Ryse, anteriormente Codename Kingdoms, era uno de esos juegos que iba a demostrar que Kinect valía para los juegos hardcore, anunciado primero en el E3 2010, cuando Project Natal se convirtió en Kinect, y transformado en Ryse el año siguiente, en 2011, cuando tras el éxito de ventas del innovador dispositivo los jugadores se preguntaban si valía para algo más que deportes y baile. Ryse ha dado el salto a Xbox One y será uno de los títulos de lanzamiento de la consola, pero ya no es un juego para Kinect. Nos convertiremos en un centurión del Imperio Romano por la vía clásica, es decir, usando el mando de Xbox One, aunque Crytek ha intentado darle una gran importancia a los eventos interactivos para diferenciarlo un poco del resto de juegos de acción.
Ryse: Son of Rome nos mete en la piel de Marius Titus, un general romano que ha perdido a su familia, asesinada por los bárbaros. Marius necesita volver a Roma para vengarse y en su aventura le ayudarán grupos de soldados que están a sus órdenes.
Ryse: Son of Rome es un título que apuesta también por la Kinect de Xbox One y por la tecnología SmartGlass que Microsoft está potenciando como segunda pantalla. Ryse: Son of Rome no es un juego que intente ser histórico: los datos presentados no son exactos, ni las armaduras de los soldados romanos. Son of Rome presenta su propia historia original.
Mientras jugamos, en SmartGlass nos aparece un timeline en el que se indica nuestra misión en ese momento (acabar con la torre del enemigo) y nos muestra las mejores jugadas de nuestros amigos. Podemos pulsar sobre el icono de cualquier amigo para comprobar su jugada justo al llegar a un momento de la historia y para ver sus estadísticas y experiencia acumulada. El objetivo de este sistema de timeline o de cronología es que podamos aprender de nuestros amigos o ver si les podemos superar. Observamos que en SmartGlass aparece una opción de multijugador en la que se puede personalizar a un gladiador. Desde el estudio todavía no han hablado del apartado multijugador, pero nos aseguran que "cambiará la manera de jugar".
Ryse es un hack & slash al estilo de God of War y Devil May Cry, aunque realmente nos ha recordado especialmente a Spartan: Total Warrior, aquel derivado de la saga Total War para consola que nos hacía encarnar a un soldado griego en un mundo entre histórico y mitológico. Ryse, o al menos lo que vimos, va por esta línea: nosotros controlamos a un soldado, pero dentro de una gran batalla (guionizada, no abierta), y estamos acompañados de otros soldados que avanzan con nosotros. La demo, de unos cinco minutos, nos dejó probar el sistema de combate del juego y comprobar lo vistoso que era.
La demostración comenzaba con una especie de desembarco a lo Salvar al soldado Ryan bastante impactante, sobre todo porque está ambientado en la época romana. Las galeras llegan a un puerto y son recibidas por una lluvia de flechas, culminada con el disparo de una catapulta que hace explosión y tira a nuestro personaje al suelo, como si fuese una explosión en una guerra moderna -hasta los oídos le pitan-. Cuando recupera el equilibrio, vemos cómo algunos de nuestros soldados han muerto atravesados por una flecha o han sido desmembrados por la explosión. Ryse es violento y explícito, y no se corta a la hora de mostrar estas escenas, haciéndolo sin exageraciones ni gore gratuito, lo que lo hace mucho más crudo.
Avanzábamos unos metros con nuestro centurión y comenzaba el combate. Cuesta un poco acostumbrarse, pero al final Ryse se controla con un hack & slash, simplemente el personaje no es un ninja mágico sino un centurión un poco tosco que en vez de esquivar ataques rodando por el suelo lo que tiene que hacer es cubrirse con su escudo, que también se usa como arma. El ataque principal usa la espada (un gladius romano) contra los enemigos, mientras que el secundario usa el escudo para golpear. Suponemos que a lo largo del juego encontraremos nuevas armas que usar, permitiendo combinaciones y combos diferentes.
Los de esta demo eran limitados, pero efectivos y, extrañamente, realistas y satisfactorios. Estamos acostumbrados a que los golpes en los juegos de este estilo sean veloces y fantasiosos, pero en Ryse son más lentos y rotundos, por decirlo de alguna manera. Los enemigos nos atacan y procuran rodearnos, y el título tiene un buen sistema de control que hace que ataquemos justo donde queremos, manteniendo a raya a los enemigos. Es importante cubrirse con el escudo, usando el botón A, bloqueando los ataques del enemigo y dejándoles indefensos durante unos momentos.
No combatimos lo suficiente como para juzgar el sistema de control y combos del juego, pero la sensación es que el combate será más pausado y técnico que en los hack & slash al uso. Hay una peculiaridad, y es que los enemigos deben rematarse con un Quick Time Event que aparecerá insinuado sobre sus cabezas (con el botón B), y mientras no lo hagamos seguirán atacando con efectividad. Cuando pulsemos el botón, el evento interactivo comenzará, teniendo que pulsar la combinación adecuada para que nuestro hijo de Roma acabe definitivamente con el enemigo, de forma bastante violenta, por cierto, incluyendo una ejecución clavando la espada en la nuca del enemigo.
Hay que mencionar también que esta demo era permisiva, y la mayoría de los eventos se ejecutaban aunque los fallásemos, algo que lógicamente no ocurrirá durante el juego. También hay que mencionar que cuando haya dos enemigos cercanos en el mismo estado de "esperando la puntilla", la secuencia interactiva abarcará a ambos enemigos, y el resultado de esto es muy vistoso y divertido.
No solo combatíamos contra los enemigos. En nuestro asalto a la fortaleza, teníamos que marchar como una legión romana contra una hilera de arqueros, ordenando a nuestros subordinados que se agachasen y cubriesen, y cargando y arrojando lanzas cuando estábamos cerca ya de sus posiciones. Este minijuego resultaba divertido y fresco, pero no sabemos cuántos de ellos y cómo de variados serán en el juego final. En la demo le sentaba muy bien y le daba mucho más sentido a la acción, culminada con la captura de una catapulta para derribar la torre que impedía el desembarco del resto de tropas. La demo terminaba con una cinemática en la que los barcos romanos llegaban en masa a la fortaleza, presagiando una nueva victoria romana.
En cuanto a la integración de la Kinect, los comandos de voz forman un papel relevante. Como general, Marius puede dar órdenes a sus soldados romanos. Si por ejemplo nos encontramos involucrados en una pelea y necesitamos dar una orden a los soldados para que nos asistan, podemos gritar: "¡fuego!", y estos reaccionarán de manera inmediata. No te preocupes si son las dos de la mañana y no puedes gritar en casa: las órdenes también las puedes establecer a través del mando de juegos de Xbox One.
Ryse nos ha dejado buenas sensaciones, y resulta algo así como la respuesta de Microsoft a God of War. Pero este anónimo hijo de Roma es muy diferente del general espartano, su estilo de juego es más pausado, realista y técnico, sus niveles estarán aparentemente enmarcados en grandes batallas a lo Spartan: Total Warrior, y parece que el componente mitológico se dejará un tanto de lado. Aun así, aspira a convertirse en el hack & slash exclusivo de Xbox One, abandonada ya la difícil misión de intentar hacer un simulador de soldado romano para Kinect. A nivel técnico el juego nos dejó muy satisfechos, con un gran detalle en nuestro centurión y una puesta en escena muy espectacular, con la explosión de la catapulta y los barcos llegando a puerto. No es revolucionario, pero sí realmente vistoso. Llegará este año a Xbox One en exclusiva.