Final Fantasy es una saga que ha experimentado en sus más de tres décadas de historia multitud de cambios en su sistema de juego, tono e incluso estética. Sin embargo, los chocobo, unas aves fantásticas y bípedas que sirven como medio de transporte, son un elemento muy característico de la serie que se ha mantenido prácticamente inamovible. Como era de esperar, Final Fantasy XVI, la próxima gran entrega que aterrizará en PS5 el próximo 22 de junio, contará con estas peculiares criaturas, aunque en la versión japonesa se las conocerá como "caballos" tal y como ha revelado el director creativo Kazutoyo Maehiro.
"Pensando en la historia, la visión del mundo y la sensación de realidad, un caballo queda mejor como silueta cuando está montado a horcajadas", ha explicado el creativo japonés. "Los chocobos se basan en las aves, lo que en primer lugar significa que no se sostienen sobre cuatro patas, y eso hace que sea más difícil montarlos. Comparado con un caballo, montar un chocobo puede no parecer tan estable. Ahora bien, si vas a ser fiel a los elementos de Final Fantasy, entonces sí, los chocobos deberían elegirse en lugar de los caballos", ha añadido.
"A veces nos referimos a un coche como 'piernas', o a no tener coche como 'no tener piernas', y del mismo modo, la gente de Valisthea se refiere a los chocobos como 'caballos'", ha concluido sobre por qué los chocobos se conocen como caballos cuando se juega en japonés. Eso sí, Maehiro no descarta la existencia de corceles reales en Final Fantasy XVI, por lo que los chocobos no los sustituyen completamente.
¿Cuáles son nuestras impresiones finales?
"Final Fantasy XVI lo tiene todo para volver a convertir la saga en el fenómeno mainstream que llegó a ser durante la época de PlayStation. El tono claramente inspirado en Juego de Tronos encaja perfectamente y llamará la atención de muchos que no han jugado jamás a estos RPG. La apuesta por la acción se traduce en un sistema de combate espectacular que promete tener muchísima profundidad, y también juega a favor de atraer a un público más global. Pero creemos que la clave, si es que se mantiene en el título completo, es el ritmo, una montaña rusa emotiva en la que no paran de sucederse acontecimientos que nos dejan boquiabiertos", os concluimos en nuestras completas impresiones.