Warhorse Studios es la desarrolladora checa encargada de Kingdom Come: Deliverance, un título de rol en primera persona que se financió gracias a una exitosa campaña de Kickstarter y que el próximo 13 de febrero verá la luz en PC, PlayStation 4 y Xbox One. El videojuego nos sitúa en el año 1403 en la región de Bohemia en el Sacro Imperio Romano. En esta época tan dura e históricamente convulsa asumimos el papel de Henry, el hijo de un herrero que se ve gravemente afectado por la muerte de su Rey y la proclamación fallida de Wenceslao IV como nuevo mandatario. Sobre este interesante contexto se articula una historia de reyes, caballeros, reinos, asedios y castillos en la que se han cuidado todos los detalles históricos con el objetivo de experimentar la vida medieval.
Viviendo al medievo
Kingdom Come: Deliverance es una aventura de rol en mundo abierto en el que nuestro objetivo es ir cumpliendo distintas misiones que nos permitan evolucionar las aptitudes de Henry hasta convertirlo en alguien más influyente y poderoso. El camino que queramos tomar para ello dependerá de nosotros, ya que podremos usar tanto la vía diplomática como la bélica, encontrando gracias a ello un título con un enorme abanico de posibilidades narrativas en una composición no lineal. Lo primero que hay que dejar muy claro es que, aunque el esquema de juego nos pueda parecer próximo a Skyrim o The Witcher 3, lo cierto es que el ritmo es mucho más pausado y la jugabilidad más exigente, algo que viene ocasionado por la fiel recreación de su marco histórico.
En cuanto al esquema de control encontramos un título en primera persona con una buena movilidad y múltiples opciones de acción, además de una excelente disposición de los botones tanto en PC como en consolas. Tal vez el punto más importante son los combates, los cuales han implementado un sistema parecido al de For Honor, pero con una aproximación más exigente y profunda. Básicamente tendremos seis puntos de ataque (arriba, arriba derecha, arriba izquierda, abajo derecha, abajo izquierda y centro), pudiendo realizar técnicas de amago y contraataque para derrotar al rival. También nos cubriremos y utilizaremos un arco para largas distancias, encontrando en este último caso un apuntado preciso.
La vía diplomática no es menos importante y para ello se ha creado un elaborado sistema de diálogos. Cada vez que hablemos con un NPC habrá que tener en cuenta aspectos como nuestra posición social, indumentaria, reputación o, por ejemplo, dinero, ya que todos estos factores influirán de una u otra forma en la conversación y en el devenir de la misión. También será muy importante valorar al interlocutor con el que hablamos, ya que si al principio del juego queremos intimidar por la fuerza a un soldado de élite la cosa no acabará muy bien.
Estas habilidades de conversación se podrán ir mejorando, además de tener que cuidar nuestros ropajes y condición social. Algo semejante sucede con los combates, ya que el título ofrece un complejo sistema de desarrollo en el que iremos optimizando multitud de atributos, y adquiriendo nuevas armas y protecciones hasta convertirnos en un auténtico caballero.
Todo esto requerirá mucho esfuerzo, ya que Kingdom Come: Deliverance en un título de mundo abierto en el que el tiempo y la distancia son tan reales que nos sentiremos en la Edad Media. El mapa que se ha creado es enorme, algo que se subsanará parcialmente cuando podamos montar a caballo o gracias a los puntos de viaje rápido que vayamos descubriendo. A nivel visual, Bohemia ha sido recreada con todo lujo de detalles y, no solo veremos ciudades medievales, castillos o catedrales, sino que disfrutaremos de enormes parajes naturales realmente bellos. En las ciudades dispondremos de multitud de establecimientos y casas con los que interactuar para descubrir nuevas misiones, mejorar a nuestro personaje o disfrutar de una buena cerveza.
Técnicamente el acabado visual es fantástico, ya que utiliza el potente motor gráfico CryEngine. Esto ha permitido a Warhorse crear un mundo abierto espectacular y cargado de detalles, consiguiendo un sistema de iluminación muy realista. El mundo cuenta con ciclos día/noche y cambios climáticos, destacando la belleza y fuerza de las tormentas. Sin embargo, la versión que hemos podido probar presentaba errores visuales y de rendimiento, algo habitual a estas alturas del desarrollo, pero que no deja de ser un punto importante de cara a su optimización final para PC y sobre todo consolas.
