Podría decirse que Arthur Conan Doyle y Agatha Christie dieron el pistoletazo de salida en esto del género policiaco, sin embargo, incluso definir este género no es tan sencillo, sobre todo si se trata de una forma transmedia. Lo más correcto sería decir que la mayoría de los géneros en el medio de los videojuegos son completamente únicos para ese medio. Cualquier importación es un adorno para el contenido, es decir, la narrativa de un juego, por supuesto, puede incorporar más que solo elementos superficiales, pero esos elementos del género raramente o nunca afectan o definen el juego en sí.
Un ejemplo de esto es Alan Wake 2, un juego que, si bien hereda algunos aspectos del género policiaco, no podría definirse como tal. Dentro del género policiaco, está la novela negra y a su vez, de esta sale el subgénero del thriller; tres género y subgéneros que, en la ficción, tanto literaria como en los videojuegos, se mezclan entre ellos y con otros géneros como la fantasía, la ciencia ficción o la novela histórica.
Es común identificar como thriller los libros y videojuegos en los que aparece algún tipo de crimen, como asesinatos, aunque tengan un factor paranormal y no haya ningún detective investigándolo, ya que se toma el crimen como centro o pilar de la narrativa y una o varias personas enfrentándose a la persona o las fuerzas que han cometido dicho acto.
La ficción detectivesca se cita comúnmente como creada por Edgar Allan Poe en su relato corto Los asesinatos de la calle Morgue, aunque hay cierta contención al respecto. David Grossvogel en su libro Misterio y su ficción: desde Edipo hasta Agatha Christie retrocede mucho más hasta la historia de Edipo Rey.
Una obra que tiene un misterio que involucra un asesinato como uno de los elementos centrales en la trama, misterio que se resuelve al final de la historia.
Aunque según otros autores, el género detectivesco es más que solo una historia impulsada por un misterio en sí mismo. Es más bien la historia que nos cuenta el protagonista en su camino por desentrañar ese misterio. Barry Forshaw dijo en su libro Crime Uncovered: Detective, "aparte del puro placer de leer una buena novela detectivesca, el 'valor añadido' en muchos de los mejores ejemplos ha sido durante mucho tiempo el elemento implícito (o a veces explícito) de crítica social introducido por los escritores más desafiantes".
Un género nacido de la policía moderna
El género policiaco, tal y como su nombre indica, está ligado a la concepción moderna de la policía. Antes de 1829, el mundo de habla inglesa no tenía un grupo completo de personas para gestionar delitos locales. En cambio, se suponía que los delitos debían ser detenidos por los ciudadanos en la calle (o una guardia voluntaria, dependiendo de dónde se viviera) como una forma de deber cívico.
No sería hasta la creación del oficio de cazador de ladrones que cambiaría esta visión del delito. Estos ya no eran un evento que tenía lugar en el momento y que podía detenerse o no. Ahora los delitos eran algo que podría haber ocurrido en el pasado, pero que luego podía desvelarse y de cierta forma corregirse en el presente, a través de la condena. Esta es una mentalidad que debe existir para crear una narrativa sobre el descubrimiento de la naturaleza de un delito y averiguar quién es el autor a posteriori.
Hay distintas fórmulas, algunos misterios se revelan a la audiencia desde el principio, evitando así que esta los resuelva en primer lugar, como en la mayoría de los episodios de la serie de televisión Colombo o el juego Fahrenheit y en algunos de los casos que el protagonista de L.A. Noire tiene que resolver. Otras historias aún se centran, no tanto en el desentrañamiento del crimen original, sino más bien en un misterio más grande y más complejo, como en la serie de televisión Twin Peaks o el juego Deadly Premonition.
Si comenzamos por el principio en cuanto a los primeros juegos que adoptaron este género, la representación era bastante rudimentaria. Juegos como Police Quest (1987) intentaron capturar la esencia del trabajo de un detective a través de una interfaz point-and-click, brindando a los jugadores una primera mirada a la resolución de crímenes en un entorno digital. La limitada tecnología de la época imponía restricciones en la profundidad de la narrativa y la interactividad, pero plantó la semilla para futuras innovaciones.
Con el avance de la tecnología, los videojuegos policiacos comenzaron a adoptar una narrativa más compleja y gráficos mejorados. L.A. Noire (2011), es un ejemplo notorio de cómo estas nuevas capacidades permitieron una representación más realista y detallada de la investigación criminal. La captura de movimiento y las expresiones faciales realistas fueron esenciales para la mecánica de interrogatorio del juego, proporcionando una experiencia más auténtica.
