Apenas unos días después de lanzar Ghostbusters, un nuevo juego basado en la licencia de Cazafantasmas, Fireforge Games ha registrado su bancarrota. Según Kotaku, la compañía ha liquidado sus activos en julio para pagar una deuda de al menos 12 millones de dólares.
Fireforge sólo es conocida por este título que no ha cosechado buenas críticas. Ghostbusters mezcla rol y acción en tercera persona para ser jugado tanto en formato individual como en multijugador cooperativo para hasta cuatro usuarios en modo local.
Aunque aprovechó la fecha para coincidir con el estreno de la última película, no se basa en ella. Una de las posibles causas de su fracaso se encontraría precisamente en las prisas por terminar el juego, que habría estado en desarrollo apenas ocho meses.
El estudio se fundó por Tim Campbell, un extrabajador de Blizzard.
Sus primeros proyectos inconclusos fueron dos MOBA, uno nombre clave Zeus que publicaría Razer y otro Atlas, con financiación de Tencent, quien tenía un 37% de las acciones en Fireforge.
La compañía todavía no ha realizado un comunicado oficial.