Cuál es el origen de Mario y cómo Miyamoto creó al personaje icono de Nintendo

En 1981 un joven Shigeru Miyamoto diseñó al que se convertiría en el fontanero más famoso de la industria de los videojuegos. Esta es la historia de cómo nació el personaje de Mario.
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Preguntes a quien preguntes, hoy día es improbable que alguien no conozca a Mario, el personaje santo y seña de la marca Nintendo. El regordete fontanero italiano ha protagonizado decenas de títulos, ha aparecido en más de 200 videojuegos y, desde hace décadas, se considera por muchos como el personaje más famoso de la industria.

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Seguramente no son pocos los que conocen la curiosa historia de su origen, de cómo Shigeru Miyamoto llegó a diseñarlo, cómo obtuvo su nombre o cómo acabó recibiendo su característica voz, pero también habrá muchos que siguen desconociendo estos detalles.

Por eso, en este artículo vamos a retroceder más de tres décadas en el tiempo para ahondar en el nacimiento de Mario, la mascota de Nintendo.

La llegada de Miyamoto a Nintendo y su primer juego

Miyamoto joven desarrolla Donkey Kong

Ningún personaje nace de la nada, y en este caso en particular Mario, como todo el mundo sabe, es fruto de la brillante mente de Shigeru Miyamoto. El legendario diseñador de videojuegos fue contratado por Nintendo en 1977 (solo cuando tenía 25 años) como aprendiz en el departamento de planificación. Había logrado el puesto gracias a su ingenio y la muestra de varios juguetes creados por él mismo que impresionaron al por aquel entonces director de Nintendo, Hiroshi Yamauchi. Si bien, la empresa era relativamente pequeña, llevaban varios años probando suerte en el mercado de los juguetes y los juegos, tras haber producido naipes desde sus inicios a finales del siglo XIX.

Miyamoto comenzó su andadura ayudando a diseñar juegos, como Radar Scope (1980), un arcade de disparos en el que el jugador controla una nave estelar y debe acabar con una raza enemiga antes de que destruyan la estación espacial. Lamentablemente, Radar Scope fue uno de los mayores fracasos financieros de Nintendo. Por aquella época la empresa no lograba despuntar en el mercado de Norteamérica, algo que llevó a Yamauchi a tomar la arriesgada decisión de convertir las unidades no vendidas de Radar Scope en un nuevo arcade destinado a ser un éxito en América.

La tarea recayó ni más ni menos que en el joven Miyamoto, quien según dijo años más tarde: "No había nadie más disponible". La idea inicial del diseñador era crear un juego que utilizase la licencia de Popeye, pero Nintendo no obtuvo los derechos y Miyamoto se vio obligado a crear personajes originales. Aún con todo, rescató el espíritu y la rivalidad de Popeye y Bluto por Olivia, y creó un triángulo amoroso para su juego que, en este caso, estaría formado por un gorila, un carpintero y una mujer (conceptos que también tomaron inspiración de la obra La Bella y la Bestia).

Miyamoto quería crear un juego basado en la licencia de Popeye, pero Nintendo no logró los derechos.

Curiosamente, el gerente de ventas de Nintendo América quedó decepcionado cuando enviaron el título desde Japón para probarlo porque no se parecía a los juegos de disparos y laberintos populares del momento. En realidad, aquello fue precisamente parte del éxito que estaba por venir.

Jumpman y el origen del nombre de Mario

Diseño de Jumpman y Donkey Kong

En 1981, con el primer juego de Shigeru Miyamoto ya terminado, el personal de Nintendo América se encargó de bautizar la obra. Querían un título en inglés, y presionaron para que finalmente se titulase Donkey Kong, como el gorila al que hay que enfrentarse durante las distintas pantallas. El personaje que controla el jugador, el carpintero, tan solo se conocía bajo el apodo de "Jumpman" (Saltador), una alusión directa a su característica principal. Miyamoto lo había imaginado como una suerte de avatar que podría utilizar de juego en juego cuando fuese necesario y no esperaba que se hiciese popular.

Originalmente, el diseñador nombró al personaje como "Mr. Video", y comparó su idea de utilizarlo en obras posteriores con los cameos que solía hacer el director de cine Alfred Hitchcock en sus propias películas. Sin embargo, desde Nintendo América ocurrió algo muy distinto que lo cambió todo.

Mario recibe su nombre por Mario Segale, el propietario del almacén en el que estaban las oficinas de Nintendo América.

Según se cuenta, mientras traducían el juego para el público estadounidense, el propietario del almacén en el que estaban las oficinas de Nintendo se enfrentó al director de dicha sucursal, Minoru Arakawa, exigiendo cobrar un alquiler atrasado. Tras una acalorada discusión, los empleados de Nintendo convencieron a Mario Segale, el susodicho propietario, de que le pagarían, y decidieron optar por nombrar al personaje del videojuego con su nombre como una muestra de honra.

Mario y Mario Segale

Así, aunque Mario había recibido por fin su nombre, solo quedó constancia del mismo en el folleto de instrucciones del juego en el que se le mencionaba como "Pequeño Mario". No sería hasta dos años después, en 1983, cuando Miyamoto finalmente hizo que Mario protagonizase su primer juego de plataformas como tal junto a su hermano menor, Luigi. Ese fue el nacimiento de la franquicia Mario Bros.

