Parece que Devolver Digital se ha propuesto sorprendernos cada año con un nuevo juego de cartas que no tenga nada que ver con jugar a las cartas: en 2021 editó Inscryption, una magnífica obra de Daniel Mullins que se apoyaba en un refinado sistema de batallas por turnos y gestión de barajas para sumergirnos en una grotesca historia de terror en primera persona. Ahora, en 2022, la compañía va a publicar Card Shark, un peculiar proyecto desarrollado por Nerial, a quienes conocemos por ser los creadores de la excelente saga Reigns, en el que nos ponemos en la piel de un pícaro de la Francia del siglo XVIII que utiliza sus habilidades tramposas para escalar a través de las mesas de apuestas más lujosas de la nación.
Después de mucho tiempo esperando nueva información de Card Shark, recientemente hemos conocido su fecha de lanzamiento para PC y Nintendo Switch: no habrá que esperar mucho, pues llegará el 2 de junio, y además se ha publicado una demo que permite a cualquier persona probar la atractiva propuesta de Nerial. En Vandal, además, hemos tenido acceso a una versión preview del juego que nos ha permitido jugar a sus primeras horas de forma anticipada. Os contamos qué nos ha parecido en nuestras impresiones.
La versatilidad del tramposo
De primeras, una de las cosas que más nos ha sorprendido de Card Shark es su versatilidad: podríamos decir que esencialmente es una aventura gráfica en dos dimensiones en escenarios laterales (nos movemos a izquierda y derecha, vaya), pero lo cierto es que el juego readapta su forma constantemente para ofrecernos nuevas maneras de interacción. El tiempo que estamos controlando al protagonista en el mundo del juego es el único que pasamos moviéndonos de un lado a otro, mientras que la mayoría de acciones las realizaremos en planos únicos, dedicados exclusivamente a mecánicas concretas: barajar el mazo, marcar una carta, limpiar la mesa, servir vino…
Todas estas acciones suponen el eje central de la jugabilidad de este título, cuya base es muy sencilla de entender: tenemos que hacer trampas a las cartas para ganar dinero y conseguir colarnos en las mesas de apuestas más lujosas de Francia. Cada truco de los 28 que hay disponibles (al menos en esta versión de preview) dispone de sus propias mecánicas, muchas de ellas basadas en quick time events y otras más relacionadas en adaptar el movimiento de las manos del personajes a los gestos que hacemos en el mando (sorprendentemente se juega mejor con mando que con teclado y ratón, por cierto).
Aprender es la parte más importante de engañar
Aunque nuestro protagonista sea un pillo francés, al principio del juego no será más que un simple mesero de una pobre posada. La vida le da un giro y acaba con una troupe de bribones que son quienes le enseñan todos los trucos que va a utilizar para estafar a personas más ricas que ellos. Esta es la premisa de la que parte Card Shark para convertir este juego en un viaje de aprendizaje: antes de ejecutar las trampas en partidas reales, el Conde de Saint Germain, nuestro mentor, nos enseñará paso a paso las mecánicas de cada uno de los trucos. No los tendremos todos a nuestra disposición al principio, sino que iremos desbloqueándolos a medida que avancemos en la historia.
En ese sentido hemos podido intuir un ritmo lento, pero agradable para quienes no tengan prisa en jugar sin pensar. Card Shark es un juego de Nerial y, como tal, la faceta narrativa va a tener un gran peso: en esta preview ya hemos podido leer diálogos muy bien trabajados, hemos conocido a personajes genialmente construidos (muchos basados en figuras reales de la Francia del siglo XVIII, como el propio Conde de Saint Germain o el ilustrado Voltaire) y hemos viajado a varias localizaciones del país vecino. Buena parte de las horas que le hemos dedicado al juego han estado dedicadas exclusivamente a la introducción, lo que a efectos prácticos se podría entender como un extenso tutorial guiado por la trama. No pesa, en realidad, pero queda dicho que todo apunta a que vamos a necesitar echarle un buen rato antes de que nos dejen volar en libertad para escoger qué trucos queremos hacer en nuestras partidas; hasta entonces, el juego nos guiará indicándonos casi en todo momento lo que tenemos que hacer.
Incluso con esa guía, las trampas no son especialmente fáciles de hacer. Cada uno de los trucos tiene su intringulis y habrá algunos más difíciles que otros: en unos se nos pedirá memorizar naipes, en otros será más importante tener una buena coordinación psicomotriz con el mando. Hay una interesante variedad de trampas que podemos hacer, todas inspiradas en trucos utilizados por estafadores reales. Cuando salen bien es un gustazo, te sientes un verdadero embaucador, con su correspondiente subidón de adrenalina; cuando salen mal, Card Shark te recompensa con unas escenas únicas, en las que acabas con tus huesos en una cárcel o te apuñalan hasta la muerte. Es en esos momentos en los que surge el puntito sobrenatural marca de la casa y toca jugar a las cartas con la mismísima Muerte; y sí, podemos hacerle trampas, o al menos intentarlo.
Lo peor y lo mejor
Jugando a esta preview también hemos podido ver algunos detalles que no nos han gustado tanto, más allá de ese ritmo lento y guiado del principio: está relacionado sobre todo con la mecánica de frustración de los contrincantes, que disponen de un medidor que se va llenando mientras hacemos trampa y si tardamos mucho acabarán pillándonos. Nos ha dado la impresión de que la ventana de tiempo está algo mal medida y, en ocasiones, parece injusto que un rival se percate de que estamos haciendo trampas cuando en realidad estamos haciendo bien todos los minijuegos del truco. Que no haya posibilidad de vaciar el medidor también es algo que no nos ha gustado. Eso sí, incluso si estas quejas se mantienen de cara a la versión final, hay una solución sencilla: cambiar el modo de dificultad al más bajo de los tres que hay y buscar algo de misericordia en los momentos más exigentes o tediosos.
Por supuesto, también nos hemos dado cuenta de que aspectos que ya sabíamos que nos iban a gustar nos han acabado gustando todavía más. La dirección artística es uno de ellos, porque a priori Card Shark ya se proponía como uno de los juegos más estimulantes a nivel visual de lo que hemos visto en los últimos años, pero al ponernos a los mandos hemos corroborado que hay un magnífico trabajo a este respecto, con un magnífico estilo inspirado en las técnicas de dibujo tradicionales. Entre el artista Nicolai Troshinsky, el diseñador Arnaud De Bock (autor de Pikuniku) y el equipo de Nerial han dado vida a un ostentoso paisaje francés en dos dimensiones del que vamos a querer sacar muchas, muchas capturas de pantalla.
Conclusiones
Card Shark tiene todos los ingredientes para ser uno de los videojuegos más emocionantes del año. Ya desde su premisa, que nos invita a hacer fullerías a los bobos nobles franceses que nos encontremos por el camino, es especialmente atractivo; la forma en la que traduce eso a un juego plagado de mecánicas variadas, propias para cada uno de los trucos que vamos aprendiendo, es lo que multiplica el interés de la propuesta. Hay más, por supuesto: su apartado artístico, su toquecillo sobrenatural, la intrigante trama que rodea a los bien construidos personajes… Obviamente también tiene detalles que podría mejorar, sobre todo relacionados con su ritmo y con ciertos retoques en la dificultad, pero a nivel general hemos podido comprobar que hacíamos bien en esperar grandes cosas de Nerial en este nuevo proyecto tan distanciado de lo que venían haciendo hasta ahora.
Hemos escrito estas impresiones con una copia del juego para PC gracias a un código para Steam proporcionado por Cosmocover.