegazos lo dio Fire Emblem Engage, la entrega más reciente de la aclamada saga de rol táctico de Intelligent Systems, una obra con la que el estudio quiso celebrar su propio legado reuniendo en un solo juego a muchos de los héroes de iteraciones pasadas para deleitarnos con una aventura repleta de fan service y unas batallas apasionantes.
Un juego de rol táctico con una jugabilidad y unas batallas envidiables
Sí, ni la historia ni los personajes estuvieron a la altura, algo que muchos jugadores probablemente no le perdonarán, pero es en todo lo demás donde brilla y donde consigue codearse no solo con los mejores de su serie, sino también del género en general. Mecánicas como la ruptura de guardia nos hicieron jugar con mucha más cabeza y nos abrieron nuevas posibilidades estratégicas, aunque la novedad estrella aquí la tuvimos en los Emblemas.
Gracias a ellos, pudimos "equipar" a nuestros personajes con un artefacto que les permitía ganar las armas y habilidades de diversos héroes provenientes de entregas pasadas de la serie, como Marth, Ike, Sigurd o Celica. Es más, podíamos llegar a fusionarnos incluso con sus espíritus para adoptar una nueva forma temporal y ganar acceso a una serie de mejoras y habilidades únicas durante varios turnos, un recurso fundamental que debíamos usar con mucha cabeza para alzarnos con la victoria en las muchas batallas que nos esperaban.
Esto, sumado al sistema de clases habitual de la serie y a las peculiaridades y pasivas de cada personaje, dio como resultado un sistema complejo y tremendamente profundo que nos abría las puertas a infinidad de opciones de personalización, con todas las estrategias y tácticas que eso conlleva.
De este modo, los enfrentamientos hacían gala de una riqueza increíble, algo que se vio reforzado por un diseño de niveles simple y llanamente espectacular. Cada mapa era completamente distinto al anterior, contaba con sus propias mecánicas y sorpresas y ofrecía desafíos de lo más variados que nos obligaban a tener que adaptarnos constantemente a lo que sucediese en pantalla, impidiendo así que nos acomodásemos con una estrategia completa para sacarnos de nuestra zona de confort y obligarnos a lidiar con numerosas adversidades, muchas de las cuales podíamos aprovechar en nuestro favor para ganar una importante ventaja técnica.
Pero la cosa no termina aquí, ya que a este dechado de virtudes tenemos que sumarle un apartado gráfico sensacional y sorprendentemente bonito que sabía regalarnos momentos muy vistosos y espectaculares, una banda sonora impecable y muy pegadiza, una interfaz rediseñada que nos mostraba toda la información que necesitábamos para que pudiésemos consultarla con tan solo echar un vistazo a la pantalla y unos controles que facilitaban considerablemente el dar órdenes a nuestras unidades. Y ojo con los Desvíos, unas geniales misiones opcionales que nos llevaron a revivir algunas de las batallas más icónicas e importantes de la serie.
Quizá su disparatado guion y sus desangelados personajes le impidan alzarse entre las entregas favoritas de muchos fans, pero si hay algo que no se puede negar es que a nivel de personalización y en el campo de batalla pocos rivales tiene, siendo además un juego con muchas opciones de accesibilidad que puede ser disfrutado tanto por aquellos jugadores que nunca se han atrevido con la serie como por los veteranos que busquen un gran desafío con el que poner a prueba sus dotes de estrategas. Sin duda, uno de los juegos de estrategia que más nos han gustado este año y una obra muy recomendable para cualquier poseedor de Nintendo Switch.
