Como todos sabéis, Rare es uno de los estudios más icónicos de Europa, sobre todo durante los casi 20 años que pasó colaborando con Nintendo. Aunque han tenido sus altibajos, también cuentan con una enorme cantidad de grandísimos juegos. Durante su época dorada, prácticamente todos sus juegos estaban a un altísimo nivel, independientemente de su género. Quizás, este es otro de los puntos fuertes del estudio: lo mismo te hacían un yo contra el barrio que un juego de disparos en primera persona; lo mismo te hacían un plataformas en dos dimensiones que un juego de carreras... Y lo hacían todo bien.
No es de extrañar que, con semejante versatilidad, Microsoft decidiese unirlo a su equipo de cara a su salto a las consolas. Tras unos siete años creando juegos más o menos tradicionales, centrados en las licencias que el estudio había creado durante sus años con Nintendo, Microsoft decidió enfocarlos en Kinect, el nuevo periférico que quería ampliar la audiencia de sus consolas, aprovechando las puertas que había abierto Wii. Rare, así, pasó a trabajar en exclusiva en la cámara/sensor de movimiento, con un enfoque mucho más casual en el diseño de sus juegos.
El cambio se produjo en 2009, y el equipo británico estaba dedicado por completo no sólo a los juegos, sino a la «experiencia» de Kinect. Esto incluía trabajar en los avatares, el sistema de reconocimiento de la cámara y la interfaz, por ejemplo. En 2010, Scott Henson, un desarrollador que había trabajado tanto en Xbox 360 como en Kinect, pasaba a convertirse en el director del estudio, y abriría un segundo miniestudio en el centro de Birmingham (el estudio principal está a las afueras de la ciudad inglesa) para generar ideas y propuestas para crear nuevos juegos.
Este segundo estudio se centraría, además de en proponer ideas, en todo lo visual, con especial enfoque en la creación de arte conceptual. Estamos seguros de que de aquí salieron decenas de conceptos que se sumaron a la interminable lista de proyectos cancelados de Rare, pero uno ha conseguido escapar de las paredes de esta oficina gracias a Unseen64. Sin ni siquiera un nombre, sabemos que la idea era ofrecer una especie de Monster Hunter, en el que cuatro jugadores se enfrentarían a jefes gigantescos que requerirían de mucha colaboración para derrotarlos.
Al parecer, también habría un elemento que recordaba a The Wonderful 101, aunque no sabemos a ciencia cierta cómo funcionaría. Quizás agruparnos de una manera u otra nos daría ciertas habilidades, o realizar gestos con Kinect impactaría la jugabilidad de alguna manera. Eso sí, a pesar de este acercamiento casual, todo apunta a que se usarían mandos tradicionales para controlar a los personajes, que serían nuestros avatares para Xbox 360, que se pondrían personalizar con todo tipo de trajes de multitud de épocas, así como diferentes habilidades.
En las ilustraciones rescatadas podemos ver un interesante ejemplo de cómo habría que colaborar para derrotar a los jefes. En uno de ellos podemos ver un robot al que simplemente tenemos que apagar, y la dificultad reside en apagar el interruptor que tiene en la espalda. Uno de los jugadores usaba sus superpoderes de hielo para congelar una mano y anclarla al suelo, mientras que otros dos sujetaban la otra extremidad con cuerdas. El cuarto jugador aprovechaba así la oportunidad para encontrar una ruta a través de una grúa, llegar a la espalda y apagar el interruptor. Como veis, podría haber resultado en una propuesta muy interesante, en la que estudiar al enemigo, el escenario y nuestras posibilidades como equipo sería la clave para hacernos con la victoria.
Apenas se conocen detalles sobre este proyecto, pero la base parece lo suficientemente prometedora como para haber resultado en un título interesante. Todo apunta a que Rare ni siquiera llegó a trabajar en un prototipo ya que, seguramente, Kinect Sports apuntaba a convertirse en un mayor éxito y un «vende-Kinects» siguiendo la estela de Wii Sports. Quizás, algún día, Rare volverá a abrir el cajón de los proyectos cancelados y nos dejará saber más sobre la inmensa cantidad de propuestas que tuvieron que salir de ese segundo estudio durante el año que estuvo abierto.