La vida de Mike Morhaime ha sido una montaña rusa en los últimos años: a principios de 2019 se anunciaba su salida de la compañía Blizzard, la firma que ayudó a fundar y de la que fue presidente durante 14 años. Tras recibir el Premio de Honor en el festival barcelonés Gamelab, esta figura clave en la trayectoria de Blizzard ha seguido adelante en la industria del videojuego esta vez con una nueva compañía: Dreamhaven, que cuenta con el apoyo de un grupo de veteranos de la industria. Con sede en Irvine (California), ya ha anunciado la apertura de dos nuevos estudios: Moonshot Games y Secret Door.
Dreamhaven, la nueva compañía de Mike Morhaime
"Estoy emocionado de formar equipo con personas tan talentosas que se preocupan profundamente por los videojuegos y sus comunidades", ha expresado el CEO de Dreamhaven, Mike Morhaime, en el anuncio publicado en la página web oficial de la recién fundada compañía. "Siempre he creído en el poder de los videojuegos para unir a las personas, independientemente de sus antecedentes o fronteras. Con Dreamhaven, esperamos crear y compartir nuevas experiencias con jugadores de todo el mundo".
La compañía está formada por dos equipos de estudio separados, Moonshot y Secret Door, cada uno dirigido por exveteranos de Blizzard. Moonshot está dirigido por Jason Chayes, junto a Dustin Browder y Ben Thompson, que han sido productores y directores de juegos de Blizzard como Hearthstone, StarCraft 2 y Heroes of the Storm. Por otro lado, Secret Door cuenta con Chris Sigaty, quien anteriormente dirigió el equipo de Warcraft 3 y StarCraft 2 de Blizzard, junto al director de Hearthstone, Eric Dodds, y el desarrollador de Heroes of the Storm, Alan Dabiri.
"Estamos casi tratando de crear un refugio para los creadores que desean un entorno que sea amigable con el desarrollo, valore el producto y la experiencia del jugador sobre las presiones financieras a corto plazo", dijo Morhaime a Venturebeat. Sus palabras no llegan en vano: recordemos que Blizzard atravesó serios recortes que creó tensiones en el año 2018 entre los trabajadores, que juzgaban que la firma estaba más preocupada por la perspectiva del gasto que por primar el desarrollo de las experiencias de juego.
"Creemos en el poder de los videojuegos para unir a las personas y lo vemos como un escape de las cosas desagradables que puede traer la realidad. En ese sentido, también es un refugio", continúa explicando Morhaime.
"Esperamos que Dreamhaven pueda ser un faro de esperanza para otros en la industria que comparten nuestros valores y filosofías. Existe una mejor manera de enfocar la creación de juegos y negocios que puede funcionar y ser sostenible y muy divertido y producir resultados positivos".
Cuando desde el medio le preguntaron a Morhaime por qué tantos empleados de Blizzard habían decidido dejar esa empresa para unirse a Dreamhaven, el CEO aludió a "los asuntos pendientes". El propio Jason Chayes ha esgrimido su punto de vista: "Me divertí muchísimo durante mi tiempo en Blizzard y con muchos amigos que todavía están allí", expresó. "¿Pero hay asuntos pendientes? Hay más cosas que nos gustaría hacer. Hay más historias que contar, más juegos que crear y la necesidad de averiguar cómo serán los desarrolladores y editores en el futuro. Esta es una oportunidad de construir una empresa".