En una serie de escenarios ambientados en el gran cañón, competíamos carrocería con carrocería con el único objetivo de acabar en cabeza, y haciendo valer todo tipo de maniobras para alzarnos con la victoria. Maniobras que se centraban en golpear a nuestro rivales –fueran manejados por la CPU, o jugadores en el modo multijugador online- con el fin de desviar su trayectoria para hacerlos chocar contra los múltiples obstáculos de los circuitos, o contra otros coches rivales, que iban desde motos hasta camiones. Ahora, y con motivo de la compra del estudio de desarrollo por parte del gigante nipón, ha sido anunciada una secuela que contará con numerosas y jugosas novedades, de entre las que destaca la inclusión de nuevos vehículos, y una nueva localización, una isla paradisíaca del pacífico.
Además, uno de los elementos que seguirá presente en la nueva entrega, potenciándola y haciéndola mucho más sensible, será la conexión entre el vehículo y el terreno sobre el que se mueve. Este último será diferente a todo lo visto en la anterior entrega, por el cambio radical de estética, pues la diferencia entre el cañón desértico y una isla llena de vegetación es notable, aunque sin perder el barro. También será distinto el terreno en cada uno de los dieciséis circuitos con los que contará el juego, y que se nos antoja un buen número, si tenemos en cuenta los circuitos del juego original, escasos y que se repetían en muchas ocasiones, pero manejando distintos modelos de vehículos.
La barra de turbo seguirá estando presente, y mantendrá el mismo sistema que lo que vimos en la primera parte, debiendo controlarla y dosificarla para no hacer explotar el motor de nuestro vehículo, y para llegar en primer lugar –cabe destacar que esta vez será veinte el número de vehículos que competirán en cada carrera-. Las novedades no acabarán ahí, sino que destacaremos dos nuevos elementos: un nuevo movimiento que nos ayudará en todo momento, la embestida lateral, y el efecto del agua y la vegetación durante las carreras. El primero supone una gran novedad para la jugabilidad, pues será muy interesante durante las carreras, y consistirá en dar un fuerte golpe lateral con la carrocería de nuestro vehículo, para lo que consumirá una parte de la barra del turbo, y provocará que el vehículo sobre el que impactemos salga de su ruta y se estrelle –cosa que también podemos sufrir nosotros, pues nuestro vehículo también se puede descontrolar-.
El segundo aspecto es más complejo, pues del mismo modo que las rocas influían en la primera entrega, en ésta lo hará el agua y la vegetación. Cada coche responderá de forma distinta en superficies con agua, o con vegetación, pues los camiones podrán atravesar zonas llenas de arbustos –llevándoselas por delante-, pero del modo contrario, una moto puede estrellarse con un árbol. Por otro lado, el agua influirá en la conducción, pues enfriará los motores y reducirá la cantidad de nuestra barra de turbo, ralentizando el ritmo de nuestro vehículo, por lo que deberemos saber cómo actuar cuando nos encontremos en zonas con este elemento.
Sin embargo, el multijugador no será sólo a través de internet, sino que esta vez el juego contará con un modo multijugador local a pantalla partida de hasta cuatro jugadores, por lo que podremos ver cómo se le queda la cara a nuestro mejor amigo.
Cabe destacar que los desarrolladores han asegurado que el juego no tendrá ningún descenso en la tasa de fotografías, pues afirman que el juego correrá a 30 imágenes por segundo, y a una resolución de alta definición de 720p. Si le añadimos una banda sonora que mantendrá el nivel, con todo tipo de canciones rockeras y frenéticas, estamos ante uno de los mejores apartados técnicos en conjunto del catálogo de la nueva consola de Sony.