Nioh ha sido, sin lugar a dudas, una de las grandes sorpresas de este año y de los juegos que más nos han hecho disfrutar en los últimos meses, ofreciéndonos una aventura larga, muy completa, desafiante como pocas y con una jugabilidad que hereda lo mejor de sagas tan reconocidas y queridas como Dark Souls y Ninja Gaiden, aunque aportándole su propio toque para darle una personalidad única que lo aleja lo suficiente de sus referentes como para brillar con luz propia.
Aunque los contenidos descargables y los pases de temporada no siempre son del agrado de todo el mundo, tenemos que admitir que nos hemos alegrado bastante de que Koei Tecmo se haya decidido a lanzar pequeñas expansiones digitales para permitirnos seguir disfrutando de un puñado de horas adicionales muriendo y rebanando Onis en este apasionante Japón alternativo.
De las tres expansiones que hay previstas, acabamos de recibir la primera de ellas, El dragón del norte, y aunque su duración no es especialmente elevada, sí que ha conseguido dejarnos muy satisfechos con todo lo que aporta, tanto a nivel de contenidos jugables como de guion, llevándonos a cruzar nuestras katanas con una de las figuras más importantes y representativas del Japón feudal: Masamune Date, el Dragón Tuerto.
Lo primero que tenemos que señalar es que este DLC se sitúa a nivel argumental justo después de los hechos que tuvieron lugar en el juego original, de modo que si queremos acceder a él primero tendremos que completar la última misión de la historia principal. Como podréis suponer por esto, se trata de una expansión destinada a los jugadores mejor entrenados, ya que el nivel recomendado para afrontar el desafío con ciertas garantías oscila entre el 150 y 170.
Esta vez viajaremos a la nueva y fría región de Tohoku, donde nos encontraremos con tres misiones principales y un puñado de secundarias. Como veis, la cifra no es muy alta, aunque debido a la gran dificultad que entrañan todas estas fases os podemos asegurar que probablemente acabéis necesitando dedicarle entre cinco y ocho horas para completar los niveles obligatorios.
Nuestro objetivo no es otro que el de detener a Masamune Date, el gobernante de Oshu, quien amenaza con volver a avivar las llamas de la guerra justo cuando la paz empezaba a establecerse en Japón a principios de la era Edo. Esto nos llevará a seguir una trama muy breve pero que se permite el lujo de incluir un par de giros de guion para mantener despierto nuestro interés, aunque tenemos que advertiros sobre su final, ya que este es muy poco satisfactorio y lo deja todo demasiado abierto, indicándonos claramente que todavía quedan dos expansiones más por llegar que tendremos que comprar si queremos descubrir cómo acaba todo.
De los tres niveles solo dos de ellos ofrecen un mapa para explorar, ya que el tercero nos planta directamente frente a la puerta del jefe final de la expansión. La primera misión podríamos considerarla casi como un calentamiento, ya que se centra en introducir muchas de las novedades de este DLC, como dos nuevos tipos de Onis que nos pondrán las cosas muy difíciles y nos obligarán a replantearnos nuestras estrategias de combate para hacerles frente.
Eso sí, esta introducción se hace al estilo Nioh, es decir, sin piedad, por lo que no tardaremos en encontrarnos combinaciones de enemigos que nos hagan tirarnos de los pelos, especialmente si tenemos en cuenta que aquí rara será la batalla en la que podamos hacer frente a nuestros rivales en duelos uno contra uno. El diseño del nivel es bastante lineal en cuanto al camino a seguir, por lo que difícilmente os perderéis u os saltaréis alguno de sus posibles atajos.
En cuanto al jefe final de este mapa, simplemente diremos que nos ha encantado por su original diseño y por las mecánicas que tiene, planteándonos un combate tan espectacular como satisfactorio de jugar.
Pero el plato fuerte de esta expansión lo tenemos en su segunda misión, la cual cuenta con uno de los mejores diseños de niveles de todo el juego, ofreciendo zonas más o menos amplias con mucho que explorar y áreas genialmente interconectadas unas con otras gracias a unos atajos muy bien colocados.
Los jefes del nivel tampoco se quedan precisamente atrás, especialmente el último de ellos, quien nos regala un intenso y épico duelo de gran dificultad capaz de ponernos contra las cuerdas al más mínimo error que cometamos, por lo que tener la paciencia para atacar solo en los momentos adecuados nos será fundamental para alzarnos con la victoria.
Pero si pensabais que habíais sufrido jugando a Nioh y esta expansión, nada os preparará para lo que os encontraréis en la batalla final de El dragón del norte, el cual podemos calificar como el combate más complejo y desafiante de todo el juego hasta el momento. Rapidísimo, impredecible, con una gran resistencia y con una capacidad para hacernos pedazos en un único combo. Se trata de una batalla tan frenética e intensa que nos ha recordado a muchos de los mejores momentos de Ninja Gaiden, por lo que preparaos para darlo todo si queréis salir con vida de este enfrentamiento.
En lo que respecta a las misiones secundarias, estas no difieren mucho de lo visto en el título principal, por lo que se vuelven a reutilizar mapas y enemigos para combinarlos de distintas maneras, a cada cual más complicada y retorcida. Eso sí, una de ellas está un poco más elaborada que el resto, planteando un combate único e incluso sus propios kodamas, así como un nivel ligeramente modificado en cuanto a su diseño de otro ya existente.
Team Ninja también ha aprovechado la ocasión para añadir diversas novedades jugables, como cuatro nuevos guardianes, aunque no nos han parecido tan útiles como los que se pueden obtener en el título principal. Ya que hablamos de estos espíritus, ahora se ha añadido la posibilidad de equiparnos con dos de ellos, uno principal y otro secundario (cuyas estadísticas son algo peores que si lo seleccionásemos como primera opción), pudiendo cambiar en cualquier momento de uno a otro durante los combates, un detalle que nos ha parecido muy interesante y acertado, ya que nos da una mayor flexibilidad y versatilidad, además de más motivos para subir de nivel más de un guardián.
La otra gran novedad la tenemos en la inclusión de la Odachi, un nuevo tipo de arma en forma de katana gigantesca. Es lenta, pero su alcance y su potencia compensan de sobra este handicap, sin olvidarnos de lo divertida que resulta de utilizar. Destacar que al igual que el resto de armas, cuenta con su propio árbol de habilidades, así como con sus pruebas exclusivas para el dojo.
Por los diez euros que cuesta, El dragón del norte nos ha parecido una expansión muy interesante y apetecible para todo aquel que completara la aventura principal y se quedara con ganas de más. Su dificultad es muy elevada y los enemigos, trampas y jefes a los que tendremos que hacer frente nos harán replantearnos considerablemente nuestra forma de jugar para llegar hasta su conclusión. Al final, este DLC no deja de ser más Nioh, algo que solo puede ser bueno.
Hemos realizado este artículo gracias a un código de descarga que nos ha facilitado Sony.