Quizás Sin & Punishment 2 sea el juego más "hardcore" de todos los que Nintendo muestra en el E3, y tal vez el que más pase desapercibido. Este desarrollo de Treasure anunciado el pasado mes de octubre es la secuela de uno de los títulos de culto de Nintendo 64, que de hecho nunca llegó a salir en Europa. En un contexto en el que hay una gran cantidad de juegos "on rails" para Wii, muchos de ellos de perfil alto como los Resident Evil Chronicles, Dead Space Extraction o House of the Dead, Treasure ha "inventado" el matamarcianos (o shoot'em up) "on rails". Sin & Punishment 2 es acción en estado puro, constante, sin pausa, guiados automáticamente por la máquina, usando una perspectiva en tercera persona, pudiendo mover a nuestro personaje dentro del margen que la trayectoria prefijada nos deja, y disparando constantemente a los centenares de enemigos que salen a nuestro encuentro. Una idea difícil de describrir pero que es natural a la hora de jugar, y que combinar el sabor "aí±ejo" de los matamarcianos con gráficos 3D y detección de movimiento. Genuinamente hardcore.
En la demo que nos mostraron pudimos probar un nivel del juego, en el que nos encontrábamos en una ciudad futurista plagada de enemigos de todo tipo a los que teníamos que abatir antes de que ellos hiciesen lo mismo con nosotros (o los pasásemos de largo). Un contador en la parte inferior derecha de la pantalla cuenta cuántos enemigos hemos matado, y la cifra se disparó en apenas unos minutos hasta los dos centenares. No paran de salir por todas partes, tanto en primer plano constituyendo una amenaza directa, como en el fondo del escenario, convirtiéndose en un bonus a alcanzar, pero la acción no para ni por un momento, ni el movimiento de nuestra protagonista. Ya sea corriendo por unos tejados o suspendidos sobre una tabla voladora, el juego se está moviendo constantemente y nosotros tenemos que asimilar ese frenetismo y controlar al mismo tiempo la posición de nuestro personaje sin descuidar el hecho de disparar constantemente a todo lo que se mueve.
Sin and Punishment 2 hace uso del control de Wiimote y nunchaku de la Wii. Con el Wiimote apuntamos, al modo tradicional de los shooters on rails o los juegos de acción en primera persona, y disparamos pulsando el gatillo B o, mejor dicho, manteniéndolo presionado. El botón A sirve para fijar blancos, varios al mismo tiempo incluso, por lo que podemos hacer un ataque de descarga que lance bombas de energía cargada a varios enemigos al mismo tiempo, generalmente abatiéndolos de una sola vez. Es decir, estamos disparando constantemente, y cuando queremos hacer un disparo de carga pulsamos el botón A: fijamos el objetivo moviéndolo sobre los enemigos deseados, y una vez pasados unos segundos soltamos el gatillo B para efectuar una descarga de energía múltiple (o simple) que les hará mucho más daí±o que un disparo normal (en el jefe final, que tenía barra de energía con número, algo más de 10 veces ese daí±o).
El nunchaku sirve para mover a nuestra protagonista, al que sirve sobre todo, y casi únicamente, para esquivar los disparos de los enemigos, pues independientemente de donde estemos dispararemos a donde indicamos con el Wiimote. El sistema de movimiento no termina ahí, pues contamos con acciones de salto y agacharse (C y Z respectivamente, en el nunchaku) para esquivar esos disparos complicados, o esas ráfagas puí±eteras que todo shoot'em up tiene. La acción de agacharse cuenta incluso con detección de movimiento, combinando la pulsación del botón con un movimiento repentino hacia los lados. Quizás no era el primer nivel, pero el juego exige una coordinación considerable para los tiempos que corren, de ahí que lo hayamos calificado, con toda justicia, como un matamarcianos "on rails".
En medio del nivel nos enfrentábamos con un subjefe final, llamado "Comandante" por el juego, que como ya hemos dicho cuenta con su propia barra de energía y una serie de ataques con patrones que debíamos aprender, para así poder evitar sus sucesivas rutinas, incluyendo una lluvia de bolas de energía a las que teníamos que disparar, la generación de enemigos que llegaban en oleadas, bajando una cuesta, e incluso un ataque cuerpo a cuerpo que teníamos que aprovechar para dispararle de cerca cuantas más veces mejor y en el último momento esquivarlo.
A nivel gráfico el juego no destacaba por el gran modelado del personaje o de los enemigos, pero sí con la sensación de movimiento y caos constante del escenario. Son, de todas formas, lo de menos, pues el juego no nos da ni un segundo de respiro para contar polígonos o comprobar con lupa la resolución de las texturas. Sin and Punishment 2 es acción pura y dura, sin pausa, la adaptación a los nuevos sistemas de control que incluye la Wii de un género considerado clásico y prácticamente desaparecido hoy en día. Pasará desapercibido en el ajetreo de la feria, con todos los grandes juegos que se presentan, pero para muchos jugadores será uno de los imprescindibles de Wii este aí±o.