Además de la evolución tecnológica, el género policiaco en los videojuegos ha sido influenciado por la integración de elementos de otros géneros. Por ejemplo, juegos como Heavy Rain (2010) mezclan el suspense y el drama con la resolución de misterios, creando una experiencia narrativa más rica y emocionalmente cargada.
Vinculado al terror
Este género también se ha integrado perfectamente con el terror como en The Evil Within (2014), un juego protagonizado por Sebastian Castellanos, un detective que se encuentra atrapado en un mundo lleno de monstruos y horrores inimaginables mientras busca respuestas a eventos sobrenaturales; o Condemned: Criminal Origins (2005).
Un juego cuyo protagonista, Ethan Thomas, un agente del FBI, que se ve incriminado en la muerte de dos policías y durante su huida de la justicia, trata de hallar la razón por la que las personas marginadas por la sociedad cometen actos de violencia sin sentido. Una historia que mientras avanza se va volviendo más surrealista. Ambos con segundas partes, The Evil Within 2 (2017) y Condemned 2: Bloodshot (2008), con los que comparten género.
En Murdered: Soul Suspect (2014) el protagonista, el detective Ronan O'Connor, muere al principio (siento el spoiler) y el juego gira en torno a él, como espíritu, tratando de resolver su propio asesinato. También en Blair Witch (2019), un ex oficial de policía y ex veterano de guerra se adentra en el Bosque Black Hills para investigar la desaparición de un niño, enfrentándose a horrores psicológicos y sobrenaturales.
Darkness Within: In Pursuit of Loath Nolder (2007), pero sobre todo Call of Cthulhu (2018) y The Sinking City (2019), aprovechan el lore de H. P. Lovecraft para presentar una historia protagonizada por un detective que acaba rodeado de situaciones y elementos de horror a los que no puede dar explicación. Similar, que incluso puede recordar al primer Alan Wake (2010), está Kona (2017), en el que un detective privado en la década de 1970, que viaja al norte de Canadá, tendrá que investigar un caso de vandalismo, aunque en realidad se encuentra con algo mucho más siniestro; u Observer (2017), que también tiene horror aunque más orientado al tecnológico y cyberpunk.
Futuros distópicos y viajes temporales
Orientados a una temática futurista y algo distópica, el aclamado Disco Elysium (2019) lo borda, apostando por la crítica social y las decisiones morales; Gemini Rue (2011), The Silver Case (1999, remasterizado en 2016) o la saga Tex Murphy (1989-2014). Orientados a una narrativa más clásica están la saga Police Quest (1987-1993), resolviendo casos que van desde el tráfico de drogas hasta el homicidio; o Judgment (2019), en el que Takayuki Yagami, un ex-abogado convertido en detective privado, investiga una serie de asesinatos en Kamurocho, un distrito ficticio de Tokio.
Algunos juegos como Blade Runner (1997) o Saw: The Video Game (2009) se apoyan en las películas con las que comparten nombre, aprovechando la narrativa ya conocida por el jugador, para incluir nuevos elementos y personajes en el mismo mundo. The Wolf Among Us (2013) también es un ejemplo perfecto de cómo puede adaptarse una obra del género nacida en cómic, Fábulas de Bill Willingham, sin perder un ápice de su esencia.
También hay otros juegos policiacos en cuya narrativa tiene igual o mayor peso los viajes en el tiempo o las dimensiones paralelas como en Bioshock Infinite (2013), cuyo protagonista, Booker DeWitt, un ex agente de la Agencia Nacional de Detectives Pinkerton, deberá encontrar y rescatar a Elizabeth (aunque la trama se complica mucho más), y un DLC, Panteón Marino, que se centra aún más en el género de detectives. Tambien el juego D4: Dark Dreams Don't Die (2014), donde David Young, un detective privado con la habilidad de viajar en el tiempo, deberá usar sus poderes para resolver el asesinato de su esposa.
Estructuras narrativas impensables en literatura
La estructura narrativa no lineal también ha encontrado un hogar en el género policiaco de los videojuegos. Títulos como Her Story (2015) permiten a los jugadores explorar la narrativa a su propio ritmo, desentrañando el misterio a través de la interpretación de clips de vídeo y la construcción de una comprensión de los eventos a través de su propia investigación. Un concepto que repite en Inmortality (2022), ambos de Sam Barlow, a través de una mecánica bastante novedosa como la de ordenar el metraje de varios films, trozos entre los que se puede navegar fijando un elemento de interés, con la finalidad de descubrir qué le ocurrió a la actriz principal.
El desarrollo de la inteligencia artificial y sobre todo la innovación y originalidad en cuanto a las mecánica de juego ha permitido una mayor profundidad en la resolución de misterios. Juegos como Return of the Obra Dinn (2018) presentan enigmas complejos y una metodología de resolución de problemas que requiere una cuidadosa observación y deducción por parte del jugador.
