Hitman es probablemente una de las sagas de videojuegos más especiales y únicas que existen a día de hoy gracias a su peculiar y acertado enfoque del mundo del sigilo y los asesinatos, poniéndonos en la piel del carismático Agente 47 para cumplir una serie de misiones en la que se nos da total libertad para resolverlas de la forma que prefiramos, teniendo a nuestra disposición una enorme cantidad de rutas y herramientas para abrirnos camino hasta nuestros blancos y acabar con ellos.
Tras el genial Hitman Absolution, la saga ahora se prepara para regresar una vez más debutando en la nueva generación de consolas, algo que está permitiendo al estudio crear la entrega más ambiciosa de toda la serie, algo que nos han querido demostrar durante la gamescom enseñándonos uno de los niveles del juego. Y ciertamente, no podemos hacer otra cosa que no sea darles la razón.
Esta fase se ambientaba en una fiesta de moda que se celebraba en un gigantesco palacio de París, donde se nos dará la oportunidad de explorar todas y cada una de sus habitaciones, así como sus alrededores, para cometer el asesinato perfecto. Como en todos los Hitman, podremos cumplir la misión emulando a Rambo pegando tiros por todas partes y cometiendo una carnicería, o bien intentando mantener el perfil bajo para pasar desapercibidos.

Como decimos, el nivel tiene un tamaño enorme (para que os hagáis una idea, es seis veces más grande que el mayor de los escenarios de Absolution), lo que nos da una cantidad de posibilidades de acción realmente abrumadora. No es que solo haya muchos posibles caminos y rutas para tomar, sino que también existen multitud de formas de llegar hasta ellos.
Algo que ayuda mucho a esto y que nos ha encantado lo encontramos en el realismo del que hace gala en todo momento gracias a la avanzada Inteligencia Artificial de la que disfrutan los personajes no controlables, quienes reaccionan de muchas formas distintas a nuestras acciones y al entorno, haciendo de ellos algo creíble. Por ejemplo, en la entrada del palacio hay una periodista con una cámara de televisión grabando una toma. Si pasamos por medio, estos se enfadarán y nos lo recriminarán. O si vamos por la fiesta agachados, los invitados nos mirarán extrañados y nos preguntarán qué estamos haciendo, ya que no es muy normal ver a alguien comportarse de esa forma en dicho entorno.
Esto nos garantiza que los personajes vayan a reaccionar tal y como esperaríamos que lo hicieran en la realidad, algo que nos da mucha ventaja estratégica para planificar nuestras acciones. Y os avisamos que los ejemplos anteriormente mencionados son los más simples, ya que es posible hasta provocar por adelantado una lluvia de fuegos artificiales, para que los invitados se vayan a las ventanas a verlos e incluso salgan del edificio, aunque claro, esto enfadará a los encargados de seguridad y al anfitrión (nuestro blanco principal), o incluso esconder una pistola dentro de una bandeja de comida para, disfrazados de camarero, pasar el cacheo de unos guardias sin levantar sospechas.

Hablando de los disfraces, mucho ojo con ellos, ya que si bien siguen siendo una herramienta poderosísima y casi imprescindible para tener éxito, también tendremos que actuar como la persona a la que estemos encarnando. Y no solo eso, pues dependiendo de nuestro disfraz tendremos que esquivar a unos personajes u otros. Por ejemplo, si nos disfrazamos como alguien del equipo de seguridad, más nos vale que no se fijen demasiado en nosotros, ya que se conocen muy bien entre ellos y al no reconocernos nos pedirán que les enseñemos nuestra identificación. En cambio, el resto de invitados y trabajadores difícilmente sospecharán de nosotros.