Análisis de Sin and Punishment: Successor of the Skies (Wii)
Cuando el ciclo de la consola estaba terminando, un título muy interesante apareció en Nintendo 64 y que dio bastante de que hablar antes de su lanzamiento. Este juego, creado por Treasure, se llamaba Sin and Punishment y muy pronto se convirtió en todo un clásico, además de por su innegable calidad, por el hecho de que no saliese de Japón. Esto no fue demasiado extraño, pues muchos eran los juegos que no salían de la frontera nipona, aunque el caso de este juego fue algo especial, ya que salió directamente con las voces en inglés (y textos en japonés) lo que hacía suponer que se había pensado en el mercado occidental durante su desarrollo. Sea como fuere, el juego no llegó a nuestro país, hasta que el año pasado la consola virtual recibió el título en todos los territorios, de forma que aquellos poseedores de una Wii que se quedaron con las ganas de probarlo en su día pudieron disfrutarlo. El juego vendió realmente bien en su versión digital, motivo que animó a los chicos de Treasure a lanzar una segunda parte del juego, Sin and Punishment: Succesors of the Skies.
La historia del juego es algo confusa, comenzando el juego con los dos protagonistas tratando de huir a bordo de una nave. Desgraciadamente son atacados por los enemigos y acaban estrellándose contra la tierra. Aquí tendrán que tratar de escapar de sus perseguidores, los creadores, que tratan de acabar con la vida de Kachi a quien el joven protagonista, Isa, se propone salvar, a pesar de que en un principio había recibido órdenes de matarla.
La historia se va desarrollando mediante escenas de video realizadas con el motor del juego, aunque lo cierto es que ni es demasiado interesante ni está especialmente bien contada. De cualquier modo, esto no importa, pues en cuanto nos pongamos a jugar desearemos pasar a la siguiente fase y nos olvidaremos del resto.
Un ritmo frenético
La jugabilidad del juego bebe mucho del original, aunque presenta algunos cambios. En esencia, nos encontramos con un juego de acción en el que debemos disparar a todo lo que aparezca en pantalla (que no será poco). Podremos movernos de izquierda a derecha y de arriba abajo, pero no en profundidad (esto lo hará el personaje automáticamente), mientras apuntamos a nuestros enemigos y rechazamos sus proyectiles. Otra forma de atacar será cuerpo a cuerpo, que además de para infringir bastante daño, será el movimiento que usemos para devolver ciertos ataques o detener fuego ligero. Por último, podremos cargar el disparo, de forma que lanzaremos un ataque mucho más potente que cortará las acciones de los enemigos. Sin duda el ritmo de juego es frenético, y nos encontraremos con decenas de enemigos campando por la pantalla y disparándonos. Pero si este ritmo es algo muy positivo, no lo sería si la jugabilidad planteada no estuviese a la altura, y hemos de decir que Treasure ha acertado.
A la hora de jugar podremos usar el mando y el nunchuck, el mando clásico, el zapper o el mando de Gamecube. Con el mando de Wii usaremos nunchuck para movernos y el puntero para dirigir nuestros disparos, teniendo la opción de fijar el blanco para asegurar nuestros aciertos a costa de perder potencia. Además de disparar y volar por el escenario, nuestro personaje podrá saltar y esquivar, algo imprescindible si queremos sobrevivir ante la ingente cantidad de disparos que vendrán a por nosotros. También está la opción de fijar el blanco, algo que hará que nuestros disparos hagan menos daño pero que será muy útil para redirigir los proyectiles enemigos. Si decidimos usar el mando clásico de la consola o usar el mando de Gamecube, moveremos al personaje con la palanca izquierda, mientras que con la derecha movemos el puntero. La verdad es que nos gusta bastante más el manejo con mando y nunchuck, aunque se agradece que hayan incluido distintas opciones.
Hemos de decir que aunque la mayoría de los niveles son como os hemos explicado, en ocasiones el avance será en horizontal o incluso en vertical, dando una mayor variedad al desarrollo. Aparte de eso, los distintos niveles se dividirán a grandes rasgos en dos partes que se irán intercalando, una en la que avanzaremos acabando con enemigos menores y otra en la que nos enfrentaremos a jefes, cada uno con una dificultad variable (los hay intermedios, que serán bastante sencillos y otros finales de nivel, que nos harán sudar para vencerlos). El desarrollo del juego es bastante bueno, sobre todo en los momentos en los que avanzamos por la pantalla, con un ritmo de juego increíble que no nos dejará ni un segundo de descanso.
Las luchas con los jefes son también buenas, aunque nos hubiera gustado que no pusiesen tantos o que los momentos con avance fuesen más largos y continuos, porque en ocasiones nos enfrentaremos con varios de ellos en un intervalo de tiempo muy corto, resintiéndose un poco el ritmo de juego. Otro detalle que no nos ha gustado demasiado es la duración de los niveles y es que aunque jugando normalmente no sea un problema (al fin y al cabo podemos dejar la partida en cualquier momento y retomarla por el punto de control en el que nos hubiéramos quedado) si que puede dar más pereza el rejugar las pantalla de cara a conseguir una mejor puntuación, ya que solo se evalúa los resultados de la pantalla hasta el final de la fase, estando poco optimizado para partidas cortas.
