La Gambling Commission de Reino unido, comisión encargada de regular las apuestas y el juego en el país británico, ha publicado un nuevo estudio en el que afirma tener evidencias de que hasta un millón de jugadores podrían ser ludópatas potenciales o experimentar tendencias abusivas con respecto a las apuestas por culpa de su exposición a las cajas de botín.
Crece la preocupación por la vulnerabilidad de los menores en Reino Unido
No es la primera vez que un organismo de alto nivel alerta sobre esto. El pasado septiembre, 15 grandes organismos reguladores del juego se opusieron en Europa a las cajas de botín, firmando y declarando un esfuerzo colaborativo para frenar el avance de las loot boxes y otros tipos de micropagos invasivos en los videojuegos. Para estos, es un primer paso a conductas más peligrosas y relacionadas con la futura ludopatía del público adolescente e infantil en edades posteriores.
El comité regulador británico habría registrado un aumento del interés por las apuestas y los juegos de azar entre los jugadores más jóvenes, muchos de los cuales habrían reconocido invertir dinero real en las cajas de botín y similares en los videojuegos.
La Gambling Commission de Reino Unido considera que esta es una vía de acceso muy peligrosa, toda una puerta hacia conductas abusivas en el futuro. El estudio se habría realizado a través de una muestra de más de 2800 personas con edades comprendidas entre los 12 y los 16 años.
El informe alerta de la necesidad de evitar la ludopatía en edades tempranas con medidas conjuntas y firmes, ya que estos juegos llegarían a ofrecer opciones equivalentes a las apuestas a una audiencia masiva sin ningún tipo de filtro o corte que sí están presentes en juegos regularizados como el póker o las apuestas deportivas. No obstante, algunos usuarios habrían revelado que se habrían gastado miles de dólares en este tipo de compras.
Pese a la opinión generalizada de que son negativas y malas, las compras in-app y los micropagos en forma de cajas de botín son un negocio lucrativo para muchas empresas. Algunos países, como Australia y Bélgica habrían considerado que son equivalentes a las apuestas o juegos de azar.