Aunque esta va a ser la primera entrega en llegar a Occidente, la serie de juegos de tablero Itadaki Street tiene mucha solera, creada por Yuji Horii, padre de la saga Dragon Quest, en 1991 para NES. En 1994 tuvo una continuación en Super Nintendo, y en 1998 dio el salto a PlayStation, con una entrega que no se consideró la tercera, ya que está llego a PlayStation 2 en 2002 con Itadaki Street 3. Es un par de años después, y tras la fusión de SquareSoft y Enix, cuando llega la primera mezcla de personajes y universos: Dragon Quest & Final Fantasy in Itadaki Street Special.
Jessica, Yangus y Angelo de Dragon Quest VIII, o los protagonistas de las anteriores siete entregas, se veían las caras con Cloud Aerith y Sephiroth de Final Fantasy VII, Squall y Rinoa de la octava parte, o Tidus y Yuna la de décima entrega, en un juego que también tuvo una versión para PSP en 2006. Un año después daba el salto a Nintendo DS, mezclando los universos de Dragon Quest y Super Mario, y ahora tras su paso también por teléfonos móviles nipones, llega este mes de diciembre a todo el mundo para Wii, con un lanzamiento con unas pocas semanas de diferencia entre Japón, Norteamérica y Europa.
El hecho de ser un juego de tablero con personajes de Super Mario, es evidente que a más de uno le recordará rápidamente a Mario Party, que es el concepto de juego de tablero en consolas Nintendo que todos hemos acabado asimilando tras numerosas entregas. Pero antes de empezar a hablar de Boom Street tenemos que dejar claro que no se trata un título de minijuegos o pruebas, de hecho en ningún momento llegamos a controlar a un personaje directamente, sino que se trata de un juego de mesa de economía, al estilo Monopoly, Hotel o El palé, por citar tres populares ejemplos.
Al comenzar un sencillo menú nos recibe, que nos pregunta si queremos jugar el modo Tour, el modo libre, ver el tutorial o bien jugar a través de internet. En la partidas pueden participar hasta cuatro jugadores, con un mando para cada uno o compartiendo un único mando, y nos dejan cogerlo de manera vertical u horizontal, ya que da realmente igual al no usar la detección de movimiento, solo la cruceta y un botón. Si no contamos con nadie más con quien jugar, los otros personajes los manejará la CPU, ya que siempre debe haber cuatro participantes.
Tenemos 18 tableros, seis inspirados en Super Mario, seis en Dragon Quest, y otros seis secretos que tendremos que desbloquear en el modo Tour. La elección de tablero, al menos en lo visual, es anecdótica. Vemos las diferentes casillas en primer plano y al fondo y muy lejos el lugar que hemos elegido, que están inspirados en distintas entregas de estas populares sagas. Para probar el juego, estuvimos en las oficinas de Nintendo y junto a tres compañeros empezamos una "inocente" partida, para la que elegimos el tablero de Ciudad Delfino, más que nada porque nos apetecía volver a este bello lugar tras haberlo explorado y divertirnos en Super Mario Sunshine. Lo que no supimos, hasta tres horas después, es que habíamos seleccionado uno de los tableros más complejos y enormes, lo que hizo que la partida fuera larguísima.
Por tanto la elección de tablero, además de por ver un fondo a lo lejos inspirado en alguno de estos juegos, o escuchar una melodía acorde mientras jugamos, es importante ya que determinada la duración de la partida. Desde el tablero más simple, con forma de corazón y que recorreremos en dos o tres turnos, hasta otros con muchas bifurcaciones y una gran extensión de casillas, que pueden llegar a proporcionar partidas maratonianas, como fue la nuestra, en la que no nos aburrimos ni un instante, alcanzado altas cotas de adicción. Después de elegir tablero, toca que cada jugador elija un personaje.
En el bando de Mario tenemos a cómo no Mario, Luigi, Bowser, Yoshi, Peach o Toad, y todos los clásicos de la saga, y en el de Dragon Quest a Stella y Patty de la novena entrega, Angelo y Jessica de la octava, Carver de Dragon Quest VI, y otros tantos de cada parte, estando también el popular Slime, todo un icono de la serie. En total 26 personajes, trece de cada saga, lo que no es muy importante ya que da igual elegir a unos o a otros, simplemente el que te caiga mejor, a nosotros nos hizo gracia el enemigo Platypunk, aquí traducido como Punkitorrinco. También para el que lo quiera, podremos jugar con los Mii.
Una vez tenemos el tablero y los personajes, toca elegir entre los dos tipos de normas con los que queremos jugar. Nosotros lo hicimos con las reglas fáciles, no exentas de bastante complejidad, y nos hemos quedado con ganas de probar las estándar, que llevan acompañando a la serie desde 1991, y que al parecer son sorprendentemente complejas, donde no solo compramos y vendemos locales, sino que también podemos invertir nuestro capital en acciones y opciones de compra, multiplicándose la complejidad, un modo apto para aspirantes a bróker y del que tocará hablar en profundidad en el análisis.
