Los discos duros SSD que tendrán las máquinas de la próxima generación de consolas, la próxima PlayStation (aún no se sabe si se llamará PS5) y la consola de Microsoft con nombre en clave Xbox Scarlett, no solo reducirán los tiempos de carga, sino que permitirán a los desarrolladores crear mundos más vivos.
Al menos, así lo piensa Ricardo Seligmann, desarrollador del estudio español Novarama, quienes están desarrollando el RPG de acción cooperativo Killsquad.
En una entrevista con GamingBolt explica que entre las bondades de los SSD estará la posibilidad de "cargar contenido más rápido, hacer las pantallas de carga menos molestas, permitirnos cargar más enemigos, partículas de efectos y escenarios sobre la marcha sin comprometer el rendimiento".
Seligmann cree que, gracias a todo ello, los mundos que los desarrolladores crean para los juegos serán "más diversos e interesantes".
No es la primera vez que desde la industria del videojuego hablan de las mejoras para usuarios y creadores traerán las nuevas consolas y sus SSD.
Desde Remedy (Control, Alan Wake) decían que "tener un SSD es fantástico porque se trata de eliminar una gran cantidad de problemas de transmisión que los juegos tienen a tener". Desde Pixelnaut y Triple-I Games también afirmaban que los SSD enterrarán los tiempos de carga.
Por supuesto, mejores tiempos de carga no es lo único que traerán las nuevas consolas. Microsoft habló en la presentación de Project Scarlett (que se lanzará en la Navidad de 2020) sobre resolución 8K (aunque no sabemos si para vídeo o también para videojuegos) y 120 FPS; y tanto Sony con su PS5 como la próxima Xbox confiarán en la tecnología ray-tracing no solo para hacer la iluminación más realista, sino también para dar un salto considerable en el sonido, que permitirá ubicar de mejor manera a personajes, enemigos y obstáculos en espacios tridimensionales.
De la nueva consola de Sony no se ha vuelto a saber mucho desde que Mark Cerny, su arquitecto, diera numerosos detalles a principios de 2019.
