Desde la capital nipona anteriormente os hemos ofrecido unas primeras impresiones de la nueva entrega de Monster Hunter en PSP, así como de la incorporación al mercado de los cazadores de Lord of Arcana gracias a Square Enix. Sin embargo, si hablamos de salir a cazar, otro de los títulos fundamentales del género y que no podemos olvidar es God Eater, publicado por los chicos de Namco Bandai.
A pesar de que el juego original se lanzó en Japón en febrero de 2010, una posterior revisión y ampliación del título se publicó en octubre del mismo año y los mercados occidentales tendrán que esperar hasta marzo de 2011 para recibir esta nueva versión en su territorio.
Curiosamente, el territorio norteamericano verá modificado levemente el título del juego, añadiendo el plural a la palabra God (dios). Así pues, suponemos que, para no ofender a la comunidad cristiana del mismo país, el título se denominará Gods Eater Burst.
Durante las semanas pasadas salimos a cazar dinosaurios y monstruos rodeados de una ambientación influenciada por el Medievo japonés en Monster Hunter 3rd. También vagabundeamos buscando la piedra arcana y luchando con criaturas mitológicas en Lord of Arcana. Ahora en God Eater Burst, nos desplazaremos a una época futurista para luchar con los mismos dioses. Esta vez no habrá piedad para nuestras almas.
Similar y diferente al resto
God Eater Burst tiene una serie de características que lo diferencian bastante de los otros dos títulos mencionados. Mientras que Lord of Arcana, a pesar de ambientarse en otro mundo, seguía un patrón excesivamente similar al del exitoso Monster Hunter, God Eater aporta ciertas características que lo diferencian en gran medida de la saga de Capcom.
En primer lugar, la ambientación toma un camino completamente diferente al elegido por sus competidores, dejando a un lado el aspecto más medieval y centrándose en un ambiente futurista, donde la humanidad está al borde de la extinción debido a la aparición de los "Aragami", lo que parecen ser una serie de dioses que quieren aniquilar nuestra raza. Como es natural, nosotros perteneceremos a un grupo de cazadores, a los cuales se les denomina "God Eaters", que lucharán con estos enemigos en un mundo apocalíptico.
Este mundo futurista proporciona una ambientación que recuerda en cierta medida a títulos de la saga Final Fantasy, es decir un momento de la historia incierto donde las armas de filo y armas de fuego conviven, y existen una serie de monstruos inidentificables pero claramente reconocibles en este tipo de ambientación japonesa.
A pesar de que la columna vertebral del título es exactamente igual que la de otros juegos del género, es decir que tendremos que coger misiones y recolectar o liquidar lo que nos encarguen, God Eater Burst apuesta por un toque más rolero en lo que al transcurso del juego se refiere. A medida que transcurran las más de 100 misiones disponibles tendremos multitud de secuencias de diálogo en las que iremos conociendo a otros personajes secundarios y enemigos, aportando así el juego un mayor valor argumental que sus competidores.
Otra de las grandes diferencias que hacen único a God Eater es el arsenal disponible. Mientras que en los otros títulos tenemos la opción de elegir entre diferentes armas, ya sean de cuerpo a cuerpo o a distancia, nuestro personaje en el título de Namco estará ataviado con una tremenda espada denominada "Deus ex Machina" que es un todo en uno. Al principio del juego veremos como la espada queda vinculada a una especie de brazalete que llevaremos y la hoja parece tener vida propia. Esta espada tiene la facultad de cambiar de forma para convertirse además en una potente arma de fuego, en un escudo para repeler los golpes así como cambiar su forma a la de la cabeza de una bestia (denominada depredadora) que nos servirá para devorar a los enemigos y conseguir poderes y objetos especiales.
Así pues nuestra espada no es sólo un trozo de metal, sino que parece un ente vivo que cambia de forma según nuestras preferencias. Todas estas transformaciones pueden ser modificadas en la tienda oportuna potenciando las características de la forma que nosotros deseemos. Por ejemplo se establecen tres tipos diferentes de forma de espada: Espada corta, espada larga o espada bastarda, que como imaginareis difieren en cuanto a su daño, rango de ataque o velocidad por ejemplo.
Por su parte la forma del escudo puede tomar la de una rodela, un escudo mediano o un escudo de torre, potenciando la velocidad de transformación en los más pequeños en contra de una mayor resistencia al daño. También podremos modificar nuestra arma de fuego (y toda la amplia munición correspondiente) así como la forma depredadora con diferentes opciones. A rasgos generales digamos que tenemos un arma que sirve para todo y potenciaremos aquellas partes o metamorfosis de la misma que más deseemos, equilibrando así el arma como más nos guste. A pesar de que es un elemento diferenciador, da una cierta sensación de homogeneidad, al contrario de los otros títulos mencionados donde podremos llevar diferentes clases de armas independientes.
En el combate tendremos tres tipos de barras diferentes, la correspondiente a la vida y la resistencia, bien conocidas por todos, y otra barra más denominada Oráculo. Esta barra se recargará a medida que asistimos golpes con nuestra espada y decrecerá con el uso del arma de fuego. Así pues, la usual forma de actuar en el combate supone pegar espadazos hasta que nos duela la muñeca para después buscar un buen ángulo, cambiar de forma nuestra arma y disparar las diferentes municiones, las cuales suelen contener un elemento añadido (fuego, hielo, etc.), y vuelta a empezar.
