El negocio de los videojuegos es cada vez mayor y responde a una audiencia más global. Con el paso de los años, la industria ha ido madurando y ofreciendo videojuegos más comprometidos, complejos o consecuencias con la realidad que nos rodea. Ubisoft, a comienzos de año, presentó en Far Cry 5 una cultura política, religiosa y social muy presente en Estados Unidos, relacionándola íntimamente con las libertades individuales. En pocos meses, presentará Tom Clancy's The Division 2, un título que nos trasladará a una Washington D.C derruida. ¿Hay un mensaje político aquí? ¿Es bueno mojarse? Alf Condelius, uno de los responsables de Ubisoft Massive, cree que no. Y así lo ha explicado.
Un equilibrio sin responder a ninguna agenda política
"Es una cuestión de equilibrio porque no podemos ser demasiado abiertos políticamente en nuestros videojuegos", explica Condelius. "Por ejemplo, en The Division nos encontramos ante un futuro distópico con un buen número de interpretaciones y es algo que estamos viendo en nuestra sociedad constantemente, pero no, es simplemente una fantasía", argumenta.
"Se trata de un universo y un mundo que hemos creado para que los jugadores exploren y sean una buena persona en una realidad que se cae y hunde lentamente. Pero la gente quiere meter la política en ello y hemos evitado muchas de esas interpretaciones, tanto como hemos podido, porque no queremos hacer ningún tipo de declaración de intenciones con este juego", añadía.
De hecho, el pasado verano, los creadores de The Division 2 ya fueron tanteados por medios como Polygon debido a la simbología que se esconde detrás del escenario del videojuego y de la temática argumental, que presenta edificios y monumentos icónicos y característicos de la política y la cultura estadounidense derruidos y tomados por facciones radicales. "Sí, nuestro juego se ambienta en Washington D.C y nuestro personaje principal lleva una bandera norteamericana en su mochila. Pero no es ningún tipo de declaración política en absoluto", confirmaba uno de los desarrolladores.
"Además es malo para los negocios, para nuestra desgracia, si quieres una verdad honesta", continuaba Condelius en su alegato. "Creemos que es un tema interesante, y es una discusión que tenemos constantemente dentro del estudio y con nuestros usuarios, porque la gente quiere poner su propia interpretación en el videojuego y crear o ver algo que sea coherente con su propia visión del mundo en las fantasías que les ofrecemos", concluía. En este aspecto, Day Hay, máximo responsable de Far Cry 5, también realizó unas declaraciones muy similares. "Si haces un juego sobre un tema en concreto, pierdes la oportunidad de que los jugadores se expresen libremente", apostillaba. Sin embargo, no todos la industria son así.
Neil Druckmann, guionista y director creativo de The Last of Us, explicó que era imposible separar experiencias personales, creencias u opiniones políticas de la creación de un videojuego. "No, no se puede. Los guionistas expresan así su visión del mundo. Por ejemplo, el final de TLoU está muy inspirado en mis ‘políticas personales".
Sobreviviendo en Washington
The Division 2 nos trasladará a Washington D.C., la capital de Estados Unidos, completamente destruida. Ubisoft y Massive han desarrollado un ambiente azotado por el virus, tormentas, inundaciones y caos civil, presentándonos un entorno urbano con áreas anegadas, vegetación abundante y monumentos reconocibles afectados por el paso del tiempo y la destrucción. La ciudad se ha recreado a escala 1:1, y se han añadido facciones y eventos dinámicos que harán de nuestros paseos por la capital un odisea. Se pondrá a la venta en Xbox One, PS4 y PC el próximo 15 de marzo de 2019.