Microsoft Flight Simulator ya atrajo a jugadores con el desastre de los últimos huracanes que han impactado en la costa Este de EE.UU. y ahora sucede lo mismo con los grandes incendios que están asolando la costa Oeste, algunos de los más grandes de la historia del país y que han forzado el desplazamiento incluso de grandes grupos poblacionales, como la ciudad de Portland.
Y es que la temporada de incendios en California está siendo especialmente dura tras un verano muy seco, la acentuación de las altas temperaturas por el cambio climático y la nula atención al mantenimiento forestal de la administración pública. No solo está suponiendo un duro revés medioambiental, sino que ya ha generado pérdidas millonarias y la muerte de al menos siete personas.
Decenas de miles de familias se han visto obligadas a evacuar sus hogares y los bomberos y la Guardia Nacional luchan por intentar controlar el fuego. A eso hay que sumar el incendio provocado por una grave negligencia como resultado de una fiesta para anunciar el sexo del bebé de una pareja. La confluencia de factores, los múltiples incendios que han coincidido en el tiempo y los condicionantes climáticos han generado un nivel de contaminación del aire que ha dado lugar a alertas sanitarias.
Esta tragedia ha atraído ya a cantidades ingentes de jugadores que sobrevuelan la zona para contemplar la nube de humo, gracias a que Microsoft Flight Simulator integra un sistema de climatología global en tiempo real y que han compartido imágenes en redes sociales y comunidades en línea.
You can see the smoke from the wildfires in CA/OR on Microsoft Flight Simulator from r/gaming
Este sistema ha hecho que el "humo" de los incendios aparezca de forma perturbadora sobre la región, lo que produce un efecto sin duda singular en el videojuego: si bien el título no renderiza el humo (no parece que una circunstancia como esta fuera contemplada por los desarrolladores), el juego sí captura en buena medida una situación singular cubriendo extensísimas zonas de la costa estadounidense con densas nubes de baja altitud. Si bien no vemos el fuego ni la ceniza, sí nos permite hacernos una idea del alcance de este desastre en la naturaleza.