Otra elemento característico del título de Namco Bandai es la amplitud de los escenarios al no contar con las frecuentes cambios de zona de sus relativos. Mientras que en Lord of Arcana o Monster Hunter los mapas están divididos en varias zonas con las consecuentes cargas entre una y otra, God Eater ofrece un escenario único, con diferentes zonas marcadas pero como un elemento único, sin cargas entre una zona y otra.
Aun así, el verdadero punto fuerte de God Eater Burst se encuentra en la posibilidad de disfrutar de una forma más llevadera el modo de un jugador. A pesar de que Monster Hunter tiene un mayor número de objetos para personalizar a nuestro cazador o un número mayor de enemigos abatir, jugar en solitario quizás pueda resultar un tanto aburrido para algunos jugadores. En la última entrega añadieron la posibilidad de llevar dos felynes, pero el sentimiento de "soledad de cazador" pasó a ser un sentimiento de "soledad del cazador rodeado de gatos". Sin embargo, como comentábamos God Eater contiene también una gran carga argumental, donde conoceremos a Gina, Sakuya, Soma o Tatsumi entre algunos de los NPC. Éstos nos acompañarán a la mayoría de las misiones que debamos realizar, pudiendo incluso elegir unos u otros según nos interese. Así pues aunque no estemos jugando con nuestros amigos a través del ad hoc de la consola, la inclusión de estos NPC nos hace vivir una sensación más amena y con cierta similitud al multijugador, guardando las diferencias.
Resumiendo, God Eater transmite las sensaciones del género de cazadores que tan al alza se encuentran en estos últimos años, pero se diferencia claramente de sus competidores en: Unos escenarios únicos sin cambios de área, una ambientación futurista en un mundo destruido por los dioses, el arsenal portado son espadas con la capacidad de metamorfosearse en otras armas o escudos, así como una mayor carga argumental y la inclusión de unos NPC para hacer más entretenida la experiencia de un jugador.
Aspecto visual correcto y buena banda sonora
El juego luce unos buenos gráficos durante el transcurso del juego, con una ambientación claramente influenciada por el anime japonés. Las animaciones por su parte están muy bien trabajadas y fluyen de una manera correcta durante el gameplay, sin embargo en las secuencias de diálogo éstas parecen un poco forzadas, al mismo tiempo que los rostros de los personajes son completamente inexpresivos y cuentan con escasos movimientos labiales, los cuales parecen moverse por secuencias.
Los escenarios muestran una muy buena ambientación, con edificios derruidos, amplios terrenos y gran nivel de detalle en cuanto a los elementos circundantes. Sin embargo en lo que se refiere al territorio donde nos movemos no hubiese estado demás un poco más de detalle, algunos elementos como plantas, arbustos, rocas hubiese dado un mejor crédito en algunos mapeados. Aun así podremos encontrar algunos lugares altos desde los que buscar coberturas de disparo así como diferentes localizaciones como ciudades destrozadas, campos nevados, puentes colgantes durante el amanecer, algo de agradecer cuando llevamos horas matando criaturas.
Por su parte las voces están perfectamente dobladas al japonés (excepto la de nuestro personaje que apenas habla), elemento que juega en contra de las inexpresivos rostros que hemos mencionado. En el apartado musical prevalecen las músicas épicas y aventureras aunque con ciertos toques electrónicos perfectamente introducidos para localizar aún más al título en el ambiente futurista. Esta banda sonora aunque no adquiera una gran importancia en el desarrollo del juego, plantea algunas canciones realmente interesantes si nos paramos a escucharlas entre tajo y tajo.
Algo diferente
Tras haber probado los grandes títulos del género, podemos afirmar que si Monster Hunter es el rey del mismo, God Eater Burst es su escudero. Proporciona una muy buena y diferente ambientación a la que estamos acostumbrados, manteniendo un nivel gráfico aceptable y una jugabilidad característica con las armas cambia formas.
Si bien es cierto que los modelados y poder gráfico de la última entrega de Monster Hunter alcanza su culmen, y aunque God Eater Burst quede detrás en este aspecto, proporciona otro tipo de experiencia con base argumental, algo que parece que el título de Capcom ha dejado de lado.
Así pues, consideramos que esta saga de Namco Bandai, puede atraer a jugadores interesados en el género pero que tengan un carácter más individualista, ya que la experiencia de un jugador en God Eater Burst puede parecerles más completa que la proporcionada en Monster Hunter, gracias a la inclusión de personajes no jugadores con lo que realizar las misiones o la elaboración de una historia que acompañe las misiones. Como es natural también podremos optar a jugar con hasta tres amigos más mediante el ad hoc de la consola, característica que es casi obligatoria dentro del género.
Por último, la diferenciación en las ambientaciones puede ser un punto a favor o en contra de la saga, atrayendo seguidores de este tipo de mundos de ciencia ficción y repeliendo aquellos más afines al Medievo.
La compañía nipona tiene un gran trabajo por delante especialmente en territorios occidentales, donde los títulos de cazadores no gozan del mismo éxito que el reconocido en Japón y donde Monster Hunter reina entre los seguidores.
