Muy pocas películas han conseguido dejar ese residuo en la cultura general que hacen que todo el mundo, incluso otras generaciones, hayan oído hablar de ellas. Una de ellas es Los inmortales. Parece mentira que un universo con una mitología tan rica no se haya explotado a la hora de hacer un videojuego, y más con las con las posibilidades de las plataformas actuales.
Sí, se lanzó un juego en 1986, junto a la película, para ordenadores de la época –como ZX Spectrum y Commodore64–, pero tampoco era precisamente para recordar. Desde entonces, Highlander, como se llama en inglés, ha quedado en un segundo plano, aparentemente, para no volver. Y no porque nadie lo intentara, como os vamos a contar hoy. Antes de empezar, por cierto, queremos aclarar que hay otro proyecto cancelado de Highlander, un título homónimo que comenzó a desarrollar Climax y que, como sospecharéis, tampoco gozó del mejor de los finales.
Highlander: The Game, como su propio nombre indica, es un juego basado en Highlander que, de la mano de Square Enix, quería ofrecernos una aventura de rol y acción en tercera persona para PlayStation 3, Xbox 360 y PC. Anunciado en enero de 2008 (y con, probablemente, más de un año de desarrollo a sus espaldas), se esperaba que debutase ese mismo año. Hoy ya sabemos que no lo hizo.
Pero antes de saltar a conclusiones, os damos un poco de contexto para quienes no conozcan el universo en el que se basaría, y las posibilidades que esto le daría a la jugabilidad. Nuestro protagonista iba a ser un "Inmortal", que en el universo de Highlander, significa que no puede morir hasta que no sea decapitado. Esto abriría las puertas a todo tipo de acciones inimaginables para un humano normal; por ejemplo, usar nuestro propio cuerpo para conducir grandes cantidades de electricidad, o lanzarnos al vacío desde cualquier altura.
Owen MacLeod, el protagonista, también resistiría disparos o cortes que recibiera en el combate, y aunque, si éstos se acumulaban podía "morir", reviviría poco después cuando su cuerpo se curase. En cierto modo, era como justificar el sistema de curación automática que tienen todos los juegos con el argumento, con la diferencia de que, como si de un Wario clásico se tratase, podría dañar su cuerpo para realizar ciertas acciones que le permitieran progresar.
Gran parte de la acción se centraría en el combate con espadas, particularmente espectacular no sólo por la maestría de los personajes con las armas blancas, sino también por los reflejos felinos de los Inmortales. Todo ello, unido a la gran cantidad de entornos que recorreríamos, hacía que Highlander: The Game fuese un título bastante atractivo. Al menos, sobre el papel.
A diferencia de otros Inmortales, Owen tenía poderes mágicos que no se llegaron a detallar, aunque parece que podría utilizar ciertas habilidades para el combate, teniendo en cuenta que algunas tenían nombres como "fireblade", "wind fury" o "Stone armor". El combate que mencionamos se centraría generalmente en las armas, aunque contaríamos con diferentes estilos de lucha.
Centrándonos más en la historia, nuestro protagonista sería un antepasado de Connor y Duncan MacLeod, que, seguro, sonará a los seguidores de la película. Nos iríamos hasta Pompeya, hace 2000 años, para comenzar la aventura, pero recorreríamos también visitaríamos otras localizaciones a lo largo del mundo y de la historia, como la Galia francesa o una Nueva York en un futuro muy próximo.
Owen era capturado y obligado a combatir como un gladiador, lo que le descubriría sus poderes de Inmortal. Guiado por Methos, el Inmortal más longevo, Owen se embarcaría en un periplo por el espacio y el tiempo para reunir los fragmentos de una piedra que le permitiría derrotar a su némesis.
Esta historia se extendería a lo largo de 18 misiones en las que conoceríamos y/o nos enfrentaríamos a 77 personajes, una cifras que demuestran lo importante que iba a ser el argumento. Además, ya hemos mencionado anteriormente algunos personajes conocidos que harían acto de presencia, algo que de seguro agradecerían los seguidores de Highlander.
Toda esta promesa se desvaneció en diciembre 2010, cuando Square Enix anunció que Highlander: The Game había sido cancelado. No se dieron explicaciones, pero la falta absoluta de noticias en casi tres años hace suponer que las cosas no iban particularmente bien para el proyecto. Siendo honestos, el título nunca llegó a despertar demasiado interés, y cuando se canceló fue cuando muchos recordaron su existencia.
La cancelación de un juego nunca es una buena noticia, ya que implica que muchas horas de trabajo de decenas, si no cientos, de profesionales se va a la basura, aunque al menos nos quedan algunos materiales para recordar lo que pudo ser Highlander: The Game.
