Bungie es uno de esos estudios que ha ido a más. Tras ganarse una fama internacional con Halo, el equipo americano demostró que no había sido casualidad, y llevó la fórmula de la saga de Xbox a unos entornos más abiertos con Destiny. La recepción de este nuevo proyecto no fue la mejor, y se convirtió en un título que despertó algunas dudas con su debut, pero que se encargó de despejarlas con el tiempo.
Ahora ya nadie tiene dudas de lo que Bungie quiere hacer con Destiny y, lo que es más importante, nadie tiene dudas de que pueda conseguirlo. La entrega original tenía algunos problemas claros y concretos que muchísimos jugadores consiguieron olvidar gracias a sus innumerables bondades, y ahora con Destiny 2, la saga quiere enmendar sus errores y potenciar sus virtudes.
La campaña
Lo primero que hemos podido probar ha sido la campaña, y más concretamente el mismo nivel que habéis visto en la presentación.
Desde un primer momento queda claro que Bungie quiere ofrecer una experiencia mucho más cinematográfica, más intensa y con un mayor uso de scripts para sorprender al jugador en cada paso. Todo parece estar bastante bien integrado, sin que nunca perdamos el control de la acción.
Todavía es temprano para hablar del resto de la campaña, pero nos han dejado entrever que quieren mantener ese equilibrio a lo largo de la experiencia. La narrativa gana muchos enteros en Destiny 2, y Bungie está centrada en ofrecer una historia que nos permita sentirnos más integrados en ella, empatizar con los personajes e involucrarnos más fácil con los eventos de la tragedia que ahora acaba con la última ciudad de la Tierra.
Jugablemente, la fórmula es idéntica, y los que vengáis del primero os vais a sentir como en casa. Nada ha cambiado en su esencia, a pesar de que esta primera misión parece ser algo pasillera y guiada en comparación con la fórmula habitual de Bungie, que se remonta al primer Halo. Esta fase, por ser la de apertura, sirve un poco de presentación, e imaginamos que todo tiene que estar bajo control. Por lo que hemos visto en el modo asalto, sospechamos que en Destiny 2 vamos a volver a ver la combinación de momentos guiados, momentos abiertos y vehículos que caracteriza al equipo norteamericano.
Quizás por la misma razón, esta fase es muy sencilla y matamos a los enemigos sin dificultad ninguna. Comenzamos con armas muy potentes y nuestra habilidad especial se recarga con facilidad, pero hemos hablado con los responsables del juego y nos han asegurado que la dificultad seguirá en la línea del original, así que no hay nada de lo que preocuparse.
Visualmente, el núcleo es muy parecido al de la primera entrega, pero los efectos son los que marcan la diferencia. Hay más nivel de detalle y un mayor juego de colores, luces y sombras, pero no nos atreveríamos a decir que el salto gráfico es el de una secuela. De hecho, son los mencionados scripts los que le aportan un mayor salto gráfico al juego, y no lo hacen por lo técnico, sino por lo visual. Al igual que ya sucediese con el original, el apartado artístico pesa mucho más que el técnico.
También hemos tenido la posibilidad de jugar en PC y nos ha dejado más que satisfechos. Visualmente, las 60 imágenes por segundo les sienta genial, y el control es exquisito. El concepto de Destiny es muy pecero, y nos quedamos con unas buenísimas sensaciones tras haber jugado en esta plataforma. Por supuesto, no sabemos cómo funcionará el juego en equipos menos potentes, pero basándonos en lo que hemos visto en el evento de presentación, podemos decir que Destiny 2 tiene una base solidísima para alcanzar el éxito en PC.
Sobre la versión de PlayStation 4, podemos decir que hemos jugado en el modelo Pro, y que framerate aparte, las diferencias con la versión de PC en lo que respecta a texturas, carga poligonal y nivel de detalle parecen ser anecdóticas. La versión de la consola de Sony funciona a 30 imágenes por segundo, suponemos que para no dividir a la comunidad en función de si juegan en PS4 o PS4 Pro, pero se controla genial, que al fin y al cabo, es lo que importa.
El asalto
En esta presentación también hemos podido probar un asalto donde, como cabe esperar, hemos tenido que cooperar con otros jugadores para completarlo. Este asalto nos ha parecido bastante conservador, con apenas algunas nuevas mecánicas jugables, pero igualmente divertido y tan "Destiny" como siempre.
