Con Xbox One X a la venta y habiendo ya demostrado que es el gran salto técnico que habían prometido, Microsoft tiene la importante tarea en 2018 de lanzar y anunciar grandes juegos para su consola, que den motivos para hacerse con el nuevo hardware, a la vez que no se olvidan de los poseedores del modelo original, a los que no pueden dejar tirados con malas versiones.
De momento sabemos que como títulos exclusivos en consola Xbox One recibirá en 2018 Sea of Thieves (el 20 de marzo), Crackdown 3 y State of Decay 2, estos dos últimos todavía sin fecha, y algún juego no anunciado que se da por sentado, como Forza Horizon 4.
Hoy queremos hablaros de uno de ellos, State of Decay 2, una aventura que acogerán con los brazos abiertos los amantes de los zombis y la supervivencia, y que llega con la promesa de ser mucho más ambicioso y completo que el primero, que no hay que olvidar que fue un juego de origen modesto.
Esta secuela, como tantas otras, llega con la clásica etiqueta de "más y mejor", pero en el caso de esta saga puede significar mucho, al contar con una base tan buena y con un potencial enorme.
En un mercado repleto de juegos de zombis, State of Decay llegó en 2013 con una propuesta única y con mucha personalidad, ofreciendo un verdadero simulador de supervivencia zombi, en el que eran tan importantes los enfrentamientos contra los enemigos como la gestión de los supervivientes y la base donde convivían. Vamos, The Walking Dead hecho videojuego, algo que títulos con mucho más presupuesto no han sabido plasmar tan bien.
El ser el primer trabajo de Undead Labs y contar con un presupuesto modesto se vio reflejado en diversos aspectos del juego, como un apartado técnico discreto con algunos problemas, además de otros errores o carencias, como contar con un solo mapa que se acababa haciendo repetitivo. Todo esto no impidió que fuera un éxito, con 4.5 millones de unidades vendidas entre todas sus versiones: Xbox 360, PC y también en Xbox One, donde se lanzó en 2015.
Después de semejante éxito, esta secuela será un juego mucho más ambicioso, algo que notaremos primero en lo visual, con el Unreal Engine 4 y gráficos a 4K y HDR en Xbox One X, y lo que es más importante, en lo jugable, con muchas más posibilidades. La novedad principal será su modo cooperativo online para cuatro jugadores, un añadido que lo cambiará todo, aunque por supuesto podremos seguir jugando solos.
Como en el primero, nosotros comenzaremos con un personaje e iremos reclutando para nuestra base a otros supervivientes, y si morimos, pasaremos a controlar a otro de los personajes que queden con vida. Esto se trasladará también al cooperativo, y un amigo nos podrá invitar a su partida, a su mundo, y si morimos en él, perderemos a ese personaje para siempre, aunque si salimos airosos, podremos obtener recursos y puntos de experiencia para nuestra propia partida.
Si no contamos con amigos con los que jugar, habrá un sistema para invitar a jugadores anónimos a nuestra partida, de manera parecida a lo visto en la saga Dark Souls, para que nos puedan echar una mano. Ya sea jugando solos o formando un grupo de cuatro jugadores, el número de enemigos será el mismo, aunque más abundantes en esta secuela, y esto puede sonar a una gran ventaja respecto a jugar en solitario.
Pero hay que tener en cuenta que los recursos seguirán siendo los mismos juegues solo o acompañado, por lo que habrá que administrarlos mejor cuando juegues en cooperativo, lo que compensará las cosas, y no podremos derrochar las balas, los botiquines y todos los materiales que vamos consiguiendo para construir otros objetos. Para complicar las cosas habrá nuevos elementos de supervivencia a tener en cuenta, como la gasolina de los coches, que se consumirá con los múltiples viajes por los escenarios.
En State of Decay, en vez de apostar por un único y gigantesco mundo abierto, habrá tres mapas diferentes, cada uno de ellos del tamaño del primer juego, por lo que será sustancialmente más grande y variado. Como ya hemos recalcado, las posibilidades se multiplican en todos los frentes; por supuesto en el de la acción, con nuevos enemigos, tanto zombis como humanos, así como nuevas armas y vehículos. Y lo que nos parece todavía más interesante, la parte de gestión, supervivencia y rol, más elaborada y profunda.
A la hora de gestionar y ampliar la base, se podrá construir multitud de instalaciones diferentes, lo que nos obligará a tomar constantes decisiones: atalayas defensivas, jardines, huertos, granjas, enfermerías, laboratorios, cocinas, talleres o gimnasios, entre otros muchos lugares, que nos permitirán defendernos de los zombis, obtener alimentos, medicamentos o mejorar la salud tanto física como psicológica de los personajes.
Porque uno de los elementos más destacados de State of Decay 2 frente a otros juegos de zombis será el hecho de gestionar correctamente a un grupo de supervivientes mientras vamos incorporando a nuevos miembros. Cada uno de ellos con sus propias habilidades, personalidades y necesidades, lo que también provocará roces entre el grupo, que tendremos que saber gestionar, como en todo buen relato de zombis.
A este respecto, sus creadores han dicho que las decisiones que tomemos, además de más numerosas, tendrán un mayor impacto en el mundo del juego. Por lo que, en vez de apostar por una narrativa clásica, con cinemáticas y un guion preestablecido, tendremos una narrativa emergente, gracias a la cual cada partida será única, convirtiéndolo ya de paso una aventura tremendamente rejugable.
Para llegar a destapar todo el potencial de un personaje habrá que cumplir misiones específicas, relacionadas con su vida, por lo que parece que las misiones secundarias tendrán un sentido, y no solo nos limitaremos a vagar de un lugar a otro para obtener recursos, sino también por motivaciones personales, algo que nos parece muy interesante.
Primavera de 2018
Sin haberlo podido probar todavía ni verlo en profundidad, todo lo que sabemos de State of Decay 2 nos suena muy prometedor. Y no son promesas vacías, porque Undead Labs ya demostraron su talento con el primer juego, y esta puede ser la típica secuela que de un enorme salto de calidad respecto al primero, y apuntale y potencie todas las buenas ideas que ya estaban originalmente. Se lanzará en primavera para Xbox One y Windows 10, y los amantes de este tipo de aventuras de supervivencia tienen motivos de sobra para esperarlo con muchas ganas.