Dragon Ball FighterZ fue uno de los grandes anuncios del pasado E3, y tras su calurosa acogida en Vandal queremos celebrarlo con el Verano de Dragon Ball, un repasado de los juegos más importantes basado en el manga de Akira Toriyama, que realizaremos del 1 de julio al 31 de agosto.
Después de Dragon Ball Z: Budokai y Dragon Ball Z: Ultimate Battle 22, hoy le toca el turno a un nuevo juego.
Para quien quiera profundizar más en el tema, se acaba de poner a la venta Dragon Ball: Los videojuegos de una generación (Vol. 1), de la editorial STAR-T Magazine Books y escrito por el desarrollador de videojuegos David Jaumandreu, que abarca los juegos de 1986 a 1997.
Dragon Ball Z: Super Butoden (1993)
En pleno apogeo de la fiebre por Dragon Ball que arrasaba en medio mundo y tras una gran cantidad de juegos de distintos géneros en su haber, las adaptaciones a consola de las aventuras de Goku sufrieron toda una revolución con la llegada de Dragon Ball Z: Super Butoden para Super Nintendo, adentrándose de lleno en el terreno de los juegos de lucha, que tal y como sabréis, se convertiría en el género predilecto de los diferentes estudios que han trabajado con la licencia.
Por si no fuese suficiente con ser un juego basado en una serie que levantaba pasiones por todos lados a principios de los 90, también tenemos que recordaros que llegó justo un año después del lanzamiento en consolas domésticas de Street Fighter II, otro de los fenómenos de la época.
Esta fórmula ganadora dio como resultado un juegazo de lucha repleto de características únicas con las que se captó como nunca antes la esencia de la serie, sin descuidar por ello ni su jugabilidad ni su apartado audiovisual.
De este modo nos encontrábamos ante un título de lucha bidimensional en el que los personajes podían realizar una buena variedad de golpes y movimientos de combate cuerpo a cuerpo para realizar combos que recordaba inevitablemente a lo visto en el juego de Capcom, aunque las diferencias empezaban a aparecer rápidamente en el momento en el que nos dábamos cuenta de que los escenarios eran gigantescos y que en el momento en el que nos alejábamos de nuestro rival la pantalla se partía para permitir que pudiésemos tomar una gran distancia de él.
Gracias a esto y a las diferentes técnicas y ataques a distancia que podíamos realizar, nos topamos con un juego de lucha mucho más técnico y estratégico de lo que habíamos visto hasta la fecha, ya que esta gran movilidad añadía una nueva capa de profundidad de la que carecían sus competidores de aquel entonces. Es más, esta no se limitaba a movernos por tierra, ya que también podíamos ascender a un segundo nivel de altura para mantenernos en el aire y luchar en el cielo.
Por si no fuese suficiente, teníamos una barra de Ki que teníamos que aprender a gestionar, ya que era la que nos permitía realizar nuestras técnicas especiales, las cuales, por cierto, eran todo un espectáculo visual, activando unas pequeñas secuencias cinematográficas durante las cuales el defensor podía actuar, ya fuese para desviar el ataque, bloquearlo o esquivarlo.
El juego no contaba con demasiados personajes (una decena, 13 si contábamos los guerreros con diferentes transformaciones) y al llegar en un momento en el que la serie todavía estaba emitiéndose, la plantilla solo incluía luchadores de las sagas de los Saiyans, Namek y Cell, siendo esta última la que más representación tenía.
La selección de modos no era especialmente elevada, aunque traía consigo un entretenido Modo Historia (que no dejaba de ser una especie de Arcade con el que recrear algunas luchas míticas de la serie), el imprescindible Versus tanto contra la IA como contra otro jugador, y un Modo Torneo para ocho jugadores que nos dio muchas alegrías cuando conseguíamos reunirnos varios amigos en casa para jugar.
A nivel audiovisual también era una pasada, con un diseño de personajes y escenarios excepcional, así como una cuidadísima puesta en escena a la hora de realizar las técnicas especiales. Y eso por no hablar de su genial banda sonora, pegadiza como pocas.
En definitiva, un juego clave para entender la trayectoria de Dragon Ball en el mundo de los videojuegos y todo un clásico de la lucha de SNES que desbordaba calidad, mimo y mucho buen hacer.