La semana pasada Assassin's Creed Valhalla recibió una importante actualización que tenía por objetivo solucionar errores, hacer mejoras en la jugabilidad y dar nuevas opciones de rendimiento. El consenso general es que la versión de Xbox Series X sí ha mejorado bastante, pero los jugadores han criticado que, por alguna razón, el juego en PlayStation 5 funciona peor de lo que hacía en su lanzamiento, cuando era la mejor versión de consola. Digital Foundry -que ya había analizado los gráficos- ha investigado las versiones tras este parche.
El artículo aclara que han encontrado una pequeña ocasión en la que efectivamente la versión de PS5 sufre una pequeña caída en la tasa de imágenes por segundo durante la secuencia de introducción, pero en el resto de situaciones que han probado lo hace al mismo framerate y resolución dinámica que antes. En Xbox Series X en cambio sí ha reducido significativamente el corte en la pantalla -el screen-tearing-. ¿Cómo lo han conseguido tan rápidamente? La solución de Ubisoft ha sido bajar el límite de la resolución dinámica en Xbox Series X durante los momentos de más carga para que, a cambio, se reduzca el tearing.
En su lanzamiento ambas consolas tenían un límite de 1440p -el mínimo- hasta unos 1728p -del 67% al 80% de la resolución 4K-. La versión de PS5 se mantiene intacta en estos valores tras el parche, pero en Xbox Series X se ha reducido a 1188p -el 55% de 4K- aunque Digital Foundry recuerda que mínimo sólo se consigue cuando se necesita, en general la resolución es bastante más alta. El por qué Ubisoft no ha aplicado esta solución en PS5 se desconoce, pero ahora el resultado es que la sensación de fluidez es mejor en Xbox Series X -menos tearing- y en PlayStation 5 hay más resolución.
El parche también añade un modo 4K que sustituye los 60 fps por 30 fps, y el análisis refleja que hace exactamente esto, ambas son idénticas y, aunque no se descarta que en algún momento se pudiera utilizar resolución dinámica, las pruebas confirman que ambas versiones son virtualmente idénticas.
La versión de Xbox Series S
Otro de los casos a estudiar es Xbox Series S, que tenía sus propias limitaciones en el lanzamiento, como reducción en el detalle gráfico y resolución dinámica de unos 1296p. Tras el parche ahora dispone de un modo a 60 fps, pero con un coste: el límite de la resolución baja a 720p, y en general funciona a 800p, y aun así el tearing es visible. Tiene sus desventajas, pero al menos da la opción de una mayor fluidez a los jugadores que no están muy preocupados con la resolución -o juegan en pantallas pequeñas-.
Aún hay problemas técnicos por resolver, como unos tirones en la cámara que sufre Xbox Series X, así que aún veremos más optimizaciones en las próximas semanas para todas las plataformas, algo comprensible en el lanzamiento de una generación donde los desarrolladores aún tienen que conocer las optimizaciones idóneas para cada caso.
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