Dos personajes con su propio estilo de juego
Cada uno de los niveles tiene una ambientación propia, como una nave, una ciudad en ruinas o un túnel submarino y presentan también sus propios enemigos (aunque algunos repiten de una zona a otra). La duración de los niveles es bastante larga, más de media hora (salvo alguna excepción algo más corta), aunque cada cierto punto nos encontraremos con puntos de control, que unido a las continuaciones infinitas harán que, salvo que se nos atragante algún jefe, no tengamos demasiados problemas para avanzar (aunque siempre nos quedará el nivel de dificultad más alto para complicar las cosas).
El juego tiene siete mundos y podremos volver a visitar cualquiera que hayamos superado para mejorar nuestras puntuaciones. Una vez concluido un nivel podremos subir nuestra puntuación a internet, pudiendo comparar nuestro resultado con el de otros jugadores en idénticas condiciones (a la hora de la clasificación se tiene en cuenta el nivel, la dificultad en la que superamos la fase y el personaje que controlábamos).
El juego hará esta distinción entre los personajes porque, aunque se controlen exactamente igual, nos encontramos con pequeñas diferencias, como sus ataques cargados, uno más lento pero con la posibilidad de apuntar a varios enemigos y otro más rápido pero centrado en un solo ataque con onda expansiva. El hecho de tener dos personajes hace que el juego cuente con un modo para dos jugadores en que podremos pedir ayuda de un amigo para enfrentarnos a nuestros enemigos. Lamentablemente, el segundo personaje no aparecerá en pantalla, viendo sólo su puntero. Esto, además de afectar desde el punto de vista visual, hace que el segundo jugador no pueda esquivar, ni devolver los ataques ni realizar un ataque cargado, lo que hace que se pierda gran parte de la gracia de la estrategia del juego. Nos preguntamos si hubiera sido muy costoso añadir al segundo personaje (sobre todo debido a que la carga poligonal de los mismos no es demasiado elevada), aunque hubiese sido a costa de sacrificar algo de calidad gráfica en pos de una mejor jugabilidad para el segundo jugador, pero al menos han incluido la opción de jugar acompañados, lo que sin duda es una buena noticia.
En el apartado técnico, nos encontramos con un juego muy espectacular y, sobre todo, muy rápido. El juego presenta una cantidad ingente de enemigos en pantalla, además de sus disparos y otros efectos de partículas que veremos y salvo en ocasiones realmente contadas, el juego va a 60 imágenes por segundo constantes (y las pocas veces que baja esta tasa de imágenes es poco apreciable). Los escenarios que nos encontramos están bien, aunque lo cierto es que en general no nos fijaremos demasiado, pues estaremos pendientes de los enemigos y sus disparos. En cuanto a los personajes, su diseño no nos ha parecido demasiado brillante, aunque ya se sabe que esto depende de gustos. Los modelos no tienen demasiados polígonos (algo totalmente comprensible debido a la cantidad de ellos que se ven en pantalla y lo suave que va todo) y nos encontramos con que tienen unas animaciones bastante mejorables. De cualquier modo, el juego es visualmente muy llamativo y nos dejará asombrados más de una vez.
El apartado sonoro es bastante retro, con melodías que nos recordarán a los tiempos de Nintendo 64 o incluso Super Nintendo. Esto no es malo en absoluto, pues aunque tengan un estilo clásico, su calidad es innegable, encontrándonos con unas composiciones muy buenas que se adaptan perfectamente al ritmo de juego de cada momento. Por la parte negativa tenemos los efectos de sonido, y aunque la mayoría cumplen sin problemas, de vez en cuando nos encontramos con otros (como el sonido que produce la protagonista al recibir un daño o los de ciertos enemigos) que no terminan de sonar bien. Aparte de eso, el juego cuenta con unas voces en inglés o japonés que no desentonan y textos en castellano.
Nunca es tarde si la dicha es buena
Los que esperaban este Sin and Punishment: Succesor of the Skies están de enhorabuena, pues Treasure nos ha traído un gran juego. Es cierto que hay cosas mejorables, como un modo para dos jugadores en el que apareciese un segundo personaje (con todo lo que ello conlleva desde el punto de vista jugable) o la duración de las fases de cara a potenciar la jugabilidad, pero en general nos encontramos con un título de gran calidad que nos tendrá pegados al mando. Además, aunque a primera vista es un juego enfocado a los jugadores más habituales, creemos que un jugador menor experto también disfrutará de la experiencia, pues el juego es intuitivo y divertido, y los tres niveles de dificultad que tiene hacen que se adapte a todo el mundo. Hemos tardado muchos años en recibir físicamente en nuestro país un Sin and Punishment, pero podemos decir que la espera ha merecido la pena.