Es el típico juego de tablero que se entiende mejor jugándolo que si alguien nos lo explica, por lo que vamos a intentar exponeros en qué consiste con la mayor sencillez posible. Comenzamos la partida con un dinero, por ejemplo 2000, y el objetivo para ganar la partida será alcanzar 10.000, ya sea tanto en dinero en efectivo como en propiedades. En cada turno tiramos un dado y el número obtenido nos permite movernos por las casillas del tablero. Cuando caemos en una propiedad –chatarrería, panadería, floristería, heladería, etc.-, si esta está libre, podemos comprarla si tenemos dinero. Un vez los locales comienzan a tener dueño si caemos en el de un rival tendremos que pagarle una suma por pasar por allí, o bien si queremos y tenemos dinero suficiente, se lo podemos expropiar, para lo que habrá que pagar una elevada suma.
Cuando caemos en la casilla de un local que nos pertenece, podemos invertir dinero en él, por lo que si cae un rival en él tendrá que pagarnos mucho más, y el precio de expropiación será también más elevado. También es aconsejable comprar locales colindantes, por ejemplo tres o cuatro casillas seguidas que nos pertenezcan, ya que el valor de estos se multiplica, y serán auténticas trampas mortales para cuando les toque a nuestros rivales pasar por allí. Esto se debe a que el juego de manera inteligente nos obliga a movernos por todo el tablero. En cada uno de los extremos del tablero encontramos una de las cuatro cartas de palo, y tenemos que recogerlas, ya que cuando las tenemos si pasamos por el banco, una especie de casilla inicial y muy importante, nos premian con bastante dinero y nos suben de nivel.
Al darnos más poder económico, esto se refleja rápidamente en la partida, al poder invertir más en los locales que teníamos, expropiar otros, y poco a poco, según pasan los turnos, la partida se vuelve más emocionante y competitiva, empezando a moverse grandes sumas de dinero. En caso de quedarnos sin dinero en efectivo, lo que nos puede pasar fácilmente, tendremos que sacar a subasta algunas de nuestras propiedades, y los otros tres jugadores pujarán, si quieren, por quedarse ese local, o bien será la banca a un módico precio quien se haga con él. Además de las casillas con propiedades, tenemos otras muchas. Unas de estrella en la que si caemos obtenemos durante varios turnos un porcentaje de los beneficios de los demás, hay unos cañones que nos permiten desplazarnos largas distancias por el tablero, y luego están las de las cartas suerte.
Aquí se despliega un panel de 64 casillas y tendremos que elegir una carta al azar, que nos proporcionará distintos beneficios, o inconvenientes. Tirar un dado y multiplicar por 20 la cifra que nos dé, dándonos ese dinero, poder seguir jugando, poder cerrar los locales de los demás, y un sinfín de posibilidades. No solo es emocionante el coger una carta con la que no sabemos qué pasará, sino que además este panel es común para los cuatro jugadores y podemos ir haciendo líneas de nuestro color multiplicándose los beneficios, siempre y cuando algún jugador no nos la chafe.
También tenemos una casilla que nos lleva a una prueba o minijuego al azar, por ejemplo una ruleta, una carrera de Slim en la que tenemos que apostar por uno como si fueran caballos, o un juego de trileros en los que distintas cajas esconden varios premios. En estas pruebas de fortuna nos limitamos a pulsar un botón, y tampoco la habilidad entra en juego.
Al principio de la partida cuesta asimilar tantos conceptos, sobre todo si no entramos a ver el tutorial como nosotros, y con acierto se ha incluido que en cualquier momento podamos recurrir a una ayuda para conocer más al detalle cada concepto del juego. Pero poco a poco, según pasan las rondas, nos iremos empapando de las reglas y la filosofía de esta particular propuesta, y cuando nos queramos dar cuenta, estaremos atrapados. Vicia mucho el ir ganando dinero, teniendo cada vez más propiedades, decidir en qué invertir, pensar en cómo fastidiar a nuestros rivales, y aunque hay un pequeño factor suerte, el que implica lanzar en cada turno un dado, después de un larga partida te das cuenta que es más importante la estrategia, tomar sabias decisiones, que el azar.
Tras el impacto inicial de estar ante la típica "japonesada" que nunca llega a territorio europeo, y comprobar que la dinámica de juego es más compleja de lo que su simpático y colorido aspecto visual puede denotar, descubres un juego con el que te lo puedes pasar muy bien junto a unos amigos, intentando hundirles en la miseria económica, creando tus propias estrategias para hacerte con la victoria. Nosotros nos picamos mucho, tanto que hasta que no acabamos la larga partida no nos quisimos marchar, pese a que se hacía tarde. Un título sorprendentemente adictivo que deja un lado la habilidad para que tengamos que usar la cabeza, y que seguro encantará a los amantes de los juegos de tablero de toda la vida. Dentro de poco lo analizaremos, ya que estará disponible el 23 de diciembre, y os contaremos hasta dónde llega esta peculiar propuesta.