Es normal pensar en WarioWare como un compendio de microjuegos graciosísimos que disfrutamos casi siempre en solitario y en nuestra consola portátil, a veces utilizando los botones y otras veces el lápiz táctil. Suele olvidarse el fantástico WarioWare: Smooth Moves. La entrega de Wii, enfocada al multijugador y al movimiento, generaba momentos hilarantes porque el humor absurdo traspasaba la pantalla para trasladarse al salón, donde los jugadores debían identificar en milésimas de segundo el gesto o la acción a realizar, mientras sus amigos o familiares se partían de risa a su alrededor.
WarioWare: Move It!, el juego de fiestas para Switch que llegará el 3 de noviembre, promete traer eso de vuelta. Aunque quizá no deberíamos hablar de "prometer", ya que en la hora que hemos podido disfrutarlo en las oficinas de Nintendo Ibérica nos ha dado justamente eso: ha avivado los recuerdos que tenemos de Smooth Moves y los ha llevado más allá con la originalidad seña de identidad de la saga, pero esta vez cambiando los mandos de Wii por los Joy-Con.
Una historia con gracia que puede jugarse en cooperativo
Hemos probado tres modos, cada cual con un sabor propio pero con el mismo eje: resolver los más de 200 microjuegos de apenas tres segundos, identificando el movimiento a realizar y hacerlo, según la prueba, lo más rápido posible, en el momento justo, con muchas repeticiones, etc. El modo historia nos cuenta cómo Wario y sus colegas llegan a una isla vacacional paradisiaca, pero el avaricioso barrigón no tarda en liarla y todos acaban repartidos, en solitario o por parejas, en distintas zonas de la isla.
Todo esto se cuenta con escenas animadas algo estáticas, pero ante las que es imposible no sonreír e incluso soltar alguna carcajada, a lo que ayudan las situaciones estrambóticas que se dan y a un doblaje al español genial. De hecho, cuando nuestro protagonista acaba en un templo tras salir volando por el trompazo de un elefante, hay una voz ominosa que lee, con sorna y cierta referencia a Zelda, lo que dicen los murales ancestrales del lugar (las instrucciones del microjuego que viene a continuación): esa voz es ni más ni menos que la de Raoru de Tears of the Kingdom.
El modo historia puede ser disfrutado en solitario o por dos jugadores, que se alternan la participación en los microjuegos. La campaña va saltando de un personaje a otro, cada uno atrapado en situaciones alocadas que coinciden en ser algún tipo de persecución. Así, con un Joy-Con en cada mano, debemos correr (sin movernos del sitio, claro) y participar en los microjuegos que salen al paso. Si no lo superamos, perdemos una vida, y al quedarnos sin ninguna se reinicia la persecución, aunque en el modo para dos jugadores, si el otro usuario supera el desafío, se restaura una única vida.
Al contrario que en WarioWare: Get It Together!, los personajes no tienen poderes ni habilidades únicas, sino que solo varían en la postura inicial con la que se inician los microjuegos. El modo historia no es nada demasiado elaborado (aunque tiene su chispa humorística: nos hizo bastante gracia cuando Mona dijo a viva voz "bien hecho, guapi" al superar uno de los retos): su objetivo es empaquetar los microjuegos y ofrecerlos al jugador de manera ordenada.
Los microjuegos, por supuesto, son el núcleo de WarioWare, y son tan disparatados y divertidos como se puede esperar de la saga, en buena parte por el humor absurdo visual de todos ellos. Cortar una zanahoria, sazonar filetes, detener un tren en el lugar adecuado de la vía, apagar un fuego recogiendo agua de un arroyo con una cubeta para pasársela al otro jugador… Son geniales y las pruebas cooperativas se perciben fresquisimas. Además, al final de los capítulos hay jefes finales simples pero efectivos en su misión de ofrecer una conclusión épica y graciosa.
El antiMario Party
Pasamos un rato tan o más divertido aún con el modo Fiesta, una especie de subversión de Mario Party. Aquí hasta cuatro jugadores avanzan por una variedad de tableros: cuando alguien llega al final, gana quien tenga más puntos. Pero trazar estrategias, hacer cálculos y planificar no sirve para nada. No es un modo apto para quienes juegan en serio, pero es perfecto para los que solo quieren echarse unas risas: la mayoría de las casillas tiene penalizaciones como hacernos retroceder, restarnos puntos, mover a los jugadores y hasta dividir todos nuestros puntos entre el resto de participantes.
Por supuesto, cada casilla contiene un minijuego en el que participan los cuatro jugadores, entre los que hay pruebas competitivas más extensas; la que más se repitió nos colocaba en una plataforma con huecos al vacío, y controlando a un pájaro aún en el cascarón, debíamos coger los puntos que aparecían en la pantalla e intentar tirar a los contrincantes, colisionando con ellos, para que perdieran puntos. Lo curioso y gracioso, como en el resto de pruebas, estaba en el control: un Joy-Con en la nariz como si fuera un pico, y otro en el trasero como si se tratara de una cola.
Antes hemos comentado que los personajes de Move It! no tienen habilidades ni poderes, pero sí tienen algo que los distingue: todos sus microjuegos se juegan con una misma postura, como agarrar los Joy-Con normalmente con los brazos en "L" o colocarlos en la cintura. Sirve para dar identidad a Wario y a sus compañeros, pero aquí está el mayor problema que hemos apreciado en esta sesión de juego: si cambias levemente de posición, algo que puede pasar fácilmente por error, deja de registrarte el movimiento correctamente. Quizá en la versión final esto esté solucionado, pero sin duda es un incordio.
El Culógrafo
Además de los modos Historia y Fiesta, hay un Museo en el que podemos acceder directamente a los más de 200 microjuegos si los hemos desbloqueado previamente, y podemos clasificarlos por personaje y por alguna de las 18 poses; asimismo, se puede modificar la velocidad de las pruebas para que sean más o menos desafiantes. En las sesiones multijugador, los microjuegos son al mejor de tres, cada ronda con alguna alteración que la hace más difícil que la anterior.
Aquí vimos algunas de las mejores pruebas, como una en la que dos jugadores tenían que atrapar pescados saltarines entre las piernas juntándolas al unísono u otra en la que manejamos al Mario Tanuki de Super Mario Bros. 3 (habrá microjuegos que homenajean a los clásicos de Nintendo) al estilo Flappy Bird, evitando los Bill Bala: el movimiento se realiza moviendo la cola, es decir, agitando el trasero. Maravilloso. Pero no tanto como el Culógrafo. Sí, hay un microjuego que se llama "Culógrafo" donde hay que hacer una sentadilla en el momento justo para colocar un sello en una marca con nuestro trasero. Increíble.
Llegará el 3 de noviembre
Nuestro primer contacto con WarioWare: Move It! no podía haber sido más positivo. Recupera el espíritu multijugador de Smooth Moves, aprovecha las funciones a menudo olvidadas de los Joy-Con, desborda originalidad en las nuevas pruebas, reinventa otros desafíos conocidos para el control por movimiento, combina con maestría el humor absurdo de los microjuegos con las acciones mamarrachas que realizamos como jugadores, y parece estar bien cargado de contenidos: Historia, el party game Fiesta y más de 200 microjuegos. Parece que esta vez Wario y sus amigos la han liado pero bien liada; lo descubriremos el 3 de noviembre.
Hemos realizado estas impresiones tras asistir a un evento invitados por Nintendo Ibérica.