Este asalto tenía de todo: disparos, plataformas y un intenso jefe final. Al igual que la misión de la campaña, comenzábamos con un personaje muy bien equipado y con un nivel alto, lo que nos facilitaba bastante las cosas, pero aun así hemos muerto más de una vez, y la colaboración entre jugadores sigue siendo esencial. Parece ser, además, que estas misiones requieren distintos tipos de armas, y es bastante importante que participemos con un equipo equilibrado.
La experiencia sigue siendo tan divertida como cabe esperar, con una sensación de equipo prácticamente imprescindible, y con un diseño bastante interesante de misiones. Cabe destacar cómo ciertos elementos del escenario –en este caso, unas máquinas excavadoras– ahora son letales, haciendo que los enemigos no sean el único peligro a evitar. Si bien no nos han permitido grabar la campaña (aunque tenéis el vídeo de la misión que hemos jugado en la presentación oficial), sí que tenemos un vídeo de la jugabilidad del asalto y del Crisol, donde podréis encontrar más información al respecto.
El Crisol
Aunque a veces olvidado, el Crisol, el modo jugador contra jugador de Destiny, es para muchos usuarios un elemento básico de la experiencia. Hemos podido jugar al nuevo modo Countdown, un modo cuatro contra cuatro en el que dos equipos se enfrentan para colocar y detonar o desactivar una bomba. Es un modo donde Bungie busca potenciar al máximo la colaboración y donde, basándonos en nuestra experiencia, si no tenemos un equipo que se comunique y que juegue bien junto, la victoria es prácticamente inalcanzable.
En Countdown nos enfrentamos en partidas al mejor de seis rondas, alternando entre equipos de ataque y defensa. El equipo que consiga derrotar a su rival, detonar o desactivar la bomba primero, ganará. Para los aficionados al género, no se trata de un modo particularmente original dentro del género de los shooters en primera persona, pero sí que funciona bastante bien dentro del universo Destiny, sobre todo teniendo en cuenta ese espíritu de equipo y de colaboración que buscan para esta secuela.
Countdown nos ha parecido bastante intenso e interesante, donde cada partida importa, y donde es clave conocerse el escenario y entender las estrategias para enfrentarnos a los rivales, definiendo los roles de cada personaje. Precisamente por eso, nuestra experiencia ha sido un poco frustrante con este modo, pero estamos seguros de que con un equipo propiamente dicho –una de las claves que Bungie propone con su propuesta de clanes– y una mejor comunicación este modo puede dar muchísimo más de sí y convertirse en uno de los favoritos de los jugadores.
Olvidando errores de pasado
Destiny tenía una serie de errores muy claros y razonablemente fáciles de solucionar. Destiny 2 viene a solucionarlos, a ofrecernos un juego con una historia mejor contada, con una campaña más espectacular, donde es más fácil jugar online y donde nunca nos van a faltar las cosas que hacer. Ya os hemos contado aquí todas las novedades, por lo que ahora nos estamos centrando únicamente en las impresiones –en el sentido más literal– que el título nos ha dejado, que han sido muy, muy positivas.
Destiny 2 es tremendamente continuista, algo que no vemos como algo malo. Visualmente, el salto nos ha parecido bastante escaso, pero su jugabilidad es tan sólida que se lo perdonamos. En esta presentación hemos visto, sencillamente, Destiny, más y mejor. Hay muchas cosas que no podemos juzgar todavía, como su sistema de clanes y ese sistema de matchmaking que parece casi un sueño hecho realidad, pero nos gustaría confiar en el equipo y pensar que todo el mundo va a poder disfrutar todo el contenido de esta secuela.
Destiny es lo que es. Habrá gente que lo entienda y gente que no. Gente que le ha echado cientos de horas y gente que lo haya vendido a los 20 minutos. No creemos que Destiny 2 vaya a hacer cambiar a nadie de opinión, pero sí que va a mejorar la experiencia original, y va a abrir muchas puertas para quienes no pudieron entrar en un primer momento. Esta toma de contacto nos hace pensar que vamos a ver un camino con muchos menos tropiezos para la secuela, aunque aún es temprano para opinar, a falta de ver el diseño de misiones, el contenido de lanzamiento y los planes para el futuro. En cualquier caso, Bungie ha demostrado que Destiny no es un saga cualquiera, y hay motivos de sobra para marcar el 8 de septiembre en nuestro calendario.
Hemos escrito estas impresiones tras acudir a la presentación mundial en Los Ángeles a la que hemos sido invitados por Activision.