Mario se convierte en fontanero y salta a la fama

De toda esta historia, resulta muy curioso que Mario inicialmente no fuese el fontanero que todos conocemos hoy día. Y es que, en sus apariciones en los primeros Donkey Kong, Mario era representado como un humilde carpintero debido a la ambientación del juego ya que Miyamoto consideraba que así encajaba mejor en los escenarios en construcción donde debía moverse. Cuando comenzó a diseñar Mario Bros., Miyamoto se inspiró en parte en escenarios que recordaban a las alcantarillas y zonas subterráneas de Nueva York, por lo que, animado por el consejo del ingeniero jefe de Nintendo, Gunpei Yokoi, tomó la decisión de cambiar la apariencia de Mario por la de un fontanero para que volviese a encajar con la ambientación del juego.

Evolución en el diseño de Mario

Junto a este cambio, Miyamoto también llegó a la conclusión de que Mario debía ser italiano, atribuyéndole esta nacionalidad por su bigote. El diseño particular del personaje es, en gran medida, fruto de las limitaciones técnicas de aquellos tiempos. Mario lleva gorra para ocultar su pelo, su frente y sus cejas, lo que omite la necesidad de animar todas estas partes de la cara. Por otro lado, su nariz es grande y va acompañada con el bigote para no tener que mostrar su boca. De esta forma podían ahorrarse el problema de separar claramente nariz y boca con un número bastante limitado de píxeles.

La ropa que luce Mario en sus primeros años, su mono rojo y su camiseta azul (justo al contrario de lo que sería después), fue escogida para contrastar con el fondo de los escenarios y para hacer que el movimiento de sus brazos fuera fácilmente perceptible. Por suerte, con el paso del tiempo, las mejoras técnicas han hecho que progresivamente los artistas de Nintendo pudiesen aplicar a Mario más detalles, como sus ojos azules, sus guantes blancos, su característica letra M en la gorra, o sus zapatos marrones. Todo hasta llegar al simpático fontanero que se ha ganado el corazón de millones de aficionados.

Mario adquiere su propia voz

Finalmente en este repaso a los orígenes de Mario, faltaría mencionar una característica que ha estado innegablemente ligada al personaje desde hace largo tiempo: su voz. Aunque Mario pasó prácticamente una década siendo un personaje mudo en los videojuegos (debido, obviamente, a las carencias tecnológicas), sí pudo oírsele en apariciones televisivas, primero en la serie animada del año 1989, The Super Mario Bros. Super Show!, donde Lou Albano interpretaba las líneas de diálogo de Mario, y después en las secuelas de 1990 Las aventuras de Super Mario Bros. 3 y 1991 Super Mario World, en las que Walker Boone daba su voz al fontanero.

Charles Martinet, la voz de Mario

Pese a esto, Nintendo decidió finalmente que Mario debía recibir su propia voz en la franquicia de videojuegos, y por lo tanto en 1992 comenzaron a audicionar en busca de un actor por ferias comerciales. Casi de rebote, el actor de doblaje norteamericano Charles Martinet, recibió gracias a un amigo la noticia de que había un casting en marcha en su zona. Charles fue corriendo a la audición y llegó en el último minuto cuando los directores estaban recogiendo su equipo. Por fortuna, pidió si podía hacer su audición, y con desgana le dejaron actuar bajo la indicación: "Eres un fontanero italiano de Brooklyn".

Martinet inmediatamente planeó utilizar una voz estereotípica de un italoamericano, profunda y áspera, tal y como sonaba Mario en las series de animación interpretadas por Lou Albano y Walker Boone, sin embargo, justo antes de arrancar se dio cuenta de que aquello no sonaría demasiado amigable para un público infantil, así que optó por darle un tono más suave y simpático (similar al que había usado en el papel de Gremio en una representación de la obra La fierecilla domada de Shakespeare), y entonces comenzó a soltar un montón de texto improvisado sobre preparar pizza hasta que la cinta de grabación se agotó.

Charles Martinet fue escogido como la voz de Mario inmediatamente; su cinta de casting fue la única enviada a Nintendo.

Según cuenta la historia, esta cinta fue la única enviada a las oficinas de Nintendo tras una llamada del director de casting asegurando que habían encontrado a la voz de Mario.

La primera vez que Martinet grabó de manera oficial su voz para un juego de Mario fue para un título de pinball de 1992 en el que no recibió crédito ni pago por ello. Se pasó varios años yendo a atracciones de feria en las que una cabeza en 3D de Mario aparecía en una pantalla y él hablaba con los asistentes escondido tras una cortina con sensores de movimiento pegados a su cara. En 1995 se le pudo oír en Mario's Game Gallery, una recopilación de juegos del fontanero y en 1996 ocurrió su gran estrellato, cuando Miyamoto lo llamó para que actuase en Super Mario 64. Este fue el juego que catapultó a la fama a Martinet e hizo que, a partir de entonces, Mario estuviese ligado a sus cuerdas vocales para siempre. Como detalle adicional, Martinet además también ha interpretado con el paso de los años a Luigi, Wario o Waluigi.

Super Mario Bros. la película

Con más de 35 años a sus espaldas desde su primera aparición, y más de 750 millones de juegos vendidos en todo el planeta (lo que lo convierte en la franquicia más exitosa de la historia, incluso por encima de Pokémon o Grand Theft Auto), Mario ha tenido una vida de lo más ajetreada. Próximamente lo veremos en cines interpretado por Chris Pratt y seguro que en el campo de los videojuegos aún le quedan muchas grandes aventuras por regalarnos.

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