Rovio Entertainment, creadores de Angry Birds, están experimentando una grave crisis financiera. Sus ingresos, en comparación a los del año pasado, han descendido un 97%. El traspiés de la secuela del film de animación basado en Angry Birds y la costosa adquisición de Hatch, una plataforma de redes y juegos en streaming basados en el 5G, han dejado tocadas las arcas de los finlandeses.
Unas malas inversiones y una diversificación de negocio errónea
Fundada en 2016 por el antiguo ejecutivo de Rovio, Hatch se presentó como una start up rompedora. Rovio posee el 80% de las acciones de la compañía de Juhani Honkala, y pese a que al principio parecía una buena inversión, un año después de la compra, los números parecen contradecir esta primera corazonada. El ente responsable de Angry Birds intentó acudir a una refinaciación para poder sacar la app a mejores mercados y con una mayor infraestructura, pero no terminó de cuajar. La idea, confirman sus responsables, es muy interesante y prometedora, pero en estos momentos no ofrece una viabilidad a corto plazo.
Los beneficios de Rovio han descendido un 41 % en comparación a los obtenidos en 2018. Kati Levoranta, consejera delegada del ente, cree que reformulando Hatch como plataforma familiar y para todos los públicos, evitando competir contra otras propuestas en streaming, podrán salvar el producto empresarial de la quema.
"Hatch Kids está en proceso de un soft launch en Finlandia y Suecia en Android, hemos visto un rendimiento positivo en sus primeros días", confirmaba de forma oficial "Hatch está planeando reestructurar sus operaciones para adecuarse en esta nueva estrategia y esto nos ofrecerá generar un ahorro de costos anual de aproximadamente 6 millones de euros", confirman.
Sin embargo, los problemas de Rovio se extienden más allá de Hatch y su infraestructura de streaming; incluso sin tenerla en cuenta, la empresa registró una disminución del 60,9% en las ganancias del cuarto trimestre a apenas 3,2 millones de euros, y una disminución del 23,9% anual a 29,2 millones. Ni Angry Birds Dream Blast ni Angry Birds 2, pese a registrar ingresos por valor de 57,6 millones de euros y 108,4 millones en micropagos, han podido paliar este año horrible para la compañía.
Los ingresos por licencias de marca a terceros y las ganancias derivados de los mismos también disminuyeron, a pesar del lanzamiento de Angry Birds Movie 2: Under Pressure en el tercer trimestre, que contó con buenas críticas, pero no logró cuajar entre los espectadores. Atrás queda el éxito del primer título.