Hablar de Locomalito es, indefectiblemente, hablar de Juan Antonio Becerra, su padre fundador y el nombre detrás de esa especie de bandera pirata pixelada que campa a sus anchas por redes sociales como Twitter, atizando de una u otra manera a la industria actual del videojuego, tal vez con esa nostalgia del que disfrutó mucho de chaval, y que ahora ve como se ha convertido, en parte, en un lugar donde proliferan las corbatas, y donde las mentes creativas muchas veces se ven demasiado influidas por lo que tiene que facturar un videojuego en lugar de cuánto tiene que entretener al jugador.
Así, Locomalito no sólo se queja vía Twitter de que esta generación no va a aportar lo suficiente a gente como él, sino que además toma cartas en el asunto y crea juegos para los que él cree que son "desatendidos" de esta industria. Gente que tiene alrededor de una hora cada cierto tiempo para poder jugar a tope, y que no le importa morir una y otra vez porque de esa manera sus habilidades con el juego en cuestión van mejorando. Y ahí está la gracia del juego, de disfrutar y aprender en el camino, no sólo de conseguir llegar a la meta.
Y es que a lo tonto a lo tonto, Locomalito lleva desde más allá de 2007 intentando enseñarnos lo que él cree que son los "verdaderos valores clásicos del videojuego". Y un detalle muy importante: siempre gratis.
Que si estás eternamente agradecido a Juan Antonio siempre puedes donarle algo de dinero, o si no comprarle alguna edición física (se suelen vender en eventos como Retro Madrid, pero también se puede adquirir por internet, y son bastante limitadas). Pero los juegos de Locomalito sólo salen para plataformas donde los juegos puedan ser gratis, así que olvidaos de PS4 o Xbox One por ahora (a pesar de que los han usado de ejemplo en eventos como el E3), y acordaros de la Ouya, los móviles, las tabletas y los ordenadores.
Un hecho curioso de Juan Antonio es que no suele trabajar sólo. Suele tener ciertos colaboradores, que de hecho tienden a repetirse juego tras juego. Para las portadas el autor casi siempre es el polaco Marek Barej, mientras que la banda sonora suele correr a cargo del también español Gryzor87, aunque en 8 bit Killer la banda sonora corrió a cargo de RushJet1, y en L’Abbaye des Morts la portada la hizo el mismo Gryzor87.
Sobre el recorrido histórico de Locomalito, empezaremos con el citado 8 bit Killer. Curiosamente, puede que sea el menos retro de todos los juegos, un título que si hubiera aparecido en máquinas de 16 bits hubiera sido un título destacable a nivel técnico por la complejidad de realizar juegos estilo Doom en esas máquinas. Curiosamente, ya se llama 8 bit Killer debido a su intención de mostrar paralelismos con lo que estaba de moda en los tiempos en los que la Nintendo Entertainment System dominaba el mercado con puño de hierro, de manera que vemos referencias a videojuegos como Metroid, Bionic Commando, Contra o Mega Man, mientras que las películas tienen su hueco en la forma de espacios que recuerdan a Mad Max o 2013: Rescate en Los Ángeles. La paleta también es similar a la que usa la 8 bits de Nintendo, mientras que los sonidos se reducen a los realizados sólo con un bit.
Como podréis ver, ya desde el inicio se puede ver la radicalidad de la propuesta de Locomalito. Algo que se mantiene, y de qué manera, en Hydorah. Lo primero que podemos decir es que Hydorah es, seguramente, el juego en el que más tiempo ha invertido Juan Antonio. Dos años, entre unas cosas y otras, le llevó el estrenarlo, y lo cierto es que fueron dos años bien invertidos, porque la prensa y crítica internacional lo acabó recibiendo con un aplauso muy fuerte. De hecho, hasta Derek Yu, el autor de Spelunky y creador de la página de referencia en juegos independientes Tigsource, ha reconocido más de una vez que Hydorah, para él, es un juego ejemplar.
¿Qué tiene Hydorah para ser tan especial? Si acudís a la web de Locomalito y echáis un ojo a los gráficos no os parecerá para tanto, especialmente si ya habéis disfrutado anteriormente con la saga Gradius. Y es que, de primeras, parece realmente un juego homenaje o realizado por aficionados en honor a esta saga.
Pero una vez nos ponemos en faena vemos que sí, que homenajea a Gradius, pero también a casi toda saga relevante de los juegos de matamarcianos con desplazamiento horizontal, y como tal tiene momentos de R-Type, de Darius, de Thunderforce y de otros clásicos, a los que se permite el lujo de encima crear escenarios como The Path of Scylla, una fase rodeados de agua donde tenemos que sacar lo mejor de nosotros mismos para no perecer de muchas maneras distintas.
Porque, como os he dicho, Juan Antonio trabaja mucho sobre la dificultad de los juegos, con un detalle añadido: siempre hay secretos o detallitos con los que compensar al jugador paciente y constante que acaba solucionando el entuerto a base de reflejos, memoria y otras virtudes que, según Locomalito, acaban sin ser del todo explotadas por los juegos actuales.
Tras Hydorah, y durante un viaje al sur de Francia, Locomalito y Gryzor87, que viajaban con sus parejas y demás elementos de la familia, se quedaron prendados del arte cátaro. Así que, manos a la obra, y en un tiempo récord, lanzaron un juego, L’Abbaye des Morts, esta vez autolimitándose a las posibilidades que puede ofrecer un Spectrum de la época. El juego es una videoaventura de desplazamiento lateral que puede recordar a los clásicos de la época, pero resulta especialmente curioso que ha acabado teniendo una versión de Spectrum con la que no tienen nada que ver realizada por un desarrollador italiano. Y no es la única conversión, pues los alicantinos Lucera Project también han hecho un remake en HTML5.
Tras una serie de juegos menores (Viriax, EFMB, They Came from Verminex y Verminian Trap) a los que seguro que Juan Antonio tiene mucho cariño pero que no han sido tan elogiados a nivel de público, a finales de 2012 nace la segunda gran obra de Locomalito. Bebiendo, esta vez, de los clásicos Makaimura (Ghost & Goblins y secuelas) de Capcom, pero adaptándolo a las diferentes mitologías ibéricas, y con el toque propio de Locomalito, nos encontramos con un juego que, si bien, ha sido más criticado por los popes de lo indie (Locomalito, tu antes molabas) que juegos anteriores, ha conseguido no sólo que ganen premios como el HoPlay, sino también crear una gran cantidad de comunidad, aparecer en dispositivos como la Ouya, y sobre todo, que mucha gente quiera tener Maldita Castilla en una recreativa moderna.
De recreativa, y no precisamente moderna, es el origen de Gaurodan. Un matamarcianos ambientado en las Islas Canarias e inspirado tanto por las películas de Kaiju (bestias salvajes estilo Godzilla) como por los juegos de recreativas de la primera mitad de los 80, es un título sorprendente, que si bien no alcanza el nivel técnico de Hydorah o Maldita Castilla, es muy disfrutable en su alta dificultad.
¿Y ahora? Actualmente Juan Antonio está finalizando, además de un mueble de recreativa para el hogar, el videojuego Star Guardian, un arcade de robots (cómo no) basado en juegos "tan conocidos" como Getstart o FlashGal. Esperemos que sí lo finalicen, y que no pase como con proyectos como Curse of Issyos o Grialia que están "on hold" desde hace tiempo ya. Se les espera, como no puede ser de otra manera, con los brazos abiertos.
