Resulta curioso ver cómo lo que empezó como un descaradísimo clon del primer Super Mario Bros. acabó convirtiéndose en un videojuego con su propia personalidad gracias al boom de los juegos indies. Este es el caso de Giana Sisters, saga que con Twisted Dreams supo ofrecernos en el 2012 una entretenida aventura de plataformas en 2D muy frenética y hasta con ciertos puzles. Con el tiempo, acabó recibiendo un curioso modo multijugador gracias a una actualización gratuita, una modalidad que ahora va a ampliarse para convertirse en un juego independiente con Giana Sisters: Dream Runners.
Su propuesta no puede ser más sencilla: tenemos unos circuitos que nos tocará recorrer como si de un juego de plataformas 2D se tratara y nuestro único objetivo será avanzar todo lo que podamos para dejar a nuestros rivales tan atrás que queden fuera de la cámara, momento en el que pasarán a quedar eliminados.
Así pues, conocerse los circuitos es muy importante, ya que tendremos que avanzar a toda velocidad, casi como si estuviéramos haciendo un speedrun, esquivando obstáculos de todo tipo y luchando hasta con otros tres jugadores (o bots).
Una de las características más llamativas y divertidas la tenemos en el hecho de que se ha mantenido la mecánica de cambio de dimensión de Twisted Dreams, por lo que podremos hacer que el escenario se transforme en tiempo real.
Eso sí, esto no lo podremos hacer a voluntad y la única forma de provocar el cambio será tocando unos interruptores, lo que se puede usar como elemento estratégico para fastidiar a los rivales ¿Uno de nuestros rivales va por delante? Toca el interruptor para que el mundo se transforme y así aparezca un muro delante suya que le retrase.
Tal y como decimos, la memorización de los trazados en sus dos formas es clave para ganar, aunque también lo será el tener unos buenos reflejos para adaptarnos rápidamente a todo lo que vaya ocurriendo durante la carrera. Decir que las partidas duran hasta que alguien consigue tres victorias, de modo que si nos quedamos atrás una vez no significará nuestra derrota automática y podremos intentar remontar en la siguiente ronda.
Actualmente hay nueve circuitos de dificultad variable, todos ellos con escenarios inspirados en Twisted Dreams. Los hay desde algunos más o menos sencillos y fáciles de jugar hasta otros que sabrán ponernos a prueba desde el principio hasta el final, con multitud de rutas diferentes, trampas, plataformas exigentes y saltos que deben ser calculados al milímetro. Y todo ello corriendo, claro.
En cuanto a las habilidades de nuestros personajes, tendremos un turbo con el que aumentar nuestra velocidad, aunque para recargarlo tendremos que recoger unas gemas en la carrera. También podremos saltar (obviamente), girar sobre nosotros mismos para descender lentamente o pillar un nuevo impulso en el aire, atacar convirtiéndonos en una especie de bola de fuego, deslizarnos y usar objetos.
Esto último funciona exactamente igual que en un Mario Kart, es decir, existen unas cajas con un interrogante a lo largo de los niveles que si las tocamos nos darán un objeto aleatorio. Estos tienen multitud de usos, desde lanzar poderosos ataques a nuestros rivales hasta poner trampas o beneficiarnos de un escudo, por lo que saber cuándo usarlos también será una parte importante de nuestra estrategia, ya que pueden llegar a molestar bastante e incluso salvarnos la vida en los peores momentos.
Nos gustaría poder comentaros qué tal va el juego por internet, pero hemos sido incapaz de encontrar a nadie con quien jugar, tanto en partidas personalizadas como en puntuadas, por lo que su multijugador (tampoco es que haya más modos...) solo lo hemos podido probar en local. Si bien el título tiene su punto de diversión, no tardamos demasiado en cansarnos con su propuesta y tras tres partidas seguidas ya empezábamos a notar ciertos síntomas de aburrimiento. En cuanto a los controles, os recomendamos jugar con un mando, ya que con teclado y ratón, a pesar de poderse configurar, se hace bastante incómodo y poco preciso.
Gráficamente no es ninguna maravilla y de hecho no deja de ser un "refrito" de lo visto en el juego del 2012, por lo que no esperéis unos modelados demasiado complejos ni unos escenarios especialmente variados, aunque al menos estos últimos cuentan con una buena dirección artística y el efecto de transformación que tienen está muy conseguido, lo que consigue hacer de él un producto agradable a la vista.
La banda sonora por su parte vuelve a hacer gala de un estilo muy cañero y con melodías pegadizas que le sientan de maravilla al frenetismo cada carrera. Además, la instrumentación varía notablemente según la dimensión en la que estemos, un detalle que siempre es de agradecer. Eso sí, os avisamos de que la mayoría de ellas ya estaban presentes en Twisted Dreams, por lo que quizás ya las tengáis más que escuchadas. Los efectos cumplen sin grandes alardes y el doblaje no pasa de pequeños gritos y exclamaciones, por lo que tampoco hay mucho que destacar en este sentido.
Por lo que hemos podido jugar a Giana Sisters: Dream Runners, no deja de sentirse como un modo que se ha extraído de otro juego para venderse por separado. Modalidad que si bien es divertida a ratos, no creemos que vaya a conseguir sostenerse por sí sola a medio o largo plazo más allá de echarse alguna que otra partida ocasional. De todos modos, estas peculiares hermanas todavía tienen tiempo para sorprendernos y será el próximo mes de junio cuando salgamos definitivamente de dudas.