Desde hace muchos años, la industria sabía que los videojuegos tenían mucho poder fuera de las propias consolas y recreativas, y era inevitable expandir sus posibilidades fuera de lo tradicional. Esta semana ha cumplido años Kirby: Triple Deluxe, y hemos decidido rebuscar en la historia de la bola rosa de Nintendo para encontrar un proyecto, cuando menos, curioso, que incluso estando terminado no llegó a lanzarse.
Una época de hardware adicional y add-ons
Para entender este producto, tenemos que entender que nos transportamos a otra época. Incluso si hablamos del año 2000, que parece reciente, hay que ser consciente de que han pasado 21 años y las cosas han cambiado mucho desde entonces. Hace dos décadas no era raro que las consolas siguieran recibiendo add-ons y diferentes dispositivos que se conectaban para mil y un propósitos.
No era raro que nuestras consolas tuviesen puertos preparados para conectarles cacharros de todo tipo; desde la tarjeta de red de PlayStation 2 al lector de juegos de Game Boy de GameCube, pasando por el GPS de PSP. Había para todos gustos y colores, e incluso PlayStation Vita tenía un puerto de accesorios que nunca se llegó a utilizar. Suponemos que Sony tenía periféricos preparados para la portátil, pero por temas de ventas o por, simplemente, la evolución del mercado, nunca llegaron a comercializarse.
Game Boy había sido una auténtica revolución y contaba con bastantes «cacharros» un tanto peculiares, como la cámara o la impresora, y no era de extrañar que las empresas buscaran todo tipo de ideas para aprovechar el éxito de la consola. De nuevo, os recordamos que al hablar de los 2000 Game Boy os puede parecer casi retro, pero Game Boy Color se lanzó en 1998, al borde del cambio de milenio.
Es que lo han bordado
Por alguna razón, Natsume –conocida entonces por desarrollar muchos juegos basados en licencias famosas, como los Power Rangers y, ahora, por publicar Harvest Moon– colaboró con HAL Laboratory para crear este título para Game Boy Color que consistía en... conectarse con una máquina de coser para bordar para poder bordar una serie de diseños temáticos de Kirby.
Sí, Kirby Family un «juego» como tal, sino que era una especie de lo que, hoy en día, sería una aplicación de móvil, pero sin micropagos y, aparentemente, a casi 60 euros. Este cartucho sólo funcionaba con una serie de máquinas de coser fabricada por Jaguar, la línea JN-100, así como la línea JN-200 que lanzaría a posteriori. Esta máquina de coser venía con un cable que permitía la conexión con Game Boy Color y hasta un huequecito para encajarla.
Kirby Family contenía 32 diseños que eran adaptaciones de diferentes ilustraciones de Kirby 64: The Crystal Shards, y cuyos colores podíamos modificar antes de mandar la orden a la máquina para bordarlos. En una de las pantallas aparece el kanji «小», que significa pequeño, por lo que es posible que pudiésemos cambiar el tamaño o que diferentes patrones tuvieran diferentes tamaños. Los personajes disponibles eran Kirby, Waddle Dee, Ribbon, Rey Dedede, Adeleine, Kapar, Chacha, Bronto Burt, Emp, Whispy Woods, Flora y Chilly.
Perdiendo el hilo
Kirby Family, con su correspondiente máquina de bordar, se mostró en el Nintendo Space World de 2001, y estaba previsto para debutar el 10 de septiembre de ese mismo año, pero como os podéis imaginar, nunca lo hizo. Utilidad aparte –que, bueno, te podías montar un mercadillo de ropa de Nintendo en tu casa–, parece ser que el fracaso en ventas de Mario Family acabó con el proyecto de Jaguar y Nintendo.
Porque, en efecto, el 27 de agosto de 2001 se lanzó en Japón Mario Family, el último juego del fontanero para Game Boy Color, y que básicamente hacía lo mismo que el equivalente con Kirby, pero con personajes de la saga Mario. Obviamente, esto no deja de ser una curiosidad, pero nos ayuda a ver con perspectiva el alcance de los videojuegos, al menos, en Japón.