Sí, no es la primera vez que surge la fatídica noticia que habla de la permanencia de este tipo de negocio y monetización de los videojuegos. Pero es una de las primeras veces en las que los miembros de la industria del ocio digital, concretamente desarrolladores y profesionales, comentan que las cajas de botín acabarán por hacerse un hueco en los videojuegos de una forma u otra.
La búsqueda de la fórmula correcta para las cajas de botín
Los organizadores de la Game Developers Conference, evento que se celebrará el próximo marzo en San Francisco, ha realizado una extensa encuesta que ha buscado preguntar y evaluar el estado de la industria. En ella, entre otras cuestiones, se preguntaba explícitamente a los 4500 desarrolladores, diseñadores y programadores acreditados a la convención qué tipo de opinión tenían sobre este tipo de prácticas de monetización, si estaban trabajando en ellas o sobre qué importancia tendrían en la industria a corto plazo.
Un 11% de los encuestados está trabajando en videojuegos que incluyen este tipo de prácticas o que al menos, ofrece la posibilidad de monetización a través de estas compras in-game. Y es más: algunos desarrolladores creen que las cajas de botín son necesarias para sustentar la industria.
Según explican los responsables de la encuesta, los desarrolladores afirman que las cajas de botín son parte integral de los beneficios obtenidos a través de los videojuegos en mercados ajenos a Norteamérica y Europa, siendo vitales en China y Japón, países que tienen leyes muy concretas sobre el abuso en este tipo de prácticas.
Según los organizadores de la Game Developers Conference y este particular informe, no se trata de las cajas de botín: se trata de cómo están implementadas y de cómo se puede proteger a los consumidores a través de un marco legal correcto. Si se defiende al consumidor del abuso, los desarrolladores encontrarán un equilibrio justo para este tipo de monetización. "El tiempo es dinero", comentaba uno de los profesionales consultados.
Es una cuestión de equilibrio. Desde PC Gamer apuntan a que la solución entre editoras, consumidores y usuarios llegará en cuestión de tiempo. "Hay que buscar la forma en la que las audiencias occidentales se sientan atraídas por este tipo de compras, porque a veces, las fuertes ventas de un juego no son lo suficientemente sólidas como para mantener o garantizar el éxito de un juego o permitir que se desarrollen futuros videojuegos de gran presupuesto que la gente quiera jugar", explicaba otro desarrollador consultado.
"Las microtransacciones son una parte vital en el desarrollo de un videojuego triple-A. Así que al final, deberemos buscar una fórmula que funcione para los consumidores. El impacto de Battlefront II en términos negativos ha acabado por castigar la industria, y temo por ver cómo afectará a los creadores de videojuegos", concluía un desarrollador.