Ouya, la consola de sobremesa basada en el sistema operativo Android, cerrará definitivamente todos sus servicios online el próximo 25 de junio. Lo ha confirmado Razer, empresa propietaria de la consola y el sistema desde 2015. La máquina, que sumó más de un centenar de videojuegos en sus primeros meses y que llegó a contar con una revisión con mejor hardware y un mando inalámbrico perfeccionado, nació en 2013 y fue un éxito de un solo día.
Un mensaje de despedida para una consola que no terminó de cuajar
Razer, actual propietaria, ha comenzado a enviar una serie de correos de despedida a todos aquellos desarrolladores y equipos que aún tenían una cierta vinculación con ella, así como a los usuarios activos de la plataforma. En el mail se cita explícitamente el cierre de los servidores y servicios asociados con Ouya y Razer Forge TV, informando que dejarán de funcionar a partir del próximo 25 de junio.
Aunque la compañía alienta a los jugadores a que compren aquellos títulos que deseen antes de que se eche el cierre de forma definitivamente, también ha habilitado un sistema de reembolsos para usuarios de Forge TV y Ouya. "En cualquier caso, se seguirá teniendo acceso a los juegos que se hayan descargado", puntualizan, aunque destacan que dependerá del sistema de acceso a estos juegos, ya que muchos podrían tener sistemas de validación online. En estos casos problemáticos, Razer recomienda la confirmación del soporte por parte de los responsables del juego en cuestión.
Lanzada en 2013, Ouya recaudó más de 8,5 millones de dólares en Kickstarter, convirtiéndose en uno de los éxitos más grandes de la página de micromecenazgo. La consola nació en la época del boom de los videojuegos de móviles, cuando Angry Birds y Candy Crush recaudaban grandes cifras en iOS y Android, y el mercado parecía encaminado hacia la hegemonía de las apps de 0,99 euros. Tras la irrupción de las nuevas consolas, los teléfonos móviles de alta gama con mejores prestaciones y los free-to-play, Ouya quedó en tierra de nadie.
Tras atraer la atención de empresas e inversores, consiguió recaudar 25 millones de dólares adicionales, pero el sistema no terminó de despegar incluso con la inyección de liquidez que proporcionó Razer a mediados de 2015, que acabó fabricando las últimas unidades de la consola.
