¿Cuál es el impacto medioambiental del desarrollo de videojuegos? Eso es lo que quiere averiguar una investigación iniciada por el Doctor Ben Abraham de la Universidad de Tecnología de Sídney, quien ha comenzado un proyecto (vía GameSpot) que busca tanto dar a conocer cuánto contaminan los desarrolladores de software de la industria, como aportar soluciones para reducir la contaminación en el sector.
Abraham ha comenzado a enviar una encuesta a desarrolladores y estudios (que puede responderse de forma anónima, pero no asegura el anonimato) llamada "¿Qué están haciendo los desarrolladores de videojuegos sobre sus emisiones de carbono?". Esta primera fase de la investigación tiene como objetivo "crear una panorámica de la intensidad energética del desarrollo de videojuegos contemporáneo en los lugares de trabajo donde los juegos se hacen".
La encuesta pide a los desarrolladores que indiquen su grado de preocupación sobre el cambio climático y las emisiones de carbono causadas por la creación de videojuego, así como las actitudes que toman las personas individuales de la industria en lo que se refiere al potencial impacto medioambiental de su trabajo.
"Esta investigación se está llevando a cabo para averiguar el uso de energía y las emisiones de carbono asociadas en la producción de juegos digitales tanto en los lugares de trabajo individuales como a lo largo de todo el sector", para después poner soluciones a los posibles problemas.
"La investigación pretende averiguar lo que los desarrolladores de videojuegos están haciendo para reducir su huella de carbono para informar las investigaciones y las decisiones de reglamento futuras que se dirigirán a apoyar prácticas sostenibles de desarrollo de videojuegos".
PS5 tendrá un modo suspensión ecológico y Xbox fabrica consolas sin emisiones de carbono
En septiembre de 2019 se anunció la Alianza Jugando por el Planeta, una alianza de Naciones Unidas que une a 21 compañías de la industria, como PlayStation, Xbox y Google Stadia, para hacer frente al cambio climático con diversas prácticas tanto en la fabricación de consolas, en las funcionalidades de estas y en los comportamientos de los estudios.
Dentro de esas medidas se enmarca el renovado modo suspensión de PlayStation 5, que consumirá 0,5 vatios. "Si solo un millón de usuarios activan esta función, podría ahorrar el uso de electricidad equivalente a 1.000 casas estadounidenses", dijo en su momento Jim Ryan, CEO de Sony Interactive Entertainment.
Por su parte, Google Stadia está trabajando en una guía para informar sobre el desarrollo de videojuegos sostenible, y Microsoft se comprometió a reducir el 30% de las emisiones de su cadena de producción para el año 2030; a la vez, ha fabricado 825.000 de sus consolas Xbox (no especificó cuáles) sin emisiones de carbono.
En la iniciativa de la ONU, que estima que supondrá una reducción de 30 millones de toneladas en emisiones de CO2 para el año 2030, están marcas como Ubisoft, Twitch, Niantic, Supercell, Rovio y muchas más, hasta 21. La gran ausente es Nintendo, aunque la compañía japonesa tiene su propio Comité Medioambiental.