Distintos caminos y distintos finales
En contraste con los primeros intentos de adaptar este género, los videojuegos policiacos contemporáneos ofrecen mundos abiertos y que sirven como telón de fondo para las investigaciones que tendrán que llevar a cabo los jugadores. Esta expansión del mundo del juego no solo aumenta la sensación de realismo, sino que también ofrece una gran cantidad de posibilidades en cuanto a cómo los jugadores pueden abordar la resolución de los crímenes.
La inclusión de múltiples finales y rutas narrativas distintas en los juegos policiacos también ha aumentado la rejugabilidad y la inmersión. Títulos como Detroit: Become Human (2018) presentan una amplia variedad de resultados basados en las decisiones del jugador, proporcionando una experiencia más personalizada y reflexiva. Permitiendo que decida en función a sus propias convicciones y avance en la trama, hacia un sentido u otro, según las pistas y los hallazgos que vaya relacionando.
En un nivel más meta, algunos videojuegos policiacos han comenzado a explorar los límites éticos y morales de la justicia y la investigación criminal. Esto se refleja en juegos como Papers, Please (2013), donde los jugadores deben tomar decisiones difíciles que exploran la tensión entre la justicia, la empatía y la ley. Por su parte, la saga de Max Payne, desarrollada por Remedy Entertainment y publicada por Rockstar Games, es un pilar en el género de videojuegos de acción y disparos en tercera persona. Aunque no es estrictamente un juego de género policiaco o de detectives, comparte varias similitudes temáticas y narrativas con estos.
Max Payne, el protagonista, un agente de la DEA y exagente de la policía de Nueva York, ha de desenvolverse en un mundo lleno de crimen, corrupción y conspiraciones. Este trasfondo y enfoque en la resolución de misterios lo alinea con los elementos básicos de los juegos del género policiaco. Aunque está más orientado a la acción, la narrativa del juego también incorpora estos elementos en menor medida. Por ejemplo, Max a menudo debe seguir pistas y tomar decisiones basadas en la información que ha recopilado, lo que refleja las mecánicas de investigación. Además su tono oscuro y su narrativa neo-noir lo lleva directamente a los subgéneros de la novelas negra y el pulp, en el que los investigadores, al borde del delito y de la locura, han de mantener su propio sentido de la justicia a flote.
La interactividad inherente de los videojuegos ha permitido una exploración más profunda de los matices y dilemas éticos que a menudo se presentan en este tipo de historias. A través de decisiones y acciones directas, pueden enfrentar las implicaciones de sus elecciones de una manera que no es posible en la literatura tradicional.
La pedagogía también ha encontrado un lugar en el género policiaco de los videojuegos. Algunos títulos, como Criminal Case (2012), incorporan elementos educativos que enseñan a los jugadores sobre ciencia forense y técnicas de investigación de una forma más cercana. Esto no solo enriquece la experiencia de juego, sino que también proporciona una plataforma para el aprendizaje y la exploración del mundo de la investigación criminal de una manera divertida y accesible. Este mismo juego también demuestra cómo el género es multiplataforma, llegando incluso a móviles, abriéndose así a más audiencia. Igual que Detective Pikachu: El regreso (2023) que adapta el género a un público más joven.
Las mecánicas de juego también han evolucionado para incluir una mayor variedad de habilidades y herramientas a disposición del jugador. En títulos como Sherlock Holmes: Crimes and Punishments (2014), los jugadores pueden utilizar una serie de técnicas de investigación, desde la recolección de pruebas hasta el análisis forense, lo que refleja una mayor fidelidad al proceso de investigación real.
La realidad virtual también ha comenzado a influir en el género policiaco, ofreciendo una inmersión sin precedentes en los escenarios de crimen y la investigación, con juegos como L.A. Noire: The VR Case Files (2017), que incluye siete casos independientes del juego original, adaptados al nuevo medio; The Room VR: A Dark Matter (2020); The Invisible Hours (2017); o incluso Batman: Arkham VR (2016), que si bien Batman es un superhéroe, a estas alturas todos sabemos que su superpoder radica en su habilidad para la investigación (además de tener un tipo de visión propia que se llama Modo Detective).
Con el tiempo y como hemos repasado en estas mismas líneas, también se ha visto una mayor diversidad en cuanto a las representaciones culturales y mezcla con distintos géneros narrativos. Lo que amplía la perspectiva de lo que se cuenta y enriquece el género. Permitiendo introducir elementos menos puristas en pos de mantener la novedad y la frescura en las historias que presentan los videojuegos de la actualidad y los futuros.