Descubriendo el mundo
Durante las más de tres horas de juego de las que disfrutamos tuvimos acceso a tres misiones en distintos puntos de la historia. La primera de ellas se llamaba Despertar; aquí teníamos que ir hasta el castillo de nuestro señor para explicar lo que había sucedido con nuestra familia y comenzar a entrenarnos como caballeros. Para ello tuvimos que completar una serie de tutoriales que nos permitieron dominar el sistema de combate con espada y el tiro con arco. Gracias a esta misión comprobamos también la gran vida que tendrán las ciudades, cómo afectará a la trama el complejo sistema de diálogos y las enormes distancias que tendremos que recorrer.
En esta fase también descubrimos parcialmente el complejo sistema bajo el que se articula el juego. Aquí podremos cambiar la indumentaria y las armas de Henry, evolucionar distintas habilidades, consultar multitud de textos que aportarán información sobre el periodo histórico o gestionar las diferentes misiones que tengamos disponibles. Todo el sistema de evolución será muy importante, ya que cada una de las misiones tendrá consecuencias, algo que afectará a la visión que el mundo tenga sobre nosotros. Por lo tanto, optar por evolucionar la diplomacia frente a las habilidades bélicas será un factor determinante en la progresión y, no solo habrá que prestar atención a las grandes decisiones, sino que también pequeños detalles puntuales, y que pueden pasar desapercibidos, serán importantes.
Después de este largo tutorial nos adentramos en una misión algo más avanzada denominada Nido de Víboras; en esta ocasión nos lanzábamos al combate junto a un nutrido grupo de soldados con el objetivo de tomar una población cercana y despejar una iglesia que había sido tomada por nuestros enemigos. Antes de partir hacia el combate teníamos que elegir muy bien el inventario, aprovisionándonos de buenas armas, brebajes y protecciones. El nivel de detalle en este sentido era tan grande que si optábamos por un yelmo abierto conseguíamos menor protección, pero teníamos una visión más clara del conflicto, mientras que si optábamos por el casco cerrado aumentaba nuestra defensa, pero nuestro campo de visión se reducía a la pequeña línea del yelmo.
En esta misión de combate también apreciamos los múltiples caminos que podremos tomar para resolver una misma situación. Al entrar en el pueblo unos arqueros diezmaban nuestras unidades, por lo que debíamos acabar con ellos rápidamente; para ello podíamos dispararlos con el arco, ascender la escalinata y usar la espada o incendiar una zona cercana y provocar que tuviesen que abandonar sus posiciones elevadas. En estos enfrentamientos con más de 40 personas en pantalla también comprobamos las bondades del sistema de combate, el cual no solo se mostró extremadamente realista, sino que dejaba claro que debíamos preocuparnos de la defensa si no queríamos acabar muertos a las primeras de cambio.
Las sensaciones en el campo de batalla han sido muy buenas y, aunque los combates se pueden volver algo confusos por la aparición de varios objetivos y distintos tipos de enemigos, lo cierto es que con práctica podremos convertirnos en auténticos expertos. Esta curva de aprendizaje es muy importante, porque Kingdom Come: Deliverance no es un videojuego fácil. Dominar la espada, el arco, la curación, evolucionar a nuestro personaje, desplazarnos por el entorno y dominar el sistema de conversación, serán tareas complicadas, por lo que tendremos que emplear muchas horas hasta dominar todas las posibilidades.
La última misión fue Pobreza, Castidad y Obediencia, y nos dejó muy claro que estamos ante un videojuego muy especial. Aquí Henry asumía el papel de un monje enclaustrado en un monasterio y cuyo objetivo era investigar una serie de asesinatos. Para no llamar la atención debíamos mantener una tapadera creíble, algo que requería cumplir con las horas de misa, realizar trabajos comunitarios, leer libros, aprender alquimia y asistir a todas las comidas, siendo encerrados si actuábamos de forma extraña.
Es cierto que con poco más de tres horas de juego no se puede valorar en su justa medida todo lo que ofrece Kingdom Come: Deliverance, pero tenemos muy claro que Warhouse Studios está realizando el título que esperábamos desde hace años. Su propuesta es exigente, compleja y calmada, pudiendo disfrutar de la auténtica vida medieval. Además, llega perfectamente traducido al castellano y con muy buenas voces en inglés. Sin embargo, es importante puntualizar que este peculiar enfoque jugable no encajará bien entre aquellos jugadores que busquen algo directo y sencillo, aunque esto no impide que seguramente estemos ante una de las mejores propuestas del género de los últimos años. Para comprobarlo tendremos que esperar hasta el 13 de febrero de 2018, día que saldrá a la venta para PC, PlayStation 4 y Xbox One.
Hemos realizado estas impresiones en PC tras asistir a un evento de presentación en las oficinas de Koch Media en Madrid.