Swen Vincke, director de Baldur's Gate 3, ha vuelto a abrir el debate sobre si los videojuegos con sistemas complejos deben tener tutoriales que lleven a los jugadores de la mano o si es mejor dejar que los usuarios experimenten e investiguen. En una entrevista con PC Gamer, el fundador de Larian Studios se decanta por la segunda opción: dice que el tutorial es todo el Acto 1 que, al menos en el caso de quien escribe estas líneas, puede tardarse más de 30 horas en completarlo.
"Si prestas mucha atención al Acto 1, verás que realmente es un tutorial muy largo. Se te enseñan los sistemas. La inteligencia artificial te muestra un montón de cosas y te hace darte cuenta [de cómo funcionan], quizá a veces de manera subconsciente, pero te das cuenta de cosas", reflexiona el creativo.
Vincke continúa: "Descubres desafíos más sofisticados paulatinamente, donde siempre encuentras una manera [de solucionarlos], porque siempre hay múltiples soluciones. Podrías descubrir y encontrarte con algo que es posible, y desde ese momento, eso se convierte en parte del arsenal que utilizas para jugar".
En los primeros momentos tras empezar Baldur's Gate 3 aparecen mensajes que parece que te van a explicar cómo funciona una interfaz que puede resultar impactante para las personas no acostumbradas al género, o cómo funciona el mundo reactivo y sus posibilidades. Nada más lejos de la realidad: tras unos pocos mensajes básicos, la mejor manera de aprender es trastear con todo, prestar atención a los mensajes de las pantallas de carga, y por supuesto, pasarse de vez en cuando por la guía de Vandal.
El juego atrapa al ser consciente de que su mundo es sistémico
Al ir descubriendo las cosas poco a poco por uno mismo es cuando el juego atrapa, según su director: "Cuando te enfrentas a un problema, hay maneras suficientes para averiguarlo siempre y cuando pruebes un par de cosas". Vincke asegura que cuando la gente dice: "No sabía que eso era posible"; en ese momento, son atrapados por el juego. Es cuando cambian el mensaje: "'Oh, esto es posible. Quizá esto es posible. Oh, ¿puedo hacer esto?' Y así es cómo cobra vida la naturaleza sistémica del juego, la simulación. Así es como se forma realmente toda